sábado, 26 de julio de 2014

Baja productividad de los profesores latinoamericanos

Jacqueline Fowks
El País, 24/07/2014


“No es fácil pararse frente a 25 chiquitos de ocho años o adolescentes, algunos con smartphones, y mantener su atención durante una hora, a veces uno no puede ni con los propios hijos”, comentó sobre la complejidad de enseñar el ministro de Educación de Perú, Jaime Saavedra, en la presentación del informe Profesores excelentes. Cómo mejorar el aprendizaje en América Latina y el Caribe. Después de la investigación en 15.000 aulas de siete países latinoamericanos, el estudio destaca el ausentismo y la “escasa preparación” entre las principales limitaciones de los docentes. 

Durante el foro regional De soluciones en educación hacia la excelencia de profesores, la directora del estudio, Barbara Bruns, explicó que según los estándares de referencia, los docentes deben impartir clases un mínimo del 85% de la hora en el aula, sin embargo, en la muestra en escuelas primarias y secundarias, los promedios más altos -65% en Colombia y 64% en Brasil y Honduras- están 20% por debajo de las buenas prácticas. Según el reporte, esto “equivale a un día menos de instrucción por semana”. 

Los maestros dedican, en promedio, de 25% a 39% del tiempo en el aula a actividades administrativas y un 10% a ninguna actividad productiva, como por ejemplo, llegar tarde, según Bruns, Saavedra dijo que en Perú hay 50.000 escuelas y 30.000 personas que cumplen funciones administrativas, incluidos vigilantes. “Entonces en algunos colegios es muy difícil para un profesor trabajar en esas condiciones, hay que darle personal administrativo, y algunas ventanas de gasto para mantenimiento de la escuela o compra de materiales”, refirió.

miércoles, 16 de julio de 2014

Las pupilas de la Universidad. El principio de razón y la idea de la Universidad

Jacques Derrida
LAISUM, México, 13/07/2014


Jacques Derrida 

¿Cómo no hablar, hoy, de la Universidad?

Le doy una forma negativa a mi pregunta: ¿cómo no...? Por dos razones. Por una parte, como todo el mundo sabe, resulta más imposible que nunca disociar el trabajo que realizamos, en una o en varias disciplinas, de una reflexión acerca de las condiciones político-institucionales de dicho trabajo. Esta reflexión es inevitable; no es ya un complemento externo de la enseñanza y de la investigación, sino que ha de atravesar, incluso afectar a los objetos mismos, a las normas, a los procedimientos, a los objetivos. No se puede no hablar de ella. Pero, por otra parte, mi «cómo no...» anuncia el carácter negativo, digamos mejor preventivo, de las reflexiones preliminares que desearía exponerles aquí. Debería contentarme, en efecto, a fin de iniciar las discusiones venideras, con decir cómo no habría que hablar de la Universidad; y para ello cuáles son los riesgos típicos que hay que evitar, los unos por su forma de vacío abisal, los otros por la del límite proteccionista.

¿Existe hoy en día, en lo que respecta a la Universidad, lo que se llama una «razón de ser»? A sabiendas confío mi pregunta a una locución cuyo idioma es, sin duda, más bien francés. En dos o tres palabras, nombra todo aquello de lo que hablaré: la razón y el ser, por supuesto, la esencia de la Universidad en Su relación con la razón y con el ser, pero también la causa, la finalidad, la necesidad, las justificaciones, el sentido, la misión, en una palabra, la destinación de la Universidad. Tener una «razón de ser» es tener una justificación para existir, tener un sentido, una finalidad, una destinación. Es asimismo tener una causa, dejarse explicar, según el «principio de razón», por una razón que es también una causa (ground, Grund), es decir también un fundamento y una fundación.

viernes, 4 de julio de 2014

De qué hablamos cuando hablamos de internacionalización de la educación superior

Sandra Pacheco Páez
LAISUM, México, 29/06/2014



La internacionalización de la educación superior es un tema relevante, tanto por sus implicaciones conceptuales y teóricas, como por aquellas de orden pragmático que se observan a nivel del diseño e implementación de políticas públicas.

La relevancia que ha adquirido la internacionalización en el contexto de las transformaciones que ha vivido la educación superior, se evidencia en parte, en el diseño e implementación de las políticas educativas que impulsan los gobiernos y que se reflejan en los procesos de planeación de las instituciones de educación superior. 

No es extraño entonces encontrar en los discursos de políticos y funcionarios universitarios expresiones lo más parecido a “la universidad se internacionaliza o la universidad responde a la globalización y a la sociedad del conocimiento a través de la internacionalización”, entre otras muchas frases elocuentes, pero no pocas veces, carentes de sentido.

De la misma manera en que existen diferentes conceptos y confusión alrededor del significado de la internacionalización, también existen algunos mitos o concepciones equivocadas acerca de qué y cuáles son actividades de internacionalización de la educación superior. Por mencionar algunas, se cree que una universidad es más internacional o está más internacionalizada si tiene más estudiantes extranjeros en su campus, si tiene más convenios internacionales o si imparte clases en inglés. También se asume que el tener más acreditaciones significa mayor calidad o que la internacionalización se da naturalmente en las IES.