Eduardo Porcarelli
20/10/2016
Las despedidas ya no son solo en aeropuertos, sino también en las aulas universitarias, en donde de un semestre a otro, no solo se van los alumnos, sino también los profesores. Si bien el acto más importante en la docencia es aquella suerte de “comunión universitaria”, en donde mas allá del indispensable buen estado de la infraestructura, se reúnen alumnos y profesores en una clase, ¿qué pasará cuando también falten ambos?
La Universidad Central de Venezuela me adoptó como alumno hace más de 25 años y como profesor de postgrado hace 11. Por muchos años he tenido la suerte de que la docencia ha sido como un vicio en su acepción de: “Costumbre o práctica habitual de algo que gusta mucho y de lo cual resulta difícil sustraerse”. Me permito disfrutarlo realizando otras actividades, pero de un tiempo para acá, todos los días, me planteó si vale la pena.