jueves, 29 de julio de 2010

Francisco De Venanzi: Tres premisas fundamentales que no debemos olvidar

En un momento en el que una vez más se coloca sobre el tapete el debate acerca del tema del ingreso de nuevos estudiantes a las universidades, así como hemos hecho mención de planteamientos diversos de otros autores en este espacio, es oportuno rememorar también lo que nos decía 47 años atrás el Rector Francisco De Venanzi, en su Mensaje al Claustro:

"El continuo aumento de la demanda de educación universitaria así como la necesidad que tenemos de que continúe el proceso expansivo antes mencionado, crea una serie de dificultades que han de ser superadas para que se logre incrementar las oportunidades para el estudio, y mantener al mismo tiempo niveles de formación que sean verdaderamente significativos para preparar personal capacitado. En la estructuración de una política universitaria definida sobre esta materia, conviene dejar sentadas tres premisas fundamentales.

La primera de ellas es dejar establecido que las actuales Autoridades Universitarias consideran necesario que se produzca en el país una considerable expansión de la educación superior. Esta firme creencia está relacionada con el criterio de que es indispensable para el progreso de una comunidad, disponer de los equipos de egresados universitarios que puedan poner en marcha y dar impulso a los mecanismos cada vez más complejos de la estructura social. Si esto es cierto para las naciones que han alcanzado un nivel avanzado, lo es mucho más aún para los países subdesarrollados como el nuestro. El descuido en que se mantuvo la educación universitaria en los años de la dictadura nos llevó a poseer uno de los índices más bajos de educación universitaria registrados en las naciones latinoamericanas.

La segunda premisa es la necesidad de que la educación universitaria se fortalezca en calidad para que la preparación que se adquiera en las Universidades sirva los propósitos que teóricamente le están asignados. De nada valdría aumentar considerablemente el número de cursantes si esto se acompaña de una decadencia de la instrucción y de la formación encomendadas a los institutos superiores educacionales. Como ha sido la triste experiencia de algunos de los países del continente, en donde no se ha dado la debida importancia a este fundamental requerimiento, una expansión considerable del alumnado que no se acompañe de un correlativo incremento de profesores capaces y de materiales de enseñanza, conduce a una desvalorización del significado y la importancia social de la educación universitaria.

El tercer y último concepto sobre el cual debe ponerse especial énfasis, es la diferenciación que debe hacerse entre educación universitaria y educación universitaria en la Universidad Central. Se confunde con frecuencia lo que debe pedirse al sistema educativo en general y lo que debe pedirse a la Universidad Central. Nuestro instituto, el más antiguo, el de mayor tradición y el que ha alcanzado más amplio desarrollo, está en el momento actual saturado y sobre él recae la mayor presión en el proceso de incremento de la población estudiantil. Estamos absolutamente de acuerdo en que deben ofrecerse las facilidades para que haya una relación conveniente entre el número de egresados del bachillerato y las posibilidades de estudios avanzados, pero en la Universidad Central sobrevendría una limitación natural determinada por sus características físicas, por las posibilidades de coordinación docente y administrativas y por la misma necesidad de orden nacional de llevar el influjo cultural univsersitario a otras áreas de población. Que esta limitación se produzca en el momento en que se acojan 20.000 alumnos o cuando ingresen 30.000, no interesa para el concepto, lo cierto es que lógicamente ocurrirá en los próximos años" (pp.43-45)

jueves, 22 de julio de 2010

Ante el autoritarismo

ANTE EL AUTORITARISMO

La Comisión de Estudios de Postgrado de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela constata con preocupación los avances de un proyecto totalitario en nuestro país. Sin cortapisas, algunos de sus voceros han expresado públicamente que pretenden la hegemonía, concepto gramsciano y marxista que se traduce en el control político-ideológico de todos los ámbitos de la sociedad: economía, cultura, educación y comunicación, entre otros.

Los tentáculos del gobierno pretenden abarcarlo todo, alterando el necesario equilibrio entre la sociedad civil, el Estado y el mercado. Tanto los monopolios privados como los monopolios públicos atentan contra la democracia y una verdadera equidad. Hoy día, se nos pretende imponer la omnipresencia estatal, eliminando todas las esferas de autonomía e ignorando que el socialismo real fracasó estrepitosamente. Es expresión de esa vocación avasallante, la criminalización de la disidencia, una de las armas privilegiadas del sistema político actual.

A la ausencia de una plena división de los poderes públicos se une el irrespeto cotidiano de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a saber: el derecho a la vida, el derecho a la salud, el derecho a la educación, el derecho al trabajo, el derecho a la propiedad privada, entre otros. De singular relevancia es la conculcación del Derecho a la Información, fundamentalmente del derecho a emitir, investigar y recibir una información libre y plural. Esta situación se evidencia en el control gubernamental de gran parte de la radiodifusión masiva, la autocensura, la cooptación político-ideológica de los medios comunitarios, la conversión de las emisoras de radio y televisión en medios de propaganda oficialistas, la reciente creación del Centro de Estudios Situacionales de la Nación (CESNA) y, en las constantes cadenas presidenciales que invaden la privacidad de los venezolanos.

La hegemonía comunicacional se ubica en las antípodas de la democracia puesto que la concurrencia de medios privados y públicos, de distintas líneas editoriales, resulta crucial para la libertad de prensa y la libertad de expresión.

El Estado venezolano, en lugar de construir ciudadanía y propiciar el diálogo, promueve una ideología basada en un lenguaje de odio dirigido a los distintos sectores sociales, a muchos de los cuales estigmatiza con base en rasgos étnicos, religiosos, socioeconómicos y educativos.

Preocupa especialmente la campaña de descrédito en contra de las universidades autónomas, aunada a la asignación de un presupuesto deficitario, que pretende quebrar la moral de los docentes, ahogar la investigación y sobre todo la reflexión libre y plural.

La Comisión de Estudios de Postgrado de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela ratifica su compromiso y apoyo a nuestras autoridades rectorales, pero sobre todo deja claro ante el país que defenderá el pluralismo, la libertad y el respeto de los derechos civiles de los ciudadanos con los únicos instrumentos que nuestra casa de estudio nos ha proporcionado: la reflexión, el diálogo y la palabra escrita. El norte del Gobierno es, sin dudas, la imposición de un pensamiento único. Contra estas amenazas llamamos a una actitud de firme rechazo.

Investigadores y docentes firmantes:
Maria Elena González, María Josefina Barajas, Rebecca Beke, Nancy Núñez,Carlos Colina, Rosa Lacasella, Janeth Rodríguez, Alejandra Fernández, Carlos Sandoval, Luz Marina Rivas, Mariketi Papatzikos, Laura Hernández y Vidal Sáez Sáez.

Caracas, 21 de Julio de 2010

viernes, 16 de julio de 2010

¿Por qué el profesor Urquiola está enojado?

Víctor M Ortega
Artículo de opinión publicado en el diario El Universal (16/07/2010)

Nuestro estimado profesor Urquiola, jubilado de la docencia universitaria en el 2006, después de haber laborado en las aulas de diversas instituciones de educación superior por 30 años, y a quien aún no le han cancelado ni medio de sus prestaciones sociales, se queja con razón de ni siquiera poder comprar un carro nuevo de los baratos sin tener que empeñar su impredecible futuro, (una casa más o menos decente sería un sueño inalcanzable). La queja del colega es la misma de miles y miles de pedagogos y de otros profesionales de todas las artes y ciencias que laboran hoy en día en nuestro país en instituciones públicas.

En los últimos 35 años de democracia en Venezuela, dice el último comunicado de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios (FAPUV), el deterioro del salario real de un Profesor Titular, a Dedicación Exclusiva, que es el máximo escalafón en la carrera académica, ha pasado de representar 18,88 veces el monto del salario mínimo urbano, a 4,22 veces el salario mínimo, cuyo monto es en la actualidad de Bs.1.223,89 y cuyo poder adquisitivo es ciertamente mucho menor al del salario mínimo de 1975. Eso no ha ocurrido por ejemplo con los miembros de nuestras Fuerzas Armadas, ni con los diputados de la Asamblea Nacional ni con tantos otros jerarcas privilegiados de la oligarquía bolivariana, cuyo salario integral si ha sido ajustado una y otra vez de acuerdo con la galopante inflación.

lunes, 12 de julio de 2010

Soberanía económica y educativa

ADRIANA PUIGGRÓS
Presidenta de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, Argentina

Hace más de dos décadas que comenzaron a desembarcar en América latina los agentes del mercado educativo, tanto desde empresas privadas como desde organismos internacionales. El proyecto ALFA Tuning incluyó a nuestra región desde 2002, cuando avanzó en la creación de un Espacio Común de Enseñanza Superior de la Unión Europea, América Latina y el Caribe (Uealc). Fue acompañado por numerosos acuerdos bilaterales y multilaterales entre organismos internacionales, universidades, fundaciones empresariales y empresas.

En 1999, los ministros europeos de Educación firmaron en Bologna, Italia, el llamado “Espacio europeo de educación superior”, donde participan activamente autoridades universitarias, académicos neoliberales y empresarios. La razón de ser de ese espacio es que la educación alcanza un presupuesto anual mundial de cerca de 1 billón de dólares, con 50 millones de trabajadores y una clientela potencial de mil millones de alumnos. Se trata de la más cautiva de las clientelas posibles en la medida en que se logre deteriorar la función educativa de los Estados.

A diferencia de lo propugnado por los organismos internacionales, la articulación entre sistemas escolares, la correlación y validación de estudios, la movilidad internacional de estudiantes y docentes, la coordinación de los criterios de evaluación, y otras medidas que se están tomando, no son neutrales. Varios congresos internacionales de educación superior que se han realizado en América latina en la última década tienen el claro objetivo de alinear la región en los términos impuestos por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Para extender el que se había realizado previamente en Sevilla, en 2005, se realizó el II Encuentro de Rectores de Universia, una red de universidades orientada hacia el mercado desde la cual los invitados fueron convocados por Emilio Botín, presidente del Banco Santander. En mayo se reunieron en Guadalajara, México, 985 rectores de universidades iberoamericanas, empresarios, ONG y representantes de gobiernos, “para marcarles a los países de Latinoamérica el camino que creen que hay que recorrer para construir un espacio iberoamericano del conocimiento, al estilo de lo que ha hecho (...) el proceso de Bologna en Europa” (El País, Madrid, 1-6-10).

Texto completo

UNESCO: Diálogo para un mundo sostenible

Educación para todos y Educación sostenible

Ros Wade y Jenneth Parker


UNESCO: Políticas de Educación para el Desarrollo Sostenible –Diálogo No 1

Texto completo


Retos en la evaluación de la calidad de la educación en América Latina

Un interesante trabajo de F. Javier Murillo y Marcela Román publicado en la Revista Iberoamericana de Educación.

Véase texto completo

miércoles, 7 de julio de 2010

Reflexiones sobre la Universidad Argentina: El problema del acceso a la universidad.

El acceso a la universidad

Hoy siguen siendo muy oportunas e interesantes las ideas planteadas por el educador argentino Juan Carlos Tedesco en relación con el tema del ingreso a la universidad, recogidas en una carta dirigida a Carlos Altamirano el 23 de mayo de 1985. A continuación, transcribo algunos párrafos de dicha comunicación*:

"El primer problema, tanto desde el punto de vista político como 'cronológico', es el problema del acceso. En todo el mundo la expansión cuantitativa de la enseñanza superiro ha originado grandes discusiones...

En primer lugar, es preciso ser honestos con respecto al tema del ingreso. El movimiento estudiantil ha reclamado el ingreso irrestricto y esto constituye una consigna democrática que, después de casi diez años de política limitacionista, tiene un alto valor movilizador. Sin embargo, nadie puede suponer razonablemente que ingreso irrestricto signifique que todos pueden seguir estudiando lo que quieran y donde quieran. Ya tenemos experiencias en la aplicación de políticas de este tipo y todos sabemos que traen aparejado un congestionamiento brutal en el primer año, con un deterioro completo de las condiciones básicas del proceso del aprendizaje y, finalmente, una selección por el fracaso que, analizada desde el punto de vista social, tiene el mismo carácter antidemocrático del limitacionismo y un costo social y personal muy alto.

El acceso a la universidad, para que no sea un mero acceso formal sino un acceso real al conocimiento, debe estar acompañado por las garantías mínimas de calidad en la educación que permitan un proceso efectivo de aprendizaje.

En este sentido, creo que es importante señalar que una política que garantice el acceso de todos a la enseñanza superior no es necesariamente sinónimo de una política de libre acceso. En las actuales condiciones, el sistema de enseñanza superior se ha ampliado y diversificado considerablemente. Sería preciso, en consecuencia, considerar que el acceso no puede quedar a expensas de la 'libre competencia' institucional, sino a los términos de una política que se ubique por encima de las instituciones y brinde un marco para salidas lo más orgánicas y racionales posibles a la demanda existente.

....

En síntesis, garantizar a todos el derecho de estudiar no es sinónimo de ausencia total de selección. Entre la selección elitista del limitacionismo y la selección por el fracaso del ingreso irrestricto, es preciso diseñar fórmulas que permitan aprovechar al máximo el potencial del sistema de educación superior en su conjunto.

Claro que todos sabemos que los criterios de selección no son neutrales frente a variables como el origen social. La selección y la democracia no se combinan fácil ni espontáneamente. Pero yo me pregunto: ¿hasta dónde una política de ingreso libre significa un avance real en las posibilidades de acceso de los sectores populares? Al respecto, creo que es bueno recordar algunas características generales de la situación educativa argentina. En primer lugar, que la posibilidad de demandar el acceso a la universidad es restringida. El sistema educativo selecciona severamente en los niveles previos y mientras esto no se resuelva, seguirá habiendo límites a la democratización del acceso a la universidad.

Sin embargo, los sectores populares en la Argentina han avanzado bastante en este terreno...Mi pregunta es la siguiente: si el objetivo consiste en democratizar el acceso a la universidad, ¿no será preciso definir políticas explícitas que favorezcan el ingreso y la permanencia de aquellos que vienen de hogres populares? Una política homogénea para todos, ¿no terminará favoreciendo a los que están en mejores condiciones para el desempeño estudiantil? "

Carta incluida en Tedesco, Juan Carlos (2005). Opiniones sobre Política Educativa, pp. 21-30 Buenos Aires: Ediciones Granica.

viernes, 2 de julio de 2010

Rememoremos el nacimiento de la universidad republicana en Venezuela

Eleazar Narváez
Ex Vicerrector Académico de la UCV

El pasado 24 de junio se cumplieron 183 años del nacimiento de la universidad republicana. A esa universidad, que tiene su origen en la promulgación de los Estatutos o Constituciones universitarias por el Libertador Simón Bolívar el 24 de junio de 1827 - una vez derogadas las Constituciones de la Real y Pontificia Universidad de Caracas - se le otorgó la libertad para que trazase su propio destino con la elección de sus autoridades por el Claustro de profesores, así como un vigoroso patrimonio económico, "...con nuevas cátedras, con amplios y bien dotados laboratorios, abierta a todas las corrientes del pensamiento, a todos los credos, sin que el color de la piel significara ningún obstáculo para recibir los títulos académicos" [Leal, Ildefonso. (1983).Los Estatutos Republicanos de la UCV. 1827. Caracas: Edición del Rectorado de la UCV].

En esos Estatutos Republicanos, constituidos por 289 artículos, se aseguraba la autonomía gubernamental, la autonomía académica, la autonomía administrativa y sobre todo la autonomía económica de la Universidad. Nacía así en el país, en sustitución de la elitesca y monástica universidad colonial, una universidad inspirada en el designio republicano con la aspiración de ser "...más dinámica, tolerante y científica, y más a tono con la nueva época" [Leal, Ildefonso. (1981). Historia de la UCV. Caracas: Ediciones del Rectorado de la UCV. Pág. 30]

Hoy estamos obligados a rememorar la trascendencia de ese hecho histórico en la vida universitaria del país, con la conciencia y la firme convicción de que es fundamental , por un lado, desarrollar una activa vigilancia para evitar retrocesos en la consagración constitucional actual de la autonomía universitaria; y por el otro, fortalecer la lucha por mejorar las condiciones para el buen ejercicio de ese principio, ante un régimen que, con base en el uso perverso del descomunal poder que dispone, se empeña cada día por ponerle diversos obstáculos a la práctica de la libetad en todos los espacios de nuestra sociedad.

En las muy difíciles circunstancias políticas en las que hoy recordamos el nacimiento de la universidad republicana, no debemos perder de vista que las condiciones reales que favorecen el buen ejercicio de la autonomía universitaria es tan esencial como la preocupación por mantener la vigencia de ese principio en la letra de la Constitución y de las Leyes respectivas. Sin duda, éstas han de ser dos dimensiones primordiales en la defensa y el fortalecimiento de la autonomía universitaria en el momento actual en Venezuela; precisamente hoy, cuando el régimen obsesivamente acorrala económicamente a la universidad autónoma y pretende secuestrarla para su proyecto político de refundación socialista de la República.