jueves, 25 de febrero de 2021

La UCV "de mis tormentos"

Tulio Ramírez
25/02/2021

Parte de esta esta frase la tomo prestada de José Ignacio Cabrujas. Si lo notaron saqué de la ecuación a los Tiburones de La Guaira, el equipo «de sus tormentos».

En esta oportunidad el objeto de mis tormentos es nuestra querida Universidad Central de Venezuela. Ella, a diferencia del equipo de Cabrujas –y con el perdón de su fanaticada– lleva demasiadas temporadas ganando el campeonato de simpatías y respeto por parte de la mayoría de los venezolanos.

El amor por la UCV lo he sentido desde muy joven. He dicho en varias oportunidades que me convertí en ucevista antes de ser aceptado formalmente como estudiante. A los dieciséis años, estando en cuarto año de bachillerato en la también querida Escuela Técnica de Campo Rico, en Petare, reservaba los sábados para asistir a la Sala de Conciertos del campus. No faltaba a las obras del Teatro Universitario, los conciertos de la Estudiantina o las profundas e intensas películas de Bergman, Polanski y Hitchcock.

En esa época era una suerte de rara avis. En lugar de dedicar los domingos a un encuentro de chapitas o a alguna caimanera de beisbol me iba con Horacio, otro amante de esa casa de estudios (aunque nunca se inscribió en ella), a disfrutar lo que estaba en cartelera.

sábado, 20 de febrero de 2021

Yo soy sociólogo


Ignacio Ávalos
18/02/2021

El Día del Sociólogo fue la semana pasada. Lo celebré, a pesar de la pandemia pero, sobre todo, de la propuesta del gobierno, en la que indica que lo que estudié no es útil para el país, que poco o nada tiene que ver con sus necesidades y prioridades, opinión que se extiende, en general, a filósofos, historiadores, psicólogos, en fin, a todo aquel que se le haya ocurrido pisar el territorio académico marcado por las ciencias sociales y humanas.

jueves, 18 de febrero de 2021

El SESA del MPPEU

Introducción

En la República Bolivariana de Venezuela, la Educación Universitaria como parte de la educación, se asume como un servicio público, un derecho humano y un deber social fundamental, establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV,

1999). En consecuencia, el Estado es responsable y garante de su materialización y supervisión basado en principios de justicia, calidad y pertinencia social, lo cual se lleva adelante mediante el ente rector y las Instituciones de Educación Universitaria (IEU) de gestión pública o de gestión privada, que conforman el Subsistema de Educación Universitaria (SEU).

En correspondencia con la trayectoria y responsabilidad del Estado y de la autonomía universitaria, se han desarrollado múltiples instrumentos normativos y de política pública, que han ido concurriendo en la necesidad de contar con un sistema de evaluación de la calidad y pertinencia que promueva y dé cuenta de las fortalezas y potencialidades de la educación universitaria en nuestro país. Para ello se propone la creación del Sistema de Evaluación, Supervisión, Acompañamiento y Acreditación (SESA).

Entrevista a Benjamín Scharifker por Hugo Prieto

Hugo Prieto
 24/01/2021
 
“Las universidades requieren de opciones para cubrir sus costos”

¿Qué íbamos a imaginar, los que conocimos la tierra de nadie, que ésta se iba a tragar a la UCV? Ni en la peor borrachera. Ahora, que las universidades autónomas son pueblos fantasmas, el gobierno del señor Nicolás Maduro ordena -mediante una mera instrucción- que se congele el cobro de la matrícula en las universidades privadas. Lo que está en juego es su propio funcionamiento.

La instrucción viene además acompañada de una orientación política, definida exclusivamente por el Gobierno. La supuesta necesidad de orientar la oferta académica hacia 15 carreras tecnológicas que contribuyan a aumentar la producción industrial y de alimentos en un país quebrado. Imponer, instruir, ordenar. No será un modelo democrático sino totalitario.

Benjamín Scharifker* tiene mucho que decir acerca de estos temas.

Universidad, el último bastión

Gioconda Cunto de San Blas
18/02/2021

Llevan años atacándola. Primero fueron las bombas lacrimógenas para dispersar manifestaciones estudiantiles y profesorales dentro del recinto universitario y fuera de él, luego fusiles y balas, encarcelamientos, torturas y muertes de manifestantes y la instalación del miedo como motor de sobrevivencia. Siguieron las tomas de Consejos Universitarios, el desmantelamiento de laboratorios y tropelías diversas en espacios universitarios emblemáticos, merecedoras de sanciones punibles por la ley, aunque beneficiarias de la lenidad del régimen, muchos de cuyos personeros son —dolorosamente— egresados de esas mismas aulas hoy mancilladas por la barbarie.

martes, 16 de febrero de 2021

Con esos sueldos del profesorado...

Eleazar Narváez Bello
@eleazarnarvaez
El Nacional
Febrero 2021
 
Me encuentro con una amiga y compañera ucevista en el parque donde suelo ir a caminar cada mañana con mi esposa. De inmediato, sin demora alguna, me comenta: “qué te parece, hoy, 10 de febrero, nos pagaron adelantada la quincena. Muy generosa y empática nuestra universidad. Un pago anticipado para que tengamos algo en el bolsillo para celebrar el día del amor y la amistad. Yo, ya resolví. Le compré a mi marido una bolsa de Pepito con lo poco que me depositaron. Solo eso pude comprarle. Nada más. Dime, Eleazar, con el sueldo que uno percibe en la institución, ¿acaso podemos trabajar y vivir de manera digna?”

martes, 9 de febrero de 2021

¿Reaccionaremos los ucevistas?

Eleazar Narváez Bello
Febrero, 2021 

Hoy los ucevistas somos testigos de la debacle nacional y la destrucción de nuestras universidades por un régimen delincuente y depredador, enemigo del saber, la cultura, la educación y de todo aquello que representa y tiene que ver con el bienestar y la vida digna de los venezolanos.

Desgraciadamente el panorama universitario actual es desolador y desalentador. Con una universidad desmovilizada, carente de protagonismo y beligerancia para luchar y exigir lo necesario e indispensable, tanto para sí misma como para la vida del país. Sumida en el silencio casi total, sin la voz contundente y orientadora que está llamada a tener, fingiendo normalidad, presa de una excesiva cautela paralizante. Conformándose en algunos casos, en medio de la pandemia y al son de las manipulaciones e irresponsabilidades gubernamentales, con las actividades a distancia que llevan a cabo con muchos esfuerzos, pero de manera precaria muy pocas de sus escuelas.