Andrea Montilla
El Nacional, 27/09/2014
La falta de financiamiento hace que la ciencia venezolana viva uno de sus peores momentos, afirman investigadores. El control de cambio, la inflación y las restricciones y demoras en la entrega de divisas han generado trabas para investigadores en el exterior.
Desde junio, 25 profesores de la Universidad Central de Venezuela en el exterior no están recibiendo remesas, indicó el director del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la UCV, Félix Tapia. La mayoría cursa doctorados en ciencias puras en universidades europeas.
Tapia refirió que el Centro Nacional de Comercio Exterior les notificó que aún no se han tramitado los formularios de solicitud de divisas que la UCV envió en mayo.
La mayoría de los investigadores está a punto de regresar antes de culminar estudios debido a las dificultades para mantenerse. “En 2008 teníamos hasta 80 profesores fuera”, refirió.
Con pocos recursos, la Universidad de los Andes intenta mantener en el exterior a sus 75 investigadores. “Antes teníamos más becarios. El gobierno cada vez exige más requisitos. Tienen meses sin recibir la ayuda, a pesar de que la universidad cumple con todos los recaudos”, señaló el coordinador del CDCH de la ULA, Alejandro Gutiérrez.
La situación también perjudica la asistencia a eventos internacionales. La deficiencia presupuestaria de la Universidad Simón Bolívar impide que sus profesores puedan comprar boletos para ir a congresos. La ayuda que les da el Decanato de Investigación y Desarrollo de la USB para estas actividades es de 12.000 bolívares por participante, lo que no cubre el precio de un pasaje, de los viáticos ni de la inscripción a los eventos, dijo la decana Elia García.
El presupuesto ordinario de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador resulta insuficiente para cubrir la demanda de profesores interesados en viajar a eventos internacionales, en los 78 núcleos de la casa de estudios, advirtió la vicerrectora de investigación de la UPEL, Moraima Esteves.
Desde que en 2008 se eliminó el Premio Estímulo al Investigador —que daba la oportunidad al científico de realizar dos viajes al interior del país y uno al exterior— y se recortaron los presupuestos universitarios en 2009, las trabas empezaron a asfixiar a la ciencia, afirmó Dora Rada, coordinadora nacional del Programa de Investigación de la UPEL.
“Antes los viajes los pagaba la universidad, nos daban 1.000 dólares para pasar 5 o 7 días fuera para los congresos. La UPEL está más condenada porque la educación ya no está entre las áreas prioritarias del país”, expresó.
90% de revistas sin publicarse
El Núcleo de los Coordinadores de Consejos de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico solicitó al Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación el restablecimiento del programa de financiamiento de revistas científicas. Según el núcleo, la suspensión del programa en 2009 hizo que 90% de las revistas nacionales tenga más de un año sin publicarse.
Un investigador con título de magíster, quien prefirió el anonimato, aseguró que el Fonacit le asigna 800 bolívares al mes. El pago llega con retraso: 9 meses después. “Solo vale la pena porque estás haciendo currículo, tratando de hacer ciencia relevante. Es grave tener colegas mexicanos a quienes les dan 2.500 dólares mensuales en su país”.
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