Mariano Nava Contreras
El Universal, 08/05/2015
El martes pasado y el próximo viernes 15 se desarrollará en la Cátedra Simón Bolívar de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Los Andes el Seminario "La reivindicación de la soberanía venezolana sobre el territorio de la Guayana Esequiba", con la participación mayoritaria de profesores de esta Universidad, pero también de otras como la UPEL, Simón Bolívar y Católica Andrés Bello de Caracas, y Politécnica Territorial del Estado Mérida. La actividad cuenta con el auspicio de la Facultad de Humanidades, las escuelas de Historia, Derecho y Geografía, la Cátedra sobre Fronteras "José Manuel Briceño Monzillo", el CDCHT y la Dirección de Cultura y Extensión de la ULA.
En este seminario se habla de la vieja reivindicación venezolana sobre el territorio Esequibo. Se trata, qué duda cabe, de la preocupación más antigua y del esfuerzo diplomático más intenso que ha hecho nuestro país a lo largo de su historia. Recordemos que el territorio Esequibo es una extensa franja de unos 159.500 km2 (más grande que Grecia o Suiza) que formaba parte de la Capitanía General de Venezuela. Se trata de un territorio sumamente extenso y rico que siempre estuvo en la mira del expansionismo británico. Ya en 1822 el Libertador da instrucciones a su ministro en Londres, José Rafael Revenga, para que elevara una protesta ante el gobierno de Su Majestad por la ocupación que allí estaban adelantando colonos británicos. Esta política de penetración tendrá expresión en la llamada "Línea Schomburgk" de 1840, un mapa publicado por el gobierno británico que situaba la frontera entre Venezuela y la Guayana Británica al oeste del río Esequibo, con una pérdida de unas 76.000 millas para nuestro país. La política expansionista iniciada con la "Línea Schomburgk" proseguirá con la "Línea Aberdeen" de 1844, la "Línea Granvile" de 1881 y la "Línea Rosebery" de 1886, que corren sistemáticamente la frontera hacia el oeste, hasta llegar hasta las mismas bocas del Orinoco. Así, a finales del siglo XIX las publicaciones británicas alardeaban del incremento de la superficie de la colonia de 76.000 millas cuadradas en 1828 a 109.000 en 1887.
Esto llevó a Venezuela a denunciar el despojo y romper relaciones con Londres en 1886, si bien Caracas no estaba en condiciones de enfrentar militarmente al imperio británico. La situación sin embargo causó alarma en el Gobierno y la opinión pública norteamericana, que se movilizó, interesada o desinteresadamente, a favor de Venezuela. El 17 de diciembre de 1895 el presidente Cleveland da un "ultimátum" a Londres para que someta la disputa a arbitraje, lo que condujo a la firma de un tratado en Washington el 2 de febrero de 1897. Dos años después, el 3 de octubre de 1899, Venezuela y Gran Bretaña firman en París el nefasto Laudo Arbitral que, a pesar de los fehacientes títulos presentados por nuestro país y de que los británicos no pudieron mostrar más que unos pocos mapas forjados, favoreció las pretensiones de aquél país, ratificando los límites propuestos por Gran Bretaña. El fallo del tribunal, ante el que Venezuela estuvo representada por tres abogados norteamericanos y solo uno venezolano, nunca fue aceptado por nuestro país.
Setenta años después, la Guayana Británica buscaba su independencia y Londres deseaba el reconocimiento de Caracas para su antigua colonia. El momento histórico fue muy bien aprovechado por el presidente Leoni, quien condicionó el reconocimiento venezolano a que el Laudo de París fuera declarado nulo. El 17 de febrero de 1966 se firma el Acuerdo de Ginebra, por el que Inglaterra reconoce la nulidad del Laudo de París y Venezuela reconoce la soberanía de Guyana solo al este del Esequibo. Por su parte, Guyana se compromete a negociar con nuestro país un acuerdo "práctico y satisfactorio a las partes". En 1970, ante la imposibilidad de llegar a este acuerdo, ambos países firman el "Protocolo de Puerto España", por el que congelan las negociaciones por 12 años. Vencido el Protocolo en 1982, Venezuela decide no prorrogarlo, y tras arduas negociaciones, en 1989 ambos países se acogen al "Método de buenos oficios", contemplado en el artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas para la solución pacífica de los conflictos.
En estos últimos años Guyana ha incrementado y consolidado sistemáticamente su presencia en el territorio en disputa, aprovechando la actual crisis de nuestro país y su debilidad política y económica. Por eso, el seminario buscará generar propuestas para que la Universidad las eleve al gobierno nacional. En un momento en que pareciera que el gobierno venezolano está abocado a la destrucción de nuestras universidades y que, como dijo muy agudamente alguien, la ignorancia fuera política de Estado, es precisamente la Universidad de Los Andes la que alerta acerca de los nuevos peligros que se ciernen sobre la integridad territorial de Venezuela. Que no se diga que nuestras universidades están de espaldas al país
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