Hugo Prieto
28/08/2016
Dice Orlando Albornoz que cuando sale de viaje un miembro de su familia le cuelga un cartel en la espalda que dice “Producto de exportación”.
El año pasado, Albornoz estuvo en México y con frecuencia viaja a Suiza, Alemania y Turquía, países en los que presta asesoría como experto universitario. Allá lo escuchan, pero en Miraflores no tienen noticia de sus libros ni de sus conocimientos. El sistema universitario venezolano es un mecanismo disfuncional que produce muy poco conocimiento y canoniza el título universitario como un símbolo de progreso, cuando en realidad es el momento de la foto y del brindis. “Te desafío a que me traigas un solo texto donde haya una esperanza acerca de qué hacer con las universidades”, dice Albornoz, y enumera una serie de cosas que podrían hacerse para encaminar a la Universidad hacia un mejor destino. ¿Pero quién las hace? ¿Maduro que es el vivo ejemplo del Venezuelan way of life?