sábado, 23 de febrero de 2013

“Vendo título universitario, como nuevo, por falta de uso”

Lucia Magi
El País, 22/02/13

Cuando la ministra de Trabajo Elsa Fornero dijo que los jóvenes italianos no encuentran trabajo porque son demasiado quisquillosos, Roberto Scalia se enfadó. Licenciado en Ciencias de la Comunicación, 28 años, le sobran dedos para desgranar su rosario de empleos: asistente en una tienda de ropa, organizador de un festival de música, portavoz de un diputado, conductor de un coche forrado de publicidad, presentador en una televisión local. Ahora, imparte clases de informática a desempleados y realiza encuestas telefónicas. “Estoy cansado de ser minusvalorado e ignorado. La verdad es que ningún partido me representa”, sacude la cabeza. No está solo. En Italia, uno de cada tres jóvenes está parado; dos millones ya ni siquiera buscan trabajo, y tres millones y medio tienen contratos precarios. Los jóvenes tardan en entrar en el mundo laboral y aplazan “su transición a la vida adulta”, constata el Instituto Estadístico italiano (Istat). Son impotentes frente a un poderoso sistema de gremios, indefensos contra la crisis porque no tienen derecho a ayudas sociales; transparentes para la política, que se ha olvidado de ellos hasta en las promesas electorales. 

Roberto saborea un arancino, una croqueta típica de Sicilia, y sonríe. Sus padres nacieron allí; emigraron al norte por el trabajo del padre, profesor, y finalmente recalaron cerca de Nápoles. “Entonces te movía la esperanza”, explica el hijo, en Roma, consciente de que las cosas han cambiado. En menos de una década, el porcentaje de quien deja el país ha pasado del 11% al 28%. Roberto pasó largas temporadas en España: estudió, se enamoró, trabajó y luego decidió volver. Por nostalgia, por convencimiento, por resistencia: “Me parece justo estar aquí, no criticar desde fuera”, dice. Sin embargo, mientras camina rápido hacia su lugar de trabajo, “donde todo el mundo tiene al menos una licenciatura”, revela que ha rellenado un módulo para un doctorado en Ámsterdam.

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