lunes, 28 de diciembre de 2009

Responsabilidad social y autonomía universitaria

Eleazar Narváez
Algunas de las inquietudes que tuve a bien plantear en el Congreso Internacional de Rectores Latinoamericanos y del Caribe, realizado en Belo Horizonte, Brasil, en el mes de septiembre de 2007, las recuerdo ahora a propósito del tema de la responsabilidad social de las universidades. En ese entonces,cuando en nombre de la Universidad Central de Venezuela, propuse la iniciativa de crear un observatorio de responsabilidad social de las universidades de América Latina y del Caribe, como un instrumento que nos permitiera conocernos más entre nosotros y hacer más visible lo que estábamos haciendo en esa materia, de modo de articular nuestros esfuerzos y fortalecernos individual y colectivamente en el cumplimiento de tal responsabilidad, expresé:

• Algunas de las dimensiones de nuestra responsabilidad social se exacerban y otras se opacan. Por ejemplo, me parece que se sobredimensiona la preocupación por la contribución de las universidades al logro de una mayor inclusión social y se dejan muchas interrogantes y no pocos puntos oscuros cuando se le atribuye esa obligación a nuestras instituciones.

• Se hace muy poca referencia al papel de conciencia crítica de las universidades como parte muy importante de su responsabilidad en la tarea de orientar a la sociedad en aquellos asuntos de interés nacional.

• Observamos muchos riesgos de distorsión y banalización en la interpretación del concepto de responsabilidad social, cuando se asume desde perspectivas fundadas en intereses que poco tienen que ver con las misiones fundamentales de las universidades.

• Asimismo, queremos llamar la atención acerca de la necesidad de la corresponsabilidad en el ejercicio de la responsabilidad social por parte de los diversos actores de la sociedad en cada uno de nuestros países. Es fundamental la articulación de esfuerzos de las universidades entre sí y con otros actores de la sociedad, y no nada más con representantes del gobierno o del Estado.

• Finalmente, mención especial nos merece la necesidad de preservar y fortalecer la autonomía de nuestras universidades en el ejercicio de la responsabilidad social. Pensamos que tal ejercicio contribuye a potenciar nuestra autonomía al darle mayor legitimidad social. Pero aquí, por supuesto, reivindicamos la necesidad de que nuestras universidades, en diálogo con la sociedad – sin caer en la obsecuencia ante lo que diga o trate de imponer un determinado gobierno – discuta y acuerde, en un ambiente de libertad y creatividad, el contenido y el sentido de esa responsabilidad social.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Una propuesta de formación a la docencia universitaria

Artículo en La Revista Iberoamericana de Educación, una publicación editada por la OEI.
Autoras: Ana Vernengo, Coordinadora Pedagógica del Programa de Desarrollo de Habilidades Docentes de la Universidad de Belgrano, y Milena Ramallo, Docente investigadora del Área de Investigación en Educación Superior de la Universidad de Belgrano.
Resumen.El propósito de esta presentación es el de compartir la experiencia de un curso de formación docente realizado en el marco del Programa de Desarrollo de Habilidades Docentes de la Universidad de Belgrano (UB). Este Programa se desarrolla desde 1992, con el objetivo de brindar un espacio institucional de formación y reflexión sobre las prácticas docentes en el aula universitaria. Las propuestas de capacitación pedagógica para los docentes universitarios -especialmente aquellas cuya oferta educativa está ligada al desarrollo de competencias profesionales más que a la formación académica- representan un desafío institucional que debe tenerse en cuenta a fin de garantizar la calidad de la enseñanza. No se trata solamente de capacitar en la planificación de la enseñanza o en brindar un recetario de técnicas sino que la formación pedagógica de los docentes universitarios debería considerar algunos de los siguientes aspectos que, a nuestro entender, impactan directamente sobre el nivel de las prácticas de enseñanza: (1) revisar las concepciones implícitas de los docentes sobre la enseñanza y el aprendizaje, la selección y organización de los contenidos (2) desarrollar criterios de análisis de las prácticas en el aula y (3) evaluar la experiencia en términos de una pedagogía de la comprensión.El curso al que nos referiremos es el de “Iniciación a la Docencia Universitaria” dirigido a los graduados de la UB que desean ingresar a la actividad docente en la universidad. Es un curso de carácter obligatorio y tiene como finalidad, por un lado, trabajar sobre el rol del docente universitario y, por el otro introducir a los graduados en problemas inherentes al desempeño docente y al proceso de enseñanza- aprendizaje.

Buenas prácticas en la educación superior

GUNI anuncia la convocatoria de buenas prácticas en el marco de la V Conferencia Internacional de Barcelona sobre Educación Superior La educación superior comprometida con la sostenibilidad: del comprender al actuar que se celebrará en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) del 23 al 26 de noviembre de 2010.
http://web.guni2005.upc.es/news/detail.php?chlang=es&id=1484

sábado, 19 de diciembre de 2009

La universidad que quiere el régimen

Eleazar Narváez
En el momento en que releo el trabajo del mexicano Carlos Monsiváis, "Cuatro versiones de autonomía universitaria", me entero de la nueva agresión que sufre la Universidad Central de Venezuela (UCV), en esta oportunidad por los disparos hechos por 15 motorizados a la sala de sesiones del Consejo Universitario de esa institución, el día miércoles 16 de diciembre de 2009. Esta y otras tantas agresiones propiciadas y avaladas con total impunidad por el actual régimen me llevan a pensar en la universidad anhelada por el gobierno chavista; en esa universidad reivindicada en otros tiempos y en otros países como en México en los inicios de la década de los treinta del siglo xx, por ejemplo, tal como lo refiere Monsiváis (véase http://www.letraslibres.com/index.php?art=9978), cuando habla de un "caudillo", Vicente Lombardo Toledano, "un miembro de la elite convertido al marxismo" bajo la influencia de la llamada revolución soviética, una figura emblemática de una "izquierda convulsa" y "ansiosa de imponer el pensamiento totalitario", para quien el enemigo a vencer es la pedagogía capitalista y sus frutos funestos, entre ellos la libertad de cátedra, precisamente en una universidad -la ve así - que insiste en discutir todas las ideas y todos los principios para ofrecerles a los alumnos, "sin capacidad de discernimiento", nada más que vacilación y dudas:

"Libertad de cátedra sí, pero no libertad de opinar a favor de lo que fue el pasado y menos aún en contra de las verdades presentes. En otros términos, libertad de cátedra sí, pero libertad para opinar de acuerdo con las realidades que vivimos y de acuerdo con la futura verdad...
¿Y nosotros queremos seguir discutiendo los valores eternos cuando hay miseria palpable, mugre evidente, mendigos desastrosos, masas que están urgiendo un remedio claro y contundente? ¿Seguirá la Universidad discutiendo todas las ideas, todos los principios para ofrecer al alumno nada más que vacilación y dudas? No, la Universidad ya no debe educar para la duda, sino en la afirmación"


Y nosotros preguntaríamos, ¿Esa es la Universidad que se contrapone a nuestra universidad autónoma? ¿Esa es la Universidad que anhelan quienes hoy agreden a la UCV y a las demás universidades autónomas del país? ¿Quiéren una "no universidad", es decir, una universidad del pensamiento único, una universidad convertida en agencia subordinada al proyecto político e ideológico del actual régimen?

viernes, 18 de diciembre de 2009

La universidad digna


Eleazar Narváez

En modo alguno esa idea de universidad que reivindicamos cuando hablamos de pensar la autonomía tiene algo que ver con aquella que se pretende poner al servicio del denominado Socialismo del Siglo XXI, a la cual se le llama la universidad verdadera por los dirigentes del actual régimen.

Para nosotros la universidad verdadera es otra, es la universidad digna. Es la universidad que asume con firmeza el ejercicio de su autonomía, en libertad y democracia, sin claudicar ante quienes pretenden subordinarla a las orientaciones de un determinado proyecto político ajeno a los elevados objetivos que dicha institución está llamada a cumplir. Es la universidad que, además de la libertad académica, exige y necesita la libertad incondicional de cuestionamiento, de proposición y de construcción, y más aun si cabe, como dice Jacques Derrida, “...el derecho de decir públicamente todo lo que exigen una investigación, un saber y un pensamiento de la verdad”.

Esa universidad digna es incompatible con la idea de un mundo uniformado propia de un proyecto político que busca la esclavización del pensamiento para implantar la unicidad en todos los espacios de nuestra sociedad. Es contraria, radicalmente antagónica, al propósito de quienes, empeñados en convertirla en una especie de agencia del gobierno, persiguen establecer una hegemonía comunicacional dirigida a consolidar una supuesta revolución cuyas bondades sólo existen en las mentes de sus líderes.

Ciertamente la universidad digna es aquella que, comprometida con la defensa y el fortalecimiento de la capacidad de pensar críticamente, no acepta por ningún motivo imposiciones que distorsionen su misión primordial; o que se le intente reducir o someter a cualquiera determinación o mitificación para minusvalorarla, vale decir, para vulnerar o anular su legítimo derecho de exigir que se le juzgue por sus méritos y deméritos, por su valor, por lo que realmente es y hace como institución.

Esa universidad, que reivindica la dignidad para sí y para todos los venezolanos, es la institución con la cual nos identificamos y vamos a defender y fortalecer siempre.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Muerte de la Universidad

Muchas veces se cree de manera equivocada que el lobo no ha llegado a nuestras universidades, y en particular a las universidades autónomas. Contrariamente a esta creencia, resulta que el lobo desde hace tiempo ha hincado sus dientes a las instituciones universitarias del país, especialmente a aquellas que aún desde el punto de vista legal y constitucional tienen el deber y el derecho al ejercicio autónomo. Y, como cabe desprender de las declaraciones del rector de la Universidad Simón Bolívar en el diario El Universal del día domingo 13 de diciembre de 2009, la muerte de ese ejercicio autónomo puede sobrevenir por la asfixia presupuestaria de la institución universitaria por parte del gobierno. Por las nefastas consecuencias del uso de este expediente, que el actual régimen ha asumido con mayor fuerza que cualquiera de los gobiernos de la llamada Cuarta República, las universidades nacionales, aquellas que verdaderamente pueden preciarse de llevar el nombre de universidad, pareciera que tienen decretada la muerte, y también de su autonomía. Como se ve, no hace falta reforma constitucional alguna para lograr ese cometido, tampoco se requieren cambios desfavorables en los vigentes dispositivos legales que consagran el principio de la autonomía.
A continuación las declaraciones del rector Planchart en el diario El Universal:

domingo, 13 de diciembre de 2009

Las misiones educativas

Aquí presentamos las interesantes y bien documentadas reflexiones de la profesora Mabel Mundó sobre la institucionalidad de las misiones educativas desarrolladas por el actual gobierno venezolano, entre ellas una que concierne directamente de manera particular a nuestra educación superior, La Misión Sucre, de la cual comienza a decir la mencionada autora:

La Misión Sucre merece trato aparte en lo que respecta a institucionalidad. Hasta el año 2008 ha sido objeto de constante rediseño institucional. La explicación de este fenómeno quizás pueda estar en el hecho de que esta misión nace indisolublemente ligada a la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), pero en el transcurso del tiempo sus gerentes se han centrado más en la promoción, instauración y consolidación de la UBV como modelo emblemático de la institución universitaria de la revolución bolivariana, que en el crecimiento y consolidación de la Misión (Mundó, 2009: 48)

Le invitamos a leer el texto completo del trabajo de la mencionada investigadora, publicado por Revista Cuadernos del CENDES de la Universidad Central de Venezuela, Año 26, N° 71. Tercera Época, Mayo-Agosto 2009, págs-27-65.

http://www.cendes-ucv.edu.ve/pdfs/revista71/p27.pdf

sábado, 12 de diciembre de 2009

La autonomía universitaria ¿un tesoro en peligro?

Eleazar Narváez

Vale la pena reflexionar sobre las palabras de Hannah Arendt, cuando dice, en referencia a la constatación de la pérdida de su tesoro por parte de los hombres de la Resistencia europea:

"...la pérdida, quizá inevitable en términos de realidad política, se consumó por el olvido, por un fallo de la memoria no sólo de los herederos sino también, por así decirlo, de los actores, de los testigos, de quienes por un instante fugaz sostuvieron el tesoro en la palma de sus manos; en pocas palabras, de los propios seres humanos, porque el recuerdo, que - si bien una de las más importantes- no es más que una forma de pensamiento, está desvalido fuera de una estructurade referencia preestablecida, y la mente humana sólo en muy raras ocasiones es capaz de retener algo que se presenta completamente inconexo" [Véase Arendt Hannah (2003). Entre el pasado y el futuro. ocho ejercicios sobre la reflexión política. Barcelona:Península. Págs. 16-17].

Palabras que cruzan por mi mente en las circunstancias en que vivimos en el país hoy en día, donde se ciernen amenazas reales contra la democracia y en particular contra un principio fundamental, un tesoro para los universitarios y la sociedad venezolana en general, el de la autonomía universitaria.

martes, 8 de diciembre de 2009

Autonomía universitaria y rendición de cuentas

Eleazar Narváez

Si bien es considerado un concepto tan fundamental como elusivo, la rendición de cuentas puede definirse, en términos generales, como el mecanismo que está llamado a utilizar cualquier organización social que se desempeñe en el ámbito público para informar sobre sus acciones, explicarlas y responsabilizarse por ellas al someterlas al escrutinio crítico de la sociedad.

Concebida así, la rendición de cuentas implica, por lo menos en el papel, una transformación cultural en la concepción y en el ejercicio del servicio público. En el plano de la vida política debe constituirse en un componente esencial de la democracia y de los gobiernos democráticos, por medio del cual se establecen y fortalecen los canales de comunicación y diálogo entre el Estado y los diversos actores sociales, a fin de propiciar y apoyar la participación necesaria de la ciudadanía en la formulación, ejecución y evaluación de las políticas públicas.

Esta definición de la rendición de cuentas, con esas dimensiones e implicaciones, y adaptándola a las particularidades de cada caso, se justifica y es fundamental en todos los espacios de una sociedad democrática donde se desarrolle un servicio público o, en un sentido general, donde se realicen actividades de reconocida importancia para el bienestar colectivo.

Desde luego, esas consideraciones son válidas y esenciales para un espacio académico como el universitario.

La educación superior en América Latina ante los desafíos de la globalización

Eleazar Narváez

Hoy, una vez más, en distintos países del mundo se plantea la urgente necesidad de transformar la educación en atención a las exigencias del tiempo que ahora vivimos. En diferentes rincones del planeta constatamos el reclamo de que las instituciones educativas, y la educación superior en particular, deben ponerse en sintonía con lo que está sucediendo más allá de los límites de los espacios donde desarrollan sus actividades. En algunas ocasiones ese llamado aparece ligado básicamente al reconocimiento de viejos problemas no resueltos, mientras que en otras surge como producto de la concienciación de nuevos desafíos a los que debe enfrentarse la educación superior en general, sin descartar la preocupación por enfrentar determinados retos de tiempos pasados que no dejan de estar presentes en nuestras sociedades. En ambos casos se evidencia, desde luego, un descontento, una insatisfacción y un deseo de cambiar y mejorar lo que se hace en materia educativa a escala mundial, aun cuando es menester no perder de vista las importantes diferenciaciones que tales ópticas comportan en el abordaje de este asunto.

Ciertamente la reforma o transformación de la educación superior que se plantea en diferentes contextos nacionales y regionales aparece motivada muchas veces por la necesidad de resolver cuestiones que durante muchos años no habían podido abordarse o atenderse satisfactoriamente. En el caso particular de la situación actual de la educación superior latinoamericana, caracterizada por su diversidad, es preciso tener en consideración, además de tensiones acumuladas desde hace varios años, varios retos emergentes que la dinámica de la sociedad global ha producido.
Texto completo

lunes, 7 de diciembre de 2009

UNESCO. Conferencia mundial de educación superior 2009

CONFERENCIA MUNDIAL DE EDUCACIÓN SUPERIOR 2009
“La Nueva Dinámica de la Educación Superior y la búsqueda del cambio social y el Desarrollo”

UNESCO
Comunicado Final
05 – 08 de Julio de 2009
Paris – Francia

Presentación
Nosotros los participantes de la Conferencia Mundial de Educación Superior 2009, llevada a cabo en la semana del 5 al 8 de Julio de 2009 en la sede de la UNESCO en Paris, respetuosos de la pertinencia de los resultados y la Declaración 1998 de la Conferencia Mundial de Educación Superior, y, tomando en cuenta dichos resultados y las recomendaciones de las Seis Conferencias Regionales (Cartagena de Indias, Macao, Dakar, Nueva Delhi, Bucarest y El Cairo) tanto como los debates y resoluciones de la presente Conferencia Mundial, “La Nueva Dinámica de la Educación Superior y la búsqueda del cambio social y el Desarrollo”, expedimos el presente comunicado.

La Educación Superior como un bien público y una estrategia imperativa para todos los niveles de educación y fundamento de la investigación, la innovación y la creatividad debe ser un tema de responsabilidad y apoyo económico para todos los gobiernos. De acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos “La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos” (Artículo 26, Parágrafo 1º).

La actual recesión económica puede ampliar la brecha en el acceso a la educación y la calidad entre los países desarrollados y los países en desarrollo, configurando un desafío adicional a aquellos países en los cuales el acceso a la educación ya se encuentra restringido.

En ningún momento en la historia ha sido más importante invertir en la educación superior como una fuerza importante en la construcción de una sociedad del conocimiento y la diversidad; el promover la investigación, la innovación y la creatividad.

La década pasada evidenció que la educación superior y la investigación contribuyen a la erradicación de la pobreza, al desarrollo sostenible y al logro de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente; incluidos los Objetivos de Desarrollo del Milenio (MDG) y la Educación para Todos (EPT). La agenda global de educación debe reflejar estas realidades.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Una UCV más visible



En este libro se recogen los frutos de una iniciativa surgida a partir del convencimiento de que es fundamental conocer más a nuestra institución y aumentar su visibilidad, a fin de profundizar el mejoramiento de la misma. Con tal convicción, el Vicerrectorado Académico de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en el inicio de la gestión rectoral 2004-2008, impulsó la firma del Convenio Marco de Cooperación entre la UCV y el Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC) de la UNESCO, la cual se concretó el 13 de octubre de 2004.
La presente publicación está constituida por los resúmenes de diez estudios realizados sobre diversos aspectos relevantes de la dinámica educativa de la Universidad Central de Venezuela en el período comprendido entre los años 1990 y 2004,
organizados en cuatro ejes temáticos: financiamiento, oferta educativa y curricular, estudiantes y docentes.
Los autores de tales trabajos, realizados bajo la coordinación de Marina Polo, son: Ana Bajo, África Aroca, Amalio Sarco Lira, Arelis Figueroa, Bárbara Rodríguez, Freddy García, Jesús González, José Isidro Roa, Nancy González y Simi Benhamu.

Semana de la UCV en Colombia

Eleazar Narváez


Para mí es motivo de honda complacencia y un verdadero honor representar al Rector Antonio París y a toda nuestra comunidad universitaria en el acto de inicio de la Semana de la Universidad Central de Venezuela en este país hermano, en unas circunstancias en las cuales se celebra el centésimo cuadragésimo aniversario de la Universidad Nacional de Colombia y cuando nos aproximamos a la conmemoración de los 286 años de nuestra Casa de Estudio el venidero 22 de diciembre.

Reciban todos ustedes, en nombre de nuestro equipo rectoral y del mío propio, los más cordiales saludos, así como un fraternal abrazo con profundo sentimiento universitario y la sincera gratitud por acompañarnos en esta experiencia que comenzamos en el día de hoy.

De igual modo, aprovechamos la ocasión para manifestarles a las autoridades y a toda la comunidad de la Universidad Nacional de Colombia, nuestras entusiastas palabras de felicitación por ser actores de una institución que ciertamente, como centro académico por excelencia de los colombianos, ha jugado sin duda un importante papel en la historia nacional de Colombia.

Si nos preguntaran cuáles son las motivaciones y qué esperamos con las actividades que ahora comenzamos, diríamos que las mismas tienen que ver con tres ideas básicas que a manera de intenciones aparecen entrelazadas estrechamente en la labor que desarrollarán los distinguidos académicos y representantes de nuestra institución a lo largo de la programación que se cumplirá en esta visita a la bella y querida ciudad de Bogotá.

La primera concierne a nuestra inquebrantable voluntad de continuar con el esfuerzo de contribuir con el fortalecimiento de los nexos reales que alimentan la vocación integradora de nuestros dos países. Es necesario recordar siempre que Venezuela y Colombia han tenido durante varias centenas de años de historia, una identidad y una gran cantidad de elementos que no solamente nos hermanan, sino que representan un augurio inevitable de integración y destino común.

En esto no podemos perder de vista que ya en el siglo XIX, en los tiempos de la Gran Colombia, Santander se empeño en establecer un sistema universitario laico con la creación de la Universidad Central de la República con las tres sedes de Caracas, Bogotá y Quito. También es oportuno recordar, entre otros casos, el de la celebración del Congreso Internacional de Estudiantes de estos tres países en la primera década del siglo XX, en el cual destacó el propósito de invitación a la integración e identificación cultural latinoamericana.

Y más recientemente, es obligado tener presente las invalorables contribuciones del Grupo Académico Binacional promovido por la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad Central de Venezuela, las cuales se han alimentado en gran parte de los frutos del concurso de importantes actores de los más diversos sectores gubernamentales, empresariales, gremiales, sociales, culturales, políticos y educativos que han trabajo durante muchos años de modo perseverante y sostenido en favor de la convivencia colombo-venezolana.

Han sido unos valiosos esfuerzos dirigidos a encontrar – lo expreso con las palabras de Socorro Ramírez y José María Cadenas – “...formas no sólo de pacífica convivencia entre los dos países sino de positivo aprovechamiento de la vecindad para la transformación de Colombia y Venezuela en socios estratégicos en la construcción de la integración andina y suramericana, indispensable ante los urgentes desafíos del mundo global”; pues, como dicen ambos académicos, “...es más lo que une a estos dos países que lo que los diferencia, y que son más las oportunidades que la vecindad les ofrece que los problemas que los obliga a enfrentar”.

La segunda idea-intención está referida a la convicción de que es necesario profundizar la visibilidad de las realizaciones de nuestra universidad en el cumplimiento de sus funciones de docencia, investigación, extensión y gestión, no sólo con el simple afán informativo y divulgativo sino también para, entre otros objetivos, propiciar una mayor cooperación e integración en el desarrollo de la labor universitaria y para promover una cultura de participación ciudadana tanto en el ámbito nacional como más allá de las fronteras de nuestro país. Creemos, además, que esa mayor visibilidad institucional puede servir de factor de concienciación ante no pocas incomprensiones y ataques infundados de que es objeto la universidad autónoma en los actuales momentos de la vida venezolana.

Esta semana de la UCV en Bogotá se inscribe igualmente en esos propósitos. Tanto la Universidad Central de Venezuela como la Universidad Nacional de Colombia están llamadas a hacer más visibles los significativos logros que en el curso de su historia las han enaltecido. Estamos persuadidos de que tal empeño redundará en una mayor confianza en ambas Casas de Estudio por parte de cada una de sus comunidades, de la opinión nacional en cada caso y asimismo de la comunidad internacional.

Por último, una tercera intención deseamos compartir con ustedes: La imperiosa necesidad que tenemos de preservar, defender, resignificar y fortalecer la autonomía universitaria para hacerle frente a los ingentes desafíos que en el mundo de hoy debemos atender. Más allá de las particularidades históricas y del momento actual en la asunción de ese reto por la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Nacional de Colombia, hay elementos en común que seguramente estas dos instituciones contribuirán a potenciar. Uno de ellos es la convicción en la autonomía como principio de vida, como componente fundamental de la condición humana, es decir, como posibilidad que tiene cada cual – con fundamento en la independencia de pensamiento y acción - de elegir y responsabilizarse por la vida que se desea desarrollar, sin convertirse en fuente de agresión o de calamidades para otras personas e instituciones.

Sostenemos que pensar la autonomía universitaria es conocer mejor la universidad como locus donde, a contracorriente de la idea de un mundo uniformado, conviven múltiples expresiones del saber; y en el cual se dan las condiciones necesarias y suficientes para el ejercicio de la libertad, es decir, de la capacidad de conjugar conocimiento, imaginación y decisión en el campo de lo posible: en su vida académica; en la elección de sus autoridades; en la escogencia de su personal; en el cuestionamiento a sí misma y a todo lo que le concierna; en sus normas de gobierno, funcionamiento y administración de su patrimonio; y en la proposición y contribución en la construcción de soluciones y alternativas de cambio que nuestros países requieran.

Como dice Jacques Derrida:

(...) la universidad moderna debería ser sin condición...Dicha universidad exige y se le debería reconocer en principio, además de lo que se denomina la libertad académica, una libertad incondicional de cuestionamiento y de proposición, e incluso, más aún si cabe, el derecho de decir públicamente todo lo que exigen una investigación, un saber y un pensamiento de la verdad.

Esta reflexión es de vital importancia en nuestras universidades, y muy especialmente en la nuestra por las graves amenazas que se ciernen sobre ella en la actualidad.

Estimados señores y señoras, muchas gracias por prestar atención a estas palabras que he pronunciado y de modo especial a las intenciones que he querido compartir con ustedes. Nuestra gratitud a todos los presentes por acompañarnos en este acto.

Muchas gracias al doctor Moisés Wassermann, Rector de la ilustre Universidad Nacional de Colombia, y a las demás autoridades de esta institución, por la deferencia y todo el apoyo prestado en el desarrollo de nuestras actividades en Bogotá.

De nuevo, muchas gracias a todos y a todas. Buenas tardes.

Palabras de Eleazar Narváez,Vicerrector Académico de la Universidad Central de Venezuela, en representación del Rector Antonio París, en acto de instalación de la Semana de la UCV en Colombia. Bogotá, 30 de octubre de 2007.

Autonomía universitaria y presupuesto

Eleazar Narváez


Hoy es temerario decir que nuestras universidades son más autónomas que nunca. Esto, por cuanto entre otras razones, el ejercicio en libertad de la autonomía universitaria en el país está afectado severamente por grandes limitaciones en el orden económico-financiero.

Nuestras universidades no son más autónomas porque el principio respectivo esté consagrado constitucionalmente o aún siga intacto en la letra de la vigente Ley de Universidades. Tampoco lo son – por lo menos plenamente - por el solo hecho de que puedan trazar en libertad su propio rumbo, darse sus propias normas y elegir democráticamente a sus autoridades. El ejercicio de la autonomía depende sobremanera de otros factores no menos importantes, entre ellos, de las posibilidades que nos brinde el presupuesto institucional tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo.

Actualmente varios hechos ligados al tema presupuestario no son en verdad alentadores, por ejemplo: la enorme descapitalización del personal por la no asignación gubernamental de recursos suficientes para cubrir la reposición de cargos de los jubilados; la precaria remuneración del personal docente y de investigación debido al irrespeto de las normas de homologación por parte del Ejecutivo y a la negativa de éste de desarrollar una política salarial más justa; las incertidumbres en la asignación de recursos a la investigación y al postgrado mediante las normas del Consejo Nacional de Universidades; las odiosas discriminaciones creadas por el sector gubernamental respecto al monto de las becas estudiantiles, con la particularidad de que la cantidad de éstas en las universidades autónomas ha sido congelada; los graves problemas de dotación de aulas, laboratorios y bibliotecas de nuestras principales casas de estudio, además de los serios problemas de infraestructura.

La no atención de esas necesidades por el Gobierno es una manera de profundizar el deterioro de las condiciones necesarias para el ejercicio de la autonomía universitaria. Y ello está ligado a una interpretación sui géneris y perversa de ese principio por quienes hoy detentan el poder político en el país: la de creer que el Estado no tiene por qué responsabilizarse y ocuparse de resolver unos problemas que no admiten como suyos, por cuanto se considera que los mismos son de unas instituciones que, por ser autónomas, no quieren ponerse servicio del proyecto político e ideológico del actual régimen.

Quienes hoy tienen la responsabilidad de dirigir la vida de nuestras universidades no deben arrogarse la licencia de hacer un mal uso del mencionado principio y colocar en desventaja a esas instituciones en el disparadero de quienes han pretendido secuestrarlas para ponerlas al servicio de intereses reñidos con la academia y los verdaderos anhelos de progreso de toda la sociedad venezolana.
Artículo de Eleazar Narváez publicado en El Nacional, el 21 de marzo de 2009

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Autonomía universitaria en Venezuela


En nuestro tiempo, en el cual se dice que el fin de la utopía ha dado lugar a la sacralización de la urgencia – con la conversión de los actores sociales en esclavos de los problemas inmediatos - uno de los desafíos a los que debemos responder los educadores y los estudiosos de la educación es, precisamente, contribuir a la búsqueda de sentido que la sociedad contemporánea nos exige, en unas circunstancias en las cuales somos testigos de una obsesión por vaciar nuestros discursos educativos actuales de los referentes y los orígenes sobre los que se han erigido y desarrollado las ideas y las prácticas pedagógicas más innovadoras de este tiempo en el que vivimos (Carbonell Sebarroja, 2000). Y tal responsabilidad es preciso que la asumamos con la conciencia de saber que la educación ha de ser un instrumento fundamental en la respuesta a dicha demanda de sentido y, al mismo tiempo, objeto de ésta.

Pensamos que la contribución de la universidad venezolana en la búsqueda de sentido que nos exige en la actualidad la sociedad, implica necesariamente la colocación del concepto de autonomía en el centro de nuestra atención en una perspectiva histórica; todo esto con la convicción de saber que el pasado representa una fuerza, y no una carga que el hombre debe sobrellevar y de cuyo peso muerto podemos o debemos liberarnos en la marcha hacia el futuro (Arendt, 2003)[1]. Una fuerza en nuestro caso – la de la autonomía -, que es menester resignificar con el propósito de reflexionar la institución universitaria del país de cara a los diversos e ingentes desafíos que nos plantea el mundo contemporáneo.

La Educación y la Universidad in extremis




Este libro reúne un total de 38 artículos de opinión del autor publicados en su gran mayoría en dos diarios de circulación nacional de nuestro país, en los cuales es evidente la especial atención brindada a diversos temas referidos a la educación en general y a la universidad en particular, aunque, en menor medida, es también manifiesta la preocupación por otros asuntos de suma importancia del acontecer de la vida social y política de Venezuela durante el período comprendido entre los años 2002 y 2007.

Por un lado, son básicamente críticas producto de las reflexiones cargadas de angustias de quien – sin perder la firmeza y la serenidad - no ha podido permanecer como testigo pasivo e imparcial ante múltiples hechos de la vida educativa y universitaria ocurridos en un contexto sociopolítico de muchas y fuertes tensiones.

Asimismo, son invitaciones a repensar tales acontecimientos en la perspectiva de darle respuesta a los ingentes desafíos que hoy nos plantea el sistema educativo venezolano en sus diferentes niveles, siempre con el insistente llamado a realizar ese cometido en unas condiciones que garanticen el ejercicio efectivo de la libertad, la democracia y la autonomía de las personas y las instituciones.

Así, reivindicando ambos puntos de vista – el de la crítica con una actitud proactiva - el autor preferiría que los textos que componen esta obra fuesen considerados más bien como expresión de ese pesimismo activo que es propio de quienes, tal como dice Fernando Savater - asumen que las cosas andan muy mal y estiman al mismo tiempo que éstas irán mucho peor si no hacemos nada para remediarlo.




Educación de Ayer y Hoy





La presente obra está constituida por cinco artículos sobre diversos temas educativos publicados por el autor en revistas especializadas de reconocida trayectoria en el país. Tres de ellos están referidos a tópicos de nuestra historia educativa que son de especial interés para ayudarnos a restablecer los vínculos entre el hoy y el ayer del mundo educativo en el que vivimos, mientras que los otros dos están dedicados a asuntos que han ocupado la atención de los estudiosos de la educación en tiempos más cercanos a los tiempos actuales. En su conjunto constituyen trabajos que, sin duda alguna, nos proporcionan valiosos elementos para repensar la actual situación de la educación venezolana. Todos ellos pueden valorarse desde la perspectiva de un desafío que los educadores no podemos dejar de atender: la búsqueda de sentido que la sociedad contemporánea nos exige.

El primero de dichos artículos, titulado “El Estado Docente: reflexiones para el análisis y una mirada al caso de Venezuela (Del siglo XIX a 1945-1948)”, ha sido concebido con el propósito, por una parte, de plantear algunos elementos conceptuales y metodológicos para el análisis en general de la responsabilidad del Estado en la educación, y, por el otro, de examinar lo que ha significado el principio del Estado Docente durante un período de la vida venezolana en el cual además, el espíritu de ese postulado se establece y define de manera explícita en las normativas que orientaron y regularon nuestra educación.

Asimismo, puede decirse que, aunado al trabajo anterior, “Una mirada a la Escuela Nueva” y “la Escuela Nueva y la República Escolar Bolivariana en Venezuela” responden a la estimulante idea de ver en el pasado una fuerza –como lo dijera Arendt (2003) - y no una carga que debemos sobrellevar o liberarnos en nuestra marcha hacia el futuro. Precisamente, en “Una mirada a la Escuela Nueva”, que centra su atención en el movimiento de renovación pedagógica iniciado a finales del siglo XIX en Europa y desarrollado en el mundo hasta el primer tercio del siglo XX, se reivindica la vigencia del espíritu fundamental de aquél, condensado en esa actitud de concebir que la finalidad propia de la educación y sus métodos han de ser objeto de revisión constante. Y por otro lado, en el otro artículo, se trata de determinar hasta qué punto la propuesta de la República Escolar Bolivariana del actual gobierno venezolano se basa realmente en las ideas básicas y los principios generales de la Escuela Nueva.

Ya situados en una época más próxima a los años actuales, aparecen los trabajos “La educación superior en América Latina ante los desafíos de la globalización” y “Calidad y Equidad en las Escuelas Eficaces”. En el primero, se exponen los problemas y los desafíos de la educación superior latinoamericana en un mundo globalizado, con clara conciencia de la desestabilización de los paradigmas que durante muchos años proporcionaron los argumentos fundamentales para valorar la educación como algo relevante en nuestros países, y también, en consecuencia, con la convicción de que es necesario y urgente contribuir a repensar la educación superior en los países de América Latina, con especial énfasis en su dimensión teleológica, en unas circunstancias en las que en el ámbito mundial ocurren procesos y tendencias que, interrelacionados entre sí, trascienden las fronteras de los Estados nacionales e impactan y dejan su huella significativa en diversas dimensiones de la vida en nuestras sociedades.

Por último, se examinan las dudas y el cuestionamiento sobre la concepción de la calidad y la equidad en el llamado movimiento de las escuelas eficaces, el cual asume hoy en día que es posible mejorar la educación mediante el conocimiento de los elementos contextuales, escolares y de aula que producen una educación de más calidad y de más equidad. Las reflexiones allí expuestas pueden ser consideradas como parte del debate que estamos llamados a profundizar en la actualidad sobre el tema de la calidad y el principio de equidad en nuestra educación.

Acto por la autonomía universitaria

Eleazar Narváez


Muy buenos días, un cordial saludo a todos los presentes.

Quiero, en primer lugar, expresar mi más sincera y profunda complacencia por llevarse a cabo una iniciativa como ésta: un acto por la autonomía universitaria, es decir, un acto por lo que constituye un principio esencial de una institución como la universidad. Un acto que asumimos, de igual modo, como un acto por el presente y el futuro de la universidad venezolana.

Hoy, los universitarios y los ucevistas en particular, estamos más obligados a reflexionar y debatir el principio de autonomía, no sólo para defenderlo - de amenazas reales tanto internas como externas - sino también para fortalecerlo.
A fin de responder a tales desafíos, es muy importante que tomemos mayor conciencia acerca de lo que ha significado históricamente dicho principio en la vida universitaria de nuestro país y de otros países, así como de sus implicancias actuales y futuras. Al decir esto, convengo con Gregorio Weinberg: “…en que los movimientos, las instituciones, las ideas y los hombres recordados son aquellos que siguen conservando vivos sus fermentos y su mensaje”

Pues bien, en los tiempos que ahora vivimos es legítimo y fundamental que los universitarios asumamos un doble reto: que sigamos conservando vivos, por un lado, y fortalezcamos además, por el otro, los fermentos y el mensaje de la autonomía.

Pero no nos confundamos, es preciso que tengamos claridad de qué estamos hablando cuando reivindicamos este principio en ese doble reto que acabamos de expresar. No nos referimos a un privilegio, a un fuero especial o a un concepto de extraterritorialidadad incompatible con la idea de un estado moderno. Sí hablamos de un principio fundamental para que la universidad sea el territorio donde reine el ejercicio libre de la razón; para que la universidad forme hombres consustanciados con el ejercicio del pensamiento crítico y capaces de reflexionar sobre alternativas; para que la universidad sea realmente un centro de creación y difusión del conocimiento en libertad, sin la intromisión de grupos o partidos circunstanciales en el poder.

Tenemos a nuestra disposición dos maneras no excluyentes para enfrentar el doble desafío antes señalado, las cuales, sin duda alguna, debemos dosificar adecuadamente en las acciones que emprendamos.

Se trata no sólo de reaccionar con firmeza y coraje ante los ataques o las amenazas a la autonomía que hoy sufrimos – una exigencia que debemos atender con mayor fuerza, sin duda - sino igualmente, de ser más proactivos en nuestras aspiraciones de mantener y alimentar siempre ese principio, como eje transversal de los propósitos de cambio o transformación institucional que abriguemos.

Ciertamente, hoy tenemos la urgencia de reaccionar o hacernos sentir con mayor vigor y con un elevado sentido de responsabilidad colectiva ante diversos factores externos e internos que atentan contra la autonomía universitaria. Hablamos de reaccionar, como un compromiso de todos los sectores de la comunidad universitaria: ante una acción gubernamental que multiplica sus esfuerzos en distintas dimensiones para cercenar la autonomía: mediante el expediente presupuestario, la reforma legislativa, el discurso descalificador, etc.
Y reaccionar también, ante actitudes y comportamientos inadecuados en el plano interno de nuestra institución que ignoran o malinterpretan el verdadero significado de la autonomía.

Asimismo, se impone, con no menor urgencia, ir más allá del solo rechazo de aquello que lesione la autonomía universitaria. En tal sentido, consideramos que es de vital importancia que nos aboquemos, también como un compromiso colectivo, a crear las condiciones que propicien y hagan posible: un clima institucional favorable al concepto de autonomía y al carácter movilizador de éste, a fin de contar con una plataforma para asumir dicho principio como eje transversal de nuestras propuestas de cambio institucional.

Aprovecho la oportunidad para decirles que planteamientos como éstos nos sirvieron de fundamento para proponerle al consejo universitario un programa de celebración del cincuentenario de la autonomía universitaria, tomando como referencia histórica un hecho trascendental ocurrido el 5 de diciembre de 1958, fecha en la cual se promulga la ley de universidades mediante decreto ley por la junta de gobierno del doctor Edgar Sanabria. Así, para la celebración de ese cincuentenario, referido al período comprendido entre el 5 de diciembre de 1958 y el 5 de diciembre de 2008, presentamos un programa cuyos elementos básicos nos permitimos señalar brevemente a continuación:

Propósitos: creación de un clima institucional para el debate, el intercambio y la movilización nacional, que apunte a la reivindicación de la autonomía universitaria y sirva de base y estímulo para impulsar propuestas académicas trascendentes y contundentes desde el punto de vista político.

Ejes temáticos: como la dimensión doctrinaria de la autonomía universitaria, la dimensión histórica de ésta, así como su presente y futuro.
Acciones, eventos y resultados posibles: acciones comunicacionales (despliegue de una campaña comunicacional diversa y de amplio impacto). acciones declarativas (entre ellas, la declaración del año 2008 como el año jubilar de la autonomía; la constitución del claustro de honor en las universidades, con quienes han sido rectores de éstas en la vida democrática del país después del 5 de diciembre de 1958); eventos simbólicos (instalación de claustros de honor, la voz de los rectores de la autonomía, congreso conmemorativo del 180 aniversario de la universidad republicana, entre otros); eventos hacia la comunidad (la presencia social de la universidad y la universidad y su campus social); eventos académicos (encuentro nacional autonómico, encuentro internacional autonómico, autonomía hoy, autonomía en perspectiva. concurso de ensayos sobre la autonomía y diálogo sobre la autonomía en las cátedras).

Con esto termino, muchas gracias.

Palabras de Eleazar Narváez, como Vicerrector Académico de la Universidad Central de Venezuela, en acto por la autonomía universitaria en la Sala de Conciertos de la Universidad Central de Venezuela. Caracas, 20 de octubre de 2005

lunes, 30 de noviembre de 2009

Otro golpe a las universidades


Eleazar Narváez
Nuevamente el régimen chavista arremete de modo brutal contra la institución universitaria del país mediante procedimientos violatorios de nuestro ordenamiento legal. Después de haber sido aprobada la inconstitucional Ley Orgánica de Educación, con la cual, además de otras perversidades, se sientan las bases para que se distorsione la democracia universitaria y se profundice el debilitamiento del ejercicio de la autonomía en las universidades, el Ejecutivo Nacional pasa otra vez por encima de la aún vigente Ley de Universidades, al asignarles de manera arbitraria el presupuesto a estas casas de estudio para el año 2010.

Sin cumplir con lo estipulado en el ordinal 7 del artículo 20 de la citada ley, se desconocen, una vez más, dos atribuciones del Consejo Nacional de Universidades (CNU), las cuales son: por un lado, proponer ante el Ejecutivo Nacional el monto anual del presupuesto universitario para que sea considerado por la Asamblea Nacional como parte del Proyecto de Ley de Presupuesto; y por el otro, efectuar la distribución de ese presupuesto entre las universidades nacionales después de haber sido promulgada esta última.

Así, con base en esa arbitrariedad, sin plantearse en el CNU como lo ordena la Ley de Universidades, el Ejecutivo acaba de asignarle a la Universidad Central de Venezuela, por ejemplo, la cantidad de Bs. 1.016.099.112 para el ejercicio fiscal del próximo año, la cual representa menos del 50% de lo solicitado formalmente por el Consejo Universitario en función de las necesidades de esa institución y de acuerdo con las pautas de la Oficina de Planificación del Sector Universitario; y además, esa cuota constituye la reconducción del presupuesto de ese centro educativo, precisamente en unos momentos en los que la economía del país sufre los embates de una corrosiva inflación y los efectos negativos de las políticas gubernamentales.

Al actual gobierno le importa muy poco que esa mayor precariedad presupuestaria contribuya al deterioro las actividades de docencia, investigación y extensión de las universidades, así como al aumento de la descapitalización de su personal y a la depauperación de sus ya golpeados servicios estudiantiles, entre otros. Y ni hablar del gran desinterés gubernamental por adecentar los sueldos del personal universitario - hoy en día en un nivel inconcebible - y por honrar los compromisos que tiene el Estado con profesores, empleados y obreros, entre ellos, por ejemplo, los que tienen que ver con los pasivos laborales y con el incremento salarial por normas de homologación correspondiente a nueve meses del año 2008.

No obstante, mientras se golpea a las universidades y a otras instituciones fundamentales del país, el régimen prepara sus “trampitas” en la formulación del presupuesto de la Nación del 2010 para quedarse con los recursos que necesita para comprar votos en las elecciones venideras.


Artículo de Eleazar Narváez publicado en el diario Tal Cual, el 05 de noviembre de 2009

Seminario Internacional "Autonomía Universitaria: Compromiso Académico y Social"




Eleazar Narváez*

Hoy queremos reivindicar, una vez más, la necesidad fundamental de fortalecer el compromiso político de nuestra academia, que no es otro que el compromiso inquebrantable de nuestra universidad con el poder de su autonomía.

Es la continuación y reafirmación del propósito que tuvimos a bien hacer público el 12 de marzo del año pasado, en un acto realizado en la Sala de Conciertos de esta institución, momento en el cual disfruté del privilegio de leer la declaración del inicio del Jubileo de la Autonomía de la Universidad Central de Venezuela, con el Claustro de Honor integrado por los rectores de nuestra universidad.

Efectivamente, en ese entonces – la ocasión es propicia para recordarlo - comenzamos la celebración del Jubileo de la Autonomía Universitaria, con motivo de la convergencia de tres fechas históricas de gran relevancia para nosotros:

En primer lugar, el 24 de junio de 2007, cuando se cumplieron 180 años de la promulgación de los Estatutos Republicanos por Simón Bolívar, con los cuales, además de eliminarse la barrera de la “limpieza de sangre” como requisito indispensable para ingresar a la universidad, se consagró el principio de autonomía universitaria, al disponerse que el Rector sería elegido por el Claustro pleno, y, asimismo, se robusteció este principió al asignársele a la universidad un valioso patrimonio económico, el cual le fue posteriormente arrebatado por el gobierno de Antonio Guzmán Blanco.

En segundo lugar, el 21 de noviembre de 2007, cuando rememoramos los 50 años de la gesta estudiantil que contribuyó al rescate de la democracia y a la restitución plena de la autonomía universitaria en Venezuela, un hecho que bien vale la pena tener presente cuando hoy tenemos en la calle, precisamente, un movimiento estudiantil que ha enarbolado, con mucho entusiasmo y firmeza, las banderas de la libertad, la democracia y la autonomía universitaria.

Y, en tercer lugar, el 5 de diciembre de 2008, fecha en la que se cumplirán 50 años de la promulgación del Decreto-Ley de la Junta de Gobierno presidida por el doctor Edgar Sanabria, cuando - “en una forma amplia y sobre sólidas bases democráticas”, como dijera el ilustre Rector Francisco De Venanzi -, a la universidad venezolana se le restituyó la autonomía que le fuera conculcada por la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez., recibiendo un extraordinario aliento en el compromiso con la defensa y el fortalecimiento de “una de las facultades que confieren mayor brillo a la dignidad humana: la capacidad de pensar críticamente”.

En esa oportunidad, lo repito, declaramos el jubileo de la autonomía universitaria en la era democrática, a fin de estimular la recuperación de la memoria institucional y en la perspectiva de establecer un amplio espacio participativo para la libre reflexión sin exclusiones; siempre en la búsqueda incesante de nuevos horizontes de transformación sobre la base del permanente fortalecimiento del ejercicio autonómico de nuestra comunidad.

Así, esta celebración de la autonomía la consideramos parte de su práctica y de lo que en la universidad habita, una convocatoria amplia y calurosa a los múltiples actores de este medio siglo. Homenaje que construimos como un momento de condensación de lo vivido y una propuesta colectiva, desde todos nosotros, sobre el paradigma del devenir. Un acto de comunión comprometido con la universidad de siempre, es decir, con la universidad digna, libre, orgullosa de ser la Casa que vence la sombra.

Con este acto de comunión con la universidad autónoma hemos querido, pues, abrir un espacio para la reflexión y el debate sobre un principio fundamental de la vida universitaria, el de su autonomía, con el objeto de lograr una mayor solidez de los cimientos para la lucha que en su defensa, preservación y potenciación estamos llamados a dar los universitarios en estos tiempos, donde hay claras señales de querer imponerse la esclavización del pensamiento.

Hoy, nuevamente, insistimos en la urgente necesidad de repensar la universidad, un desafío que implica en lo fundamental pensar su autonomía. En “Las preguntas de la vida”, Fernando Savater (2004:67) dice que “Acosados por la muerte, debemos pensar la vida. Pensarla, es decir: conocerla mejor a ella, a cuanto contiene y a cuanto significa”. Otro tanto podemos afirmar nosotros acerca de la autonomía universitaria en la situación actual del país, precisamente cuando arrecian las amenazas y agresiones que ponen en jaque ese principio fundamental de la universidad. Sin duda, ahora más que nunca, se trata no sólo de defenderla como un legado histórico que debemos preservar sin desmayar, sino también de potenciarla siempre, para lo cual es necesario que se le conozca mejor en lo que respecta a lo que es, a su contenido, a su significado, a su importancia y especialmente en relación al poder que nos da para mejorar y transformar nuestra institución en función de los retos que tenemos por delante.

Pensar la autonomía universitaria es conocer mejor la universidad como ámbito donde, a contracorriente de la idea de un mundo uniformado, conviven múltiples expresiones del saber; y en el cual se dan las condiciones necesarias y suficientes para el ejercicio de la libertad, es decir, de la capacidad de conjugar conocimiento, imaginación y decisión en el campo de lo posible: en su vida académica; en la elección de sus autoridades; en la escogencia de su personal; en el cuestionamiento a sí misma y a todo lo que le concierna; en sus normas de gobierno, funcionamiento y administración de su patrimonio; y en la proposición y contribución en la construcción de soluciones y alternativas de cambio que el país requiera.

Distinguidos académicos y académicas, invitados nacionales e internacionales y demás participantes en este evento que nos honran y entusiasman con su presencia, estas son algunas de las reflexiones que nutren la celebración del Jubileo de la Autonomía Universitaria que nuestro Vicerrectorado Académico, con el invalorable apoyo del Rector Antonio París y de los otros miembros del equipo rectoral, ha venido impulsando y desarrollando como una actividad de toda la comunidad ucevista. Reciban ustedes la más cordial bienvenida y nuestras más sinceras palabras de gratitud por acompañarnos.

A quienes con elevado entusiasmo, perseverancia y compromiso universitario han llevado sobre sus hombros la organización de este seminario internacional, muchas gracias. Nuestro agradecimiento y reconocimiento a nuestros queridos profesores y profesoras José María Cadenas, Ernesto González, Luken Quintana, Elsi Jiménez, Sara Gheller, Liliana Céspedes, Avelis Guevara, Rodolfo Rico y Carlos Monsalve. Muchas gracias a Maribel Dam, a Humberto Luque, a Betty González por su extraordinario apoyo, y asimismo, a los estudiantes pasantes y al personal administrativo y obrero que nos auxiliaron en esta reconfortante faena.

Muchas gracias a todos ustedes, pues nos han ayudado a alimentar y a fortalecer la convicción de que la autonomía universitaria es uno de esos temas de gran significación histórica que mantiene su vigencia porque precisamente conserva vivos sus fermentos y su mensaje. No en vano decía Hannah Arendt (2003:79) que “...no sólo el futuro – ‘la ola del futuro’ – sino también el pasado se ve como una fuerza, y no, como en casi todas nuestras metáforas, como una carga que el hombre debe sobrellevar y de cuyo peso muerto el ser humano puede, o incluso debe, liberarse en su marcha hacia el futuro”.

Reivindicando con mucho optimismo este compromiso con la autonomía universitaria – que es para nosotros un compromiso histórico, un compromiso con el presente y un compromiso con el futuro de nuestra institución y del país – les digo, para finalizar, muchas gracias por su presencia y apoyo.

*Palabras de Eleazar Narváez en la Sala E de la UCV, el día miércoles 27 de febrero de 2008, en el acto de instalación del Seminario Internacional "Autonomía Universitaria: Compromiso Académico y Social",  en su condición de Vicerrector Académico de la Universidad Central de Venezuela.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Ejercicio de la autonomía universitaria

Trastornos del ejercicio de la autonomía universitaria como derecho constitucional


Eleazar Narváez


Puede decirse, por lo menos en el papel, que la consagración constitucional de la autonomía universitaria en Venezuela en el año 1999 significó un paso muy importante o de avance para nuestras instituciones universitarias. Con tal decisión se elevó a un rango superior los distintos tipos o especies de autonomía previstas en la aún vigente Ley de Universidades de 1970.

No obstante, también es preciso afirmar con claridad y contundencia que en los años del régimen chavista - fundamentalmente por diversas acciones gubernamentales, si bien es posible considerar otros factores tanto internos como externos - el ejercicio real de ese derecho ha sufrido serias perturbaciones, con el agravante de que en la actualidad corre el riesgo de debilitarse más todavía por las implicaciones de la Ley Orgánica de Educación (LOE) aprobada el mes de agosto del año en curso.

Sin duda, la profundización de esos trastornos del ejercicio autonómico en las instituciones universitarias venezolanas es una amenaza real que cabe derivar del artículo 35 de la mencionada ley, referido específicamente a las leyes especiales de la educación universitaria.

La reflexión sobre estas perturbaciones nos lleva a la convicción de sostener que es esencial para los universitarios revisar el discurso sobre la autonomía universitaria. Por un lado, hay ir que más allá de la sola preocupación por defender ese principio de los viejos embates del poder político; aun cuando reconocemos que esa defensa en determinados momentos de nuestra historia, tanto en el país como en América Latina, contribuyó notablemente a legitimar la universidad autónoma. Por otra parte, es menester tomar mayor conciencia de la necesidad de fortalecer ese principio mediante su ejercicio en perfecta sintonía con la misión esencial de una institución que está llamada a ser, como lo corrobora su historia, algo mucho más que una entidad dedicada a formar profesionales.

Es fundamental que hoy pongamos el acento en las condiciones en la vida real que posibilitan el ejercicio en libertad de la autonomía universitaria en Venezuela, más allá de lo que esté previsto en la Constitución o en determinadas leyes.