Rafael Piña Pérez
Como nunca antes las universidades autónomas han sido embestidas dentro de una política de Estado en pro de someterlas a un proyecto ideológico con pensamiento único, contrario al libre juego de las ideas y diferentes corrientes del pensamiento que signan la razón de ser de las instituciones productoras y transmisoras del conocimiento científico y tecnológico. La universidad es por esencia enseñanza, aprendizaje, investigación abierta y extensión, por ende no debe estar sometida a clichés del dogmatismo ideológico que desnaturalizan el deber ser de toda universidad como la puerta más abierta a la discusión y al debate para enriquecer el conocimiento y la inventiva permanente del hombre libre de ataduras que empobrezcan su pensamiento.
El Ministro de Educación Universitaria profesor Pedro Calzadilla en un comunicado publicado en varios medios impresos dice que “La obra de la Revolución Bolivariana en la educación universitaria ha sido formidable. Desde 1999 a la fecha se han creado 25 instituciones de educación universitaria, permitiendo que el número de estudiantes universitarios supere los 2 millones 500 mil. La tarea fundamental de la Revolución Bolivariana es fortalecer el sistema universitario que integre a viejas y nuevas instituciones en el objetivo de garantizar una educación universitaria sin exclusiones, que contribuya activamente a la soberanía nacional, la construcción de una sociedad justa…”
Con todo respeto profesor Calzadilla cabe recordar que en las viejas instituciones de educación superior es donde está la mayor experiencia y el acervo de conocimientos acumulados. En promedio son más de cien años, una universidad no se hace de la noche a la mañana, crece, se fortalece y acumula conocimientos a través del tiempo con constancia en docencia, investigación y extensión. El personal en todas sus áreas se forma con su dedicación y el apoyo institucional para fortalecer y enriquecer sus conocimientos. Sus ascensos se dan por méritos académicos y aprobación de trabajos de ascenso por jurados constituidos para tales fines. No es la afiliación ideológica o la identificación con un proyecto político la condición para ingresar y ascender de categoría en el escalafón universitario. Lamentablemente en la universidad bolivariana cuya iniciativa aplaudo en principio, se practica la exclusión en la selección del personal y en vez de credenciales estrictamente académicas, se están priorizando credenciales de tipo ideológico y partidista.
Estoy de acuerdo que se dediquen recursos a la universidad bolivariana, pero no en detrimento de las universidades autónomas cuyos presupuestos de funcionamiento se vienen prácticamente reconduciendo desde el año 2007 (7 años consecutivos). Esta reconducción implica una disminución en términos reales cerca del 100% tomando en cuenta la inflación acumulada en ese lapso de tiempo. Esta drástica disminución del presupuesto universitario ha reducido a las becas que no cubren ni los gastos de transporte, los programas y proyectos de investigación y capacitación docente se han venido a bajo. La calidad de la enseñanza se viene afectando además por la carencia de insumos en laboratorios, talleres de enseñanza y granjas experimentales, algunas de las cuales han sido tomadas por grupos violentos. Esos mismos grupos violentos vienen causando daños a instalaciones y plantas físicas de la UCV y otras universidades nacionales. Aparte del cerco universitario se arremete contra el patrimonio de las “viejas estructuras universitarias”, no se están haciendo inversiones en la planta física, ni en mantenimiento ni en su ampliación No es como dice el Sr. Nicolás Maduro que los estudiantes y profesores están saboteando, es el propio gobierno el gran saboteador en su cerco financiero y atropello a la universidad autónoma.
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