Eleazar Narváez Bello
narvaez.eleazar@gmail.com
@eleazarnarvaez
@eleazarnarvaez
Revuelo en el personal, los gremios y las autoridades universitarias. La noticia circuló pocos días antes del pasado 8 de marzo. Voceros del MPPEU anunciaron, de manera repentina, que a la brevedad los pagos de las nóminas universitarias dejarían de hacerse por el procedimiento legal acostumbrado. De ahora en adelante sería mediante otro proceso, ilegal e inconstitucional, que implicaría la utilización de la plataforma del sistema “Patria”. Un instrumento propagandístico y de control social y político que utiliza el régimen para pagar pensiones y bonos a determinados sectores de la población venezolana; y ahora supuestamente ajustado para cancelar también sueldos y salarios de la administración pública, según lo dicho por algunos funcionarios gubernamentales.
El régimen le exigió a cada universidad la entrega inmediata de la data de profesores, empleados y obreros en el formato requerido por el mencionado sistema. Una exigencia para un propósito que viola lo previsto en el numeral 4 del artículo 9 de la Ley de Universidades y lo establecido en el artículo 109 de la Constitución: el derecho de nuestras casas de estudio de organizar y administrar eficientemente su patrimonio.
Autoridades rectorales rechazaron la orden ministerial, antes, durante y después de las conversaciones con el ministro Trompiz. Al parecer hubo acuerdos que luego no fueron respetados por el citado funcionario. Asimismo, hubo protestas de los distintos gremios con algunas movilizaciones en diferentes puntos de la geografía nacional. En todos esos desacuerdos con la medida salieron a relucir argumentos jurídicos y de otra naturaleza. Además de angustias diversas por las consecuencias negativas que cabe esperar con el nuevo procedimiento.
De nada valió que varias universidades se opusieran y no consignaran formalmente ante la Oficina de Planificación del Sector Universitario la data requerida. No fue impedimento para que se emitiera la orden de pago para su personal a partir del 17 de marzo, aunque no se sabe por quién. Una jugada en la que de paso se hicieron efectivos los pírricos aumentos de la nuevas tablas salariales negociadas y acordadas con el ilegítimo y pro gubernamental Frente de los Trabajadores Universitarios, sin la participación de la FAPUV y de otras agrupaciones gremiales representativas.
En la oscuridad queda por los momentos la respuesta a la pregunta de quién usurpó la elaboración de las nóminas correspondientes de esas instituciones. Razones para pensar que el régimen se apropió de las mismas, con lo cual le asestó otro duro golpe a la autonomía universitaria, dando un paso importante de avance en su afán de control total de nuestras instituciones educativas.
Una grave y penosa situación donde, me duele mucho decirlo, uno echa de menos la oportuna y regular información oficial sobre lo que realmente ocurre y ha estado sucediendo en varias universidades acerca de los hechos antes relatados, así como una movilización más contundente y unitaria del personal y de los gremios en la defensa de sus legítimos derechos y de los que conciernen a los centros de estudios en su conjunto.
El régimen le exigió a cada universidad la entrega inmediata de la data de profesores, empleados y obreros en el formato requerido por el mencionado sistema. Una exigencia para un propósito que viola lo previsto en el numeral 4 del artículo 9 de la Ley de Universidades y lo establecido en el artículo 109 de la Constitución: el derecho de nuestras casas de estudio de organizar y administrar eficientemente su patrimonio.
Autoridades rectorales rechazaron la orden ministerial, antes, durante y después de las conversaciones con el ministro Trompiz. Al parecer hubo acuerdos que luego no fueron respetados por el citado funcionario. Asimismo, hubo protestas de los distintos gremios con algunas movilizaciones en diferentes puntos de la geografía nacional. En todos esos desacuerdos con la medida salieron a relucir argumentos jurídicos y de otra naturaleza. Además de angustias diversas por las consecuencias negativas que cabe esperar con el nuevo procedimiento.
De nada valió que varias universidades se opusieran y no consignaran formalmente ante la Oficina de Planificación del Sector Universitario la data requerida. No fue impedimento para que se emitiera la orden de pago para su personal a partir del 17 de marzo, aunque no se sabe por quién. Una jugada en la que de paso se hicieron efectivos los pírricos aumentos de la nuevas tablas salariales negociadas y acordadas con el ilegítimo y pro gubernamental Frente de los Trabajadores Universitarios, sin la participación de la FAPUV y de otras agrupaciones gremiales representativas.
En la oscuridad queda por los momentos la respuesta a la pregunta de quién usurpó la elaboración de las nóminas correspondientes de esas instituciones. Razones para pensar que el régimen se apropió de las mismas, con lo cual le asestó otro duro golpe a la autonomía universitaria, dando un paso importante de avance en su afán de control total de nuestras instituciones educativas.
Una grave y penosa situación donde, me duele mucho decirlo, uno echa de menos la oportuna y regular información oficial sobre lo que realmente ocurre y ha estado sucediendo en varias universidades acerca de los hechos antes relatados, así como una movilización más contundente y unitaria del personal y de los gremios en la defensa de sus legítimos derechos y de los que conciernen a los centros de estudios en su conjunto.
Es para presagiar días más oscuros para la
universidad autónoma venezolana. No solo porque su más enconado enemigo, hoy
en el ejercicio del poder, sigue profundizando sus acciones contra ella; sino
también por el cada vez más grande y desesperante aletargamiento que continúa
apoderándose de los que están llamados a defenderla para evitar su muerte
definitiva.
Un de las acciones estratégicas más comunes y repetitivas de los régimenes autocráticos es el control irrestricto de la educación y por ende de las universidades, cercenar la autonomía es una estrategia común en estos régimenes,en otros países no bastó con alzar la voz de protesta sino la a acción de todos los universitarios y la comunidad entera
ResponderEliminar