La universidad venezolana 2015. Algunas breves consideraciones casuales acerca del documento de los indignados profesores zulianos miembros del Movimiento Bolivariano de Indignados Universitarios, quienes pueden ser llamados, amablemente, los indignados light
Para mi amigo y colega Miguel Ángel Campos, trujillano de nacimiento, maracucho por adopción, quien sabe de estas cosas académicas, por vivencia y experiencia
Es posible reaccionar al documento publicado por un grupo de profesores de la Universidad del Zulia, de primer nivel profesional y académico, miembros del Movimiento Bolivariano de Indignados Universitarios. Según la fuente el documento en cuestión se titula:
―Indignados Universitarios se pronuncian sobre los últimos acontecimientos que afectan el devenir de las Universidades Venezolanas‖ Es posible llamarles indignados light porque, entre otras cuestiones, se alejan de todo radicalismo y más bien se acercan a posiciones sumamente conservadoras, como veremos más adelante, anticipando que según mi parecer no hay nada más conservador que salir a tambor batiente a defender el poder, como tal, sin ejercer el obligado principio de la crítica, como lógica del pensamiento académico. [Documento recuperado el 23 de septiembre de 2015: bolivarianosindignadoszulia@gmail.com - www.aporrea.org/educacion/n278078.html]
Las crisis y las universidades venezolanas: de 1958 a 2015
¿Qué ocurre a la escuela superior cuando hay una crisis que impide el normal funcionamiento de las instituciones? La respuesta arece ser paradójica: las universidades, lesionadas, a veces heridas de muerte, siguen prestando sus servicios, de núcleo del pensamiento. Sobre ese tema organizo para mayo de 2016 una reunión en Atenas, Grecia, en donde se discutirá el caso de los países que están bajo condiciones de crisis extrema: Afganistán, Pakistán, Siria, Palestina, Israel, Egipto y algunos otros. Venezuela es uno de ellos, como lo es Colombia, que ha vivido y de hecho visto mejorar la calidad de sus universidades a pesar del cruenta guerra que les ha azotado en el último medio siglo. En algunos casos la crisis refleja el choque de civilizaciones que se ha anticipado, pero en otros es la consecuencia de políticas públicas que por una u otra razón han distorsionado el necesario equilibrio que es obligante para que las universidades rindan rédito social a sus sociedades. Venezuela no es el único país en crisis académica. Todo lo contrario, como señalaremos más adelante, el patrón de las universidades, en muchos países, es el conflicto y las tensiones entre sus diversos actores. Al parecer no existe ninguna sociedad sin que existan quejas y reclamos acerca del funcionamiento de sus universidades y los desgarres como el sufrido por Alemania durante los años el nazismo y después en los años de la dualidad de aquella nación o China durante los años de la revolución cultural y así sucesivamente, como en el caso de Chile, bajo mandato de distintos gobiernos cada uno de ellos con diversas opciones para el funcionamiento de las universidades, o los caso de Cuba y de Corea del Norte, países sometidos a presiones centralizadas a veces difíciles de soportar para el éxito del cultivo del pensamiento. Quizás pueda asegurarse que el éxito de la universidad norteamericana se deba a (a) el apoyo del estado, (b) la larga estabilidad política, prácticamente desde el fin de la guerra civil y (c) la articulación entre el sector privado con las universidades estatales y los vínculos de ambas con la empresa y con los gobiernos.
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