Jesús Ruiz Mantilla
El País, 12/02/13
Quizá fuera el primer libro que ganó en el colegio como un premio. Se titulaba No más caprichos y en él aparecía un demonio cada vez que en las viñetas la protagonista se mostraba impaciente o insoportable por algo. Después su madre se encargó de regalarle un título de referencia en fechas señaladas. El caso es que la vida ha llevado desde muy niña a Victoria Camps a decantarse por el estudio de la ética. Luego vino la rebeldía en mitad del franquismo, la universidad, el maestro Aranguren, su verdadero mentor, y una trayectoria como profesora que la convirtió en referente para muchos con obras como Virtudes públicas, Ética de la esperanza, Paradojas del individualismo, Los valores de la educación o ahora esta Breve historia de la ética (RBA), un esencial y más que certero resumen que abarca desde los clásicos hasta hoy. Puede servir como manual de vida y de práctica para que no se reproduzcan como un cáncer los casos que últimamente ensucian las esferas de la vida pública. Camps, retirada ya de la universidad, aunque activa conferenciante, no renuncia a alzar su voz en esta era donde los referentes de valores cívicos no encuentran demasiado espacio para fomentar la ejemplaridad.
Pregunta: Este libro le ha salido como un destilado de la ética. La esencia a través de la historia.
Respuesta: He procurado que fuera divulgativo; siempre eché de menos un libro que sirviera de base para quien necesita una síntesis y, como ya me he jubilado, he hecho una especie de recapitulación.
P: No está mal tampoco en estos tiempos para que lo lean ciertos personajes públicos de relevancia que parecen no tener idea del asunto y mucho menos haberlo estudiado.
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