Representación profesoral FHE-UCV
De las 18 asociaciones de profesores que
integran FAPUV, todas han consultado a sus bases mediante distintos
métodos, desde asambleas hasta referendos. Sólo 4 de ellas (UCV, USB,
ULA y LUZ) se pronunciaron contra el paro nacional de universidades. El
resto, a favor de éste. Todas las universidades que dijeron sí al paro
nacional de universidades lo hicieron desde sus bases, algunas en
contradicción con las propias directivas de las asociaciones de
profesores. El resultado de esto fue que, a pesar de ser las
universidades consideradas como “grandes” y/o tradicionales, UCV, USB,
ULA y LUZ quedaron en minoría dentro de FAPUV. ¿Debilitó esto a FAPUV y,
en consecuencia, le restó fuerza al conflicto universitario o, por el
contrario, aisló a la élite de la universidad venezolana y la convirtió
en la retaguardia del movimiento? Una pregunta difícil de responder en
este momento, pero que es necesario formular.
APUCV convocó a una asamblea que se
realizó el martes 21 de mayo, con la finalidad de definir las acciones a
seguir en el marco del conflicto, toda vez que la mayoría de los
profesores de la UCV no aprobaron sumarse al paro nacional. Por razones
obvias, en la asamblea se esperaba una masiva asistencia de la mayoría
que votó por el no, pero no ocurrió así. La asistencia fue escasa.
Ocurrió lo que muchos de nosotros temíamos con la victoria del no: la
desmovilización del profesorado ucevista y la apariencia de que el
conflicto ya estaba cerrado. Nada más lejos de la verdad, como quedó
demostrado en la marcha nacional del martes 22. Si bien es cierto que la
movilización de los ucevistas en dicha marcha estuvo por debajo de lo
esperado, se vio compensada por la gran participación de la UPEL con
varios de sus núcleos a escala nacional, la USB y otras universidades
del interior del país. No fue la gran marcha nacional de universidades,
pero sin duda tuvo un impacto. Ahora bien, ¿qué pesó más en la recepción
de los universitarios por parte del ministro y en la reunión que
sostuvieron durante varias horas? ¿La magnitud de la marcha o la amenaza
de un inminente paro a gran escala de las universidades nacionales? De
nuevo, es difícil saberlo en este momento. Los próximos días serán
claves para despejar la duda.
Lo que sí resulta incuestionable, es que,
como gremio profesoral y como universidades, habríamos tenido mucha más
fuerza y la movilización habría sido mucho más importante, de haber
asistido a la marcha como un bloque unificado en torno a la amenaza
(para el gobierno) de un paro nacional. Y a menor fuerza, menor
capacidad de presión y de negociación con el patrono.
Parte de esta fuerza se perdió por la
intervención y la presión de fuerzas externas a la universidad o
internas a ella, pero ajenas al gremio de profesores. El hecho fue
registrado por la prensa nacional:
Acabamos de presenciar un debate interesante sobre la conveniencia o no de realizar un paro indefinido de actividades por parte de los profesores universitarios. En la Universidad Central de Venezuela decidieron por votación no usar, por ahora, esa herramienta de lucha. Pudimos observar cómo en el debate, previo a la votación, intervinieron grupos y personas que hacen vida dentro y fuera de la universidad.Obviamente, la importancia de la universidad, de la academia, trasciende a un determinado grupo o sector que pueda hacer vida dentro de ella, pero los derechos de sus obreros, empleados y profesores no pueden estar supeditados a los intereses o conveniencia de otros sectores dentro o extramuros. Se puede estar o no de acuerdo con las decisiones que tomen los trabajadores, pero tratar de influir en las decisiones, o interferir en el debate, no luce muy ético, pues afecta la autonomía que deben poseer los afectados para la toma de decisiones con los mecanismos que ellos decidan.De alguna manera, se ha politizado un conflicto que es en su origen gremial y reivindicativo. Si se pierde la razón de ser del conflicto, finalmente pueden perder todos: trabajadores, alumnos y la sociedad toda. (Conflictove, Tal Cual, Lunes 20 de mayo de 2013, p. 7).
¿Quiénes han sido esos grupos y personas,
universitarios o ajenos a la universidad, que intervinieron
indebidamente en una decisión del gremio de profesores con la finalidad
de que éste renunciara al derecho a la huelga garantizado por la
Constitución en su artículo 97? A continuación los enumeramos:
- El gobernador de Miranda y líder político de la oposición, Henrique Capriles, quien en una visita a Mérida, afirmó, con total ignorancia de la problemática universitaria, que los profesores no debíamos ir al paro y nos conminó a ser creativos en nuestras protestas. Una postura autoritaria e intervencionista que rechazamos en su momento.
- El gobierno nacional, en forma abierta y subrepticia, es decir, instigando la división de los gremios universitarios y difundiendo rumores de intervención de la UCV que activaron el miedo al fantasma de PDVSA entre el profesorado.
- Algunas autoridades y decanos, preocupados por su precaria situación ante la suspensión de todas las elecciones (decanales, autoridades, representantes profesorales), asumieron posiciones patronales y, valiéndose de su autoridad, no sólo crearon opinión contraria a la posibilidad del paro sino que también aprobaron reprogramaciones de las actividades académicas con la intención de dar una apariencia de normalidad y de que el conflicto había cesado.
- Una parte de la dirigencia estudiantil, que a través de diversas modalidades de chantaje, activó en el profesorado el miedo ante un movimiento que, alegando la supuesta defensa del derecho al estudio, pudiera poner en marcha las instancias judiciales para propiciar una intervención de la universidad.
Tales intervenciones no sólo
contribuyeron a un apaciguamiento parcial del conflicto universitario,
sino que nos ponen frente a una triste realidad: la de una universidad
desvirtuada y empobrecida, que ha perdido su autonomía por la vía de los
hechos y en la cual no se respeta la institucionalidad ni el papel que
juegan cada uno de los sectores que hacen vida en ella. ¿Cuál es la
universidad que estamos defendiendo? ¿Este remedo decadente o la
universidad que debe ser, la que hemos sido en nuestros momentos
estelares? El apaciguamiento del conflicto universitario, ¿contribuye a
esta decadencia de la institución o, por el contrario, es la vía para
rescatarla? Nuestra opinión es que el conflicto, con toda su fuerza,
podría ser la vía para iniciar el rescate de la institucionalidad
universitaria en todos sus niveles: la docencia, la investigación y
todos los procesos relacionados con la producción y circulación del
conocimiento; la autonomía; el correcto funcionamiento de las diversas
instancias del cogobierno universitario; las relaciones entre la
academia y la sociedad; las reivindicaciones sociales y laborales de los
profesores y demás gremios universitarios; etcétera. El apaciguamiento,
en cambio, no sólo nos debilitará, sino que contribuirá a prolongar
esta larga y dolorosa agonía.
Martes 28 de mayo. Movilización universitaria a la sede de la OPSU