Andrés Oppenheimer
El País, 19/05/2013
La prestigiosa revista Nature Scientific Reports acaba de publicar un mapa mundial de las ciudades más importantes en investigación científica, y los países latinoamericanos brillan por su ausencia: muestra el hemisferio norte del planeta lleno de luces, y el sur casi uniformemente oscuro. El mapa es especialmente significativo porque no se trata de una opinión subjetiva de los editores de la revista, sino un estudio basado en más de 450.000 artículos y citaciones científicas provenientes de más de 2.000 ciudades de todo el mundo publicados en revistas de la American Physical Society en los últimos 50 años.
El mapa muestra que, pese a la persistente superioridad tecnológica de EE UU, el porcentaje de estudios de física originado en Estados Unidos ha caído del 86% del total mundial en la década de 1960 a menos del 37% en la actualidad. Boston, Berkeley y Los Ángeles siguen siendo los centros de producción científica más importantes del mundo en la física, pero les siguen Tokio y Orsay (Francia). La lista de las 20 ciudades principales del mundo incluye a Chicago, Roma, Londres y Oxford.
Dentro de EE UU, se ha producido un traslado gradual de la producción de conocimiento desde unas pocas ciudades de las costa Este y Oeste hacia algunas ciudades del Medio Oeste y el Sur. De manera similar, en Europa, ya no hay un predominio absoluto de Inglaterra y los países nórdicos, como en la década de los noventa, sino que se ha producido un gradual ascenso de ciudades en Francia, Italia y España. Pero no hay ninguna ciudad latinoamericana entre las primeras 100 ciudades productoras de conocimiento científico del mundo, según la publicación.
Una tabla que aparece junto al mapa detalla que el 56% de las 100 primeras ciudades productoras de trabajos científicos del mundo se encuentra en Norteamérica, el 33% en Europa, y el 11% en Asia.
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