lunes, 31 de enero de 2011

Los buenos estudiantes también son inteligentes

Joaquín García-Huidobro Correa
El Mercurio, 31/01/11

Una buena parte de las ventajas de Chile sobre sus vecinos se debe a su política de becas estatales. Desde hace décadas, un puñado de buenos alumnos chilenos ha viajado a otros países a estudiar con buenos profesores y aprender cosas que no podía aprender aquí. A la vuelta se comprometían a trabajar en un organismo estatal o en una universidad: un lujo para el Estado y también para las universidades, que han visto incrementar su calidad de manera exponencial.
Este sistema, que trajo grandes beneficios al país, tenía dos defectos: el primero es que beneficiaba a pocos; el segundo era la falta de transparencia y de igualdad de acceso. Uno sabía que, si quería obtener una beca estatal, convenía tener un tío ministro. A pesar de eso, como las becas eran pocas, se terminaba eligiendo a los mejores (entre los que tenían los contactos necesarios).
Todo cambió con la Presidenta Bachelet, que quiso hacer dos cosas buenas, pero difíciles: ampliar el número de becas y desterrar el amiguismo. El aumento de las becas produjo una saturación del sistema, que hoy nadie puede manejar. También es buena la superación de las influencias extraacadémicas. Ella amplía los beneficios a quienes no las poseen. Permite, además, poner atajo a una forma sutil pero grave de corrupción. Logra así que los factores intelectuales y académicos sean los determinantes.

Universidad sin fronteras

Critovam Buarque
El Nacional, 31/01/11
La educación superior nació para destruir fronteras. En principio, las fronteras de los dogmas de las interpretaciones religiosas; más adelante, las fronteras en todas las áreas del conocimiento. En los 1.000 años de su historia, la universidad ha sido responsable de la superación de los límites del saber. Pero en algunos momentos, la universidad tarda en aceptar las rupturas surgidas desde fuera, producidas por grandes pensadores no académicos. En estos momentos, para que pueda seguir destruyendo fronteras, la universidad necesita liberarse ella misma, romper con los límites dentro de los cuales actúa.

En este comienzo del siglo XXI, la universidad tiene por delante una encrucijada: o decide romper con sus propios límites o no servirá para seguir venciendo nuevas fronteras del conocimiento. Para ajustarse a los requisitos de los tiempos futuros, la universidad necesita romper por lo menos siete fronteras. 

domingo, 30 de enero de 2011

Ir más allá del debate de la LEU

Eleazar Narváez
Muy importante que hayamos discutido la LEU. Se dice que en la UCV, por ejemplo, se han realizado más de 30 reuniones para  debatirla. También en otras universidades, actividades parecidas se han hecho sentir con bastante intensidad. Sin embargo, es preciso ir más allá. Por un lado, es necesario crear un mecanismo institucional ágil y eficiente que rescate y traduzca los resultados de esos debates en una propuesta acerca de la universidad que queremos y de nuestro firme compromiso para impulsarla y desarrollarla. Por el otro, es fundamental que esa propuesta trascienda las paredes de nuestras casas de estudio y  de la Asamblea Nacional, que no sea sólo para nuestro consumo interno, que sea del conocimiento de toda la sociedad venezolana, e incluso que se divulgue en el plano internacional, a fin de propiciar una mayor participación para su enriquecimiento. No esperemos otro madrugonazo del oficialismo para reaccionar.

Asimismo, es necesario no desmayar en nuestro empeño de reflexionar e intercambiar ideas acerca de la problemática educativa nacional, sin dejar de mirar lo que ocurre en otros países, pero eso sí, sin cortapisas, sin las restricciones y mezquindades que lesionan la diversidad y pluralidad que siempre debemos preservar y fortalecer en este tipo de actividades.

Universidad: la polémica autonomía

Rigoberto Lanz
El Nacional, 30/01/11

¿ Autonomía respecto de quién o de qué? No hay que dar muchas vueltas: se trata de estar bien distantes de los efectos directos de las burocracias gubernamentales (de derecha o de izquierda). La idea es que al gobierno de turno no se le ocurra estar inmiscuyéndose en asuntos académicos, en orientaciones filosóficas, en pautas teórico-curriculares ni cosillas así. Lo que está en frente cuando se habla de autonomía no es el Estado sino el gobierno (peludo asunto para países como el nuestro donde esta distinción nuca ha existido de verdad). El modelo ideal es aquel en el que los organismos competentes responden anualmente por el soporte financiero de la actividad universitaria de un modo automático y sin más preguntas que la probidad en la administración de esos recursos. La manipulación política de la asignación presupuestaria es una aberración que se la lleva bien con la mediocridad interna que se desvive y justifica por el famoso "presupuesto justo". 

Trabajar autónomamente lo que quiere decir es que los investigadores no tienen que estar dando explicaciones a la burocracia del gobierno (ministros, organismos o lo que sea) sobre las cosas que hacen o dejan de hacer. Desarrollar un seminario o cualquier unidad curricular, lo mismo que realizar una investigación (desde el impertinente asunto del sexo de los ángeles, hasta la nanotecnología aplicada a los nuevos materiales, pasando por "los problemas del país" y cualquier otro asunto pertinente que se nos ocurra), no debe guardar ninguna relación de jerarquía ni de implicación forzada con criterios emanados del Poder Ejecutivo. 

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sábado, 29 de enero de 2011

Universidades y burócratas

Jesús Puerta
El Nacional, 29/01/11
Vamos a decirlo directamente: para mí, la nueva ley de educación universitaria (aún en proyecto) es una oportunidad extraordinaria para lograr los cambios necesarios en las universidades venezolanas. ¿Es perfecta? Por supuesto que no. Lo bueno o lo mejor que tiene no es algún artículo en particular, sino el proceso de transformaciones que, de otra manera, no se habría iniciado.

Esos procesos han sido preciosos en la historia. Las universidades son instituciones sumamente conservadoras. Tanto, que se justifica completamente la apreciación de Rigoberto Lanz de que por sí mismas no pueden transformarse. Para determinar cuáles son las fuerzas que pueden ayudar a ese cambio, habría que acudir a la historia.

Se han mencionado tan sólo dos factores concurrentes en la marcha de la universidad: los burócratas del gobierno y los miembros de la institución. Habría que apuntar que este esquema es sumamente pobre y simplificado. En primer lugar, hay otras fuerzas, agentes y circunstancias que han llevado y pueden llevar a la transformación. En segundo lugar, la dicotomía burócratas/ universitarios no es tan nítida como se quiere hacer ver.  

Adiós, LOCTI

Rafael Rangel Aldao
El Universal, 29/01/11
Fue de buena a regular mientras duró, la segunda edición de la novísima ley. La primera no sirvió de nada y la tercera, bueno, enterró el espíritu que alguna vez tuvo la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI). En esta absurda realidad, da igual lamentarse por acertar en el pronóstico, que por no hallar respuesta alguna a la advertencia.

Tres años atrás (El Universal, 10/5/2008) anotamos que la LOCTI era "demasiada buena como para perdurar." En realidad, la intención innovadora la acabaron por igual todas las partes involucradas, unos por el afán de controlar lo incontrolable, otros por disfrazar contablemente la "inversión" en ciencia y tecnología, y finalmente los beneficiarios, por pechar en mucho los ingresos de sus propios investigadores. Así lo advertimos entre 2007 y 2010. Resultado final: el adefesio de ahora.

La universidad que todos queremos

Tomás Guardia Ortega
El Universal, 29/01/11
La universidad libre y democrática, volvió a ganar la batalla. El antiuniversitario proyecto de Ley de Educación Superior fue vetado por el presidente Chávez. Ahora toda la universidad está discutiendo un nuevo proyecto de ley de universidades, más moderno, más académico, más científico y más democrático. ¡Muy bien! Me parece excelente pero, ¿tuvo la universidad que esperar a ser puesta a prueba una vez más por los intentos intervencionistas de otro gobierno más para reaccionar frente a la necesidad de modernizarse, actualizarse y sobre todo transformarse? Me parece insólito que después de más de 40 años de la promulgación de la ley de universidades de 1970; los universitarios nos hallamos dado cuenta de que había que cambiar la universidad. Eso simplemente no debió nunca ocurrir, tuvimos que tener la iniciativa hace mucho tiempo y adelantarnos al Gobierno al entregar un proyecto de ley universitaria que resultara del consenso de la mayoría.

Claves para la transformación universitaria en Venezuela

Nerio Enrique Romero
El Universal, 29/01/11
Creo necesario comenzar afirmando que es preferible tener las universidades autónomas de hoy, aun con sus deficiencias, que unas universidades sometidas al criterio político de este o cualquier otro gobierno. Lo cual no es excusa para desconocer que padecen desviaciones y deficiencias que no hemos sabido, podido y (a veces) querido superar. Ellas, si bien prestan un importante servicio al país, más transparente, eficiente y eficaz que el de la mayoría de organismos públicos, están muy lejos de tener un funcionamiento y rendimiento óptimos. ¿Qué cambiar?: 

viernes, 28 de enero de 2011

Enseñanza y desarrollo

Jorge Werthein
La Nación, 28/01/11
El último informe de la Unesco sobre ciencia, divulgado recientemente, viene a reforzar el argumento de que la ciencia y la tecnología tienen una importancia crucial para el desarrollo de los países. El documento, que abarca desde 2002 hasta 2007 aproximadamente, revela que los gobiernos del mundo expandieron la financiación de investigaciones en este período, y que los países en desarrollo que adoptaron políticas para la promoción de la ciencia, la tecnología y la innovación progresaron más rápidamente en los últimos años. La Argentina figura allí entre los actores latinoamericanos que han contribuido al avance de esas áreas.

El informe señala la creación, en 1996, de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Anpcyt) en la Argentina como un ejemplo de cambio positivo en las políticas públicas de la región en relación con la ciencia y la tecnología. Gracias a la acción de los cuatro fondos que administra, la Anpcyt liberó, en 2008, 2346 millones de dólares para un total de 2293 proyectos de Investigación y Desarrollo. El documento también consigna la ley de la ciencia, que el Congreso argentino aprobó en 2001 y que contribuyó a establecer un sistema de ciencia, tecnología e innovación en el país. Entre otras iniciativas elogiables del gobierno argentino, el informe de la Unesco también menciona el Plan Estratégico de Mediano Plazo (2005-2015), que le ha permitido al país avanzar simultáneamente en los campos de la innovación y del desarrollo social.

Afrontar el reto de la competitividad

ANÁLISIS: DECLARACIÓN DE LOS RECTORES EUROPEOS
EL PAÍS, 28/01/11

La inversión pública en investigación es fundamental. Tiene un impacto social evidente, desde los avances en la diagnosis y la terapéutica médica, que permiten mejoras en la salud y la calidad de vida, hasta la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías, aspecto esencial para la competitividad futura de Europa.

En pocas palabras, la investigación es la base de la competitividad futura de Europa y, por ende, el papel de las universidades y los centros de investigación asociados es básico. Si estas instituciones prestan la debida atención a la ciencia básica, esto redunda en innovación y nuevos resultados, y sus laboratorios forjan el capital humano necesario para el éxito de las empresas.

Europa pincha en ciencia

Sebastián Tobarra y Ricardo R de Rituerto
El PAÏS, 28/01/11
Europa corre el riesgo de perder el tren del avance científico. La UE avanza demasiado lentamente en el terreno de la ciencia para acortar terreno al liderazgo de EE UU y Japón, y ve como China reduce aceleradamente su ancestral retraso. Los objetivos del fracasado proceso de Lisboa fueron pospuestos nada menos que una década, desde 2010 hasta 2020. En este contexto, crece la inquietud de que los ajustes presupuestarios terminen de frenar una actividad investigadora muy dependiente todavía de la inversión estatal.
Este es un escenario que la Comisión Europea confirmará la próxima semana al anunciar la clasificación en innovación de los países europeos. Los datos reflejan la insuficiencia del esfuerzo presupuestario: ante el objetivo de dedicar el 3% de PIB a I+D, los Veintisiete están todavía en el 2,01%. España, recluida el año pasado en el pelotón de los moderadamente innovadores, debe esperar en 2011 un resultado semejante al puesto 18 entre 27 el pasado ejercicio.

Una agenda alternativa

Alex Fergusson
El Nacional, 28/01/11

El cambio en la UCV y, por cierto, en el resto de las universidades nacionales, es un clamor general, aunque sus razones, métodos y objetivos no sean los mismos en cada grupo de actores que participan en ella. Para avanzar en ese proceso es necesario comenzar rompiendo el círculo vicioso de ofertas incumplidas, ineficiencia y centralismo autoritario que han conducido al actual estado de desconfianza generalizada en las capacidades institucionales. 

Desde 2001, un importante grupo de universitarios comprometidos con la transformación de nuestra universidad, entre ellos y de manera destacada el grupo de profesionales que forman la Red del Observatorio Internacional de Reformas Universitarias (ORUS-VE) hemos venido planteando la urgente necesidad de un cambio sustantivo en las bases epistemológicas, en la organización y en los modos de funcionamiento de la educación superior. En tal sentido, hemos fundamentado hasta la saciedad que la transformación universitaria debe ser pertinente, profunda pero plausible y realizada mediante la participación más amplia y democrática posible. 

miércoles, 26 de enero de 2011

Una ley para controlar

Luis Fuenmayor Toro
La Voz, 26/01/11
El único propósito existente en la mente de Hugo Chávez es el de ganar las elecciones de 2012, por lo que todo lo que sirva a ese objetivo es bueno y debe impulsarse, mientras lo que lo entorpezca en cualquier forma es malo y debe ser anulado
 
El objetivo fundamental de la Ley de Educación Universitaria, aprobada por la Asamblea y derogada inmediatamente por el Presidente, era la puesta al servicio de las instituciones educativas superiores de un proyecto político-personal: el de Chávez Presidente eterno. No se trata, como demagógicamente señalan los devotos del Presidente, de colocar los estudios universitarios en sintonía con el proyecto actual de la nación venezolana, pues dicho proyecto es completamente inexistente. El único propósito existente en la mente de Hugo Chávez es el de ganar las elecciones de 2012, por lo que todo lo que sirva a ese objetivo es bueno y debe impulsarse, mientras lo que lo entorpezca en cualquier forma es malo y debe ser anulado. De hecho, la cuestión educativa, más allá de lo administrativo, no estaba presente en los artículos de la Ley, pues la mayoría de contenidos se dejaban para ser incorporadas en los reglamentos. Las funciones esenciales del sistema universitario sólo aparecían luego de más de una treintena de artículos, pero quedaban totalmente diluidas ante consideraciones de carácter político e ideológico, que se repetían en forma exagerada a lo largo del articulado, como si su repetición garantizaría su aplicación. Estas “letanías” eran muy similares a las que actualmente existen en la Ley Orgánica de Educación y en la modificación de la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación. El objeto de todas estas leyes fue diluido en un texto muchas veces ininteligible. En la Ley eliminada por Chávez desaparecían los institutos politécnicos, seguramente porque los diputados no entienden su diferencia con los institutos de tecnología; igual suerte corrían los pedagógicos. No establecía nada sobre la carrera académica, ya que no señalaba los mecanismos de ingreso docente, los niveles del escalafón, ni la prosecución, ni las dedicaciones de trabajo. En el pregrado, no se ocupaba de la admisión estudiantil, ni de la equidad, ni de los requisitos de ingreso, ni de los problemas de prosecución de los cursantes; ni siquiera establecía los principios de esta materia tan importante. Los artículos sobre el postgrado está mejor escrita, pero yerra al colocar a las maestrías y las especializaciones juntas, cuando éstas las primeras son cursos de formación de investigadores y las otras de formación de profesionales especialistas. La Comisión Consultiva Nacional, organismo nuevo integrado por funcionarios públicos nombrados por el ministro, quien seleccionaba hasta a los rectores miembros, se reuniría semestralmente para asesorar en materias no académicas, dada su composición. El sistema electoral formulado dejaba en estudiantes y egresados la elección de autoridades, pues son la mayoría. Esto no favorecerá al Gobierno, pero deteriorará las instituciones y mantendrá al país en el subdesarrollo científico.

El ingreso de estudiantes a las universidades: una ponencia y tres artículos de opinión

Eleazar Narváez
Pongo a la disposición de los lectores, una (1) ponencia y tres (3) artículos de opinión de mi autoría publicados en el diario El Universal en el año 2006, referidos a un tema que hoy estamos obligados a incorporar en la agenda de discusión sobre la problemática universitaria del país: el ingreso de estudiantes a las universidades.

¿Elevar la masificación estudiantil?  (Artículo de opinión El Universal)
Sigamos con la masificación (Artículo de opinión El Universal)
Cantidad sin calidad (Artículo de opinión El Universal)

Cambios en el ingreso a la educación superior cubana

David Vázquez Abella
CUBADEBATE, 21/01/11
El Ministerio de Educación Superior (MES) informó este viernes cambios en el ingreso a las universidades cubanaS a partir del curso 2011-2012.
De acuerdo una nota divulgada en conferencia de prensa, “los exámenes de ingreso deben garantizar que quienes accedan a la Educación Superior tengan dominio de los esenciales mínimos establecidos en las materias fundamentales cursadas en la enseñanza media superior”.

Centralizar para entorpecer

Gustavo Roosen
El Nacional, 26/01/11
La intención detrás de algunas nuevas leyes, reformas o proyectos de ley no parece ser otra que la de centralizar para entorpecer. Es el caso de la Ley de Reforma Parcial de la Locti ­Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación­, sancionada en diciembre pasado; o el de la Ley de Defensa de la Soberanía Política y Autodeterminación Nacional que cierra la puerta a las posibilidades de financiamiento internacional para las organizaciones no gubernamentales y pone los posibles aportes a la disposición ­y a la discrecionalidad­ del poder central; o, también, el proyecto de ley de universidades, finalmente vetado.

La Locti, concebida para impulsar iniciativas en los campos del desarrollo tecnológico, la investigación y la innovación, se convierte ahora en nuevo instrumento para concentrar en una instancia oficial las decisiones sobre una actividad tan compleja, diversa y determinante. Su aplicación había permitido inversiones que contribuyeron a poner de relieve el tema investigación y desarrollo, a estimular iniciativas de las empresas en acción conjunta con investigadores y universidades. Se ganó en capacitación dentro y fuera de las empresas, en patrocinio de programas, en el fomento de esa interacción necesaria entre empresas y universidades.

Reducida la capacidad de selección, las iniciativas de las empresas y de los investigadores deberán alinearse ahora no necesariamente con los grandes fines de la nación, sino con la particular visión de una instancia oficial. Más espacio para las comunas y menos para las empresas, las universidades, academias y centros de investigación y desarrollo privados. 

martes, 25 de enero de 2011

LEU inconstitucional

César Villarroel
Últimas Noticias, 25/01/11
La bondad de una ley depende de su pertinencia constitucional; la LEU carece de ella pues pretende (junto a las otras) "refundar el país y contribuir en la construcción del modelo socialista", propósitos estos sin fundamento constitucional.

He ahí el origen de su inconstitucionalidad: haber sustituido la Carta Magna por el Plan de la Nación 2007-2013, cuyo texto no es pertinente con el constitucional o es contrario al mismo. Para que esas pretensiones sean legítimas es necesario que un poder constituyente las soporte.

La LEU puede acordar y orientar los cambios revolucionarios que la Constitución establece: asegurar la universalización y calidad de los estudios universitarios. Lo primero como el ingreso de todos a una educación de calidad, sin más restricciones que lo vocacional y aptitudinal; lo segundo como una calidad integrada por la pertinencia social (investigación y respuesta a los problemas sociales); eficiencia (investigación como práctica esencial de lo universitario); eficacia (generación de conocimientos e innovaciones). Estos son los temas sustantivos y cubren los que antes eran considerados como tales (autonomía y equidad), el resto (pruebas internas o voto paritario) es de coyuntura inmediata.

Se propone un debate que polariza lo ideológico: capitalismo vs socialismo. Esto es un error, sería válido si se votara una constituyente, pero en el caso de la LEU lo que cabe es que ambas posiciones aprovechen los derechos y oportunidades que la Constitución les consagra y permite. No se trata de formar profesionales e investigadores capitalistas o socialistas, sino profesionales e investigadores venezolanos que respeten el pacto social, y cuya ubicación ideológica no les debe ser impuesta por el sistema educativo, y mucho menos por el gobierno de turno.

Debería crearse una comisión integrada por representantes del Gobierno y de las instituciones universitarias (verdadero Estado docente) que genere un anteproyecto de ley que se someta a la consideración de los afectados y a la AN.

El debate sin objetivos suele generar "intercambio de opiniones" en el que cada quien se queda con la suya.

¿Es factible? Difícil, pues si bien la nueva ministra ha generado expectativas, jefe mata ministra y seguirá siendo jefe "aunque tenga cochocho"

lunes, 24 de enero de 2011

Foro sobre la LEU en la Sala de Conciertos de la UCV: ponencias de los profesores José Miguel Cortázar y Leonardo Carvajal

A continuación, damos a conocer las ponencias de los profesores José Miguel Cortázar y Leonardo Carvajal sobre la Ley de Educación Universitaria (LEU), presentadas en el foro realizado en la  Sala de Conciertos de la Universidad Central de Venezuela el día 18 de enero de 2011.  

"MPPEU define estrategias para el debate sobre transformación universitaria"

Radio Nacional de Venezuela
Caracas, 19/01/11
Siguiendo instrucciones del Comandante Presidente, Hugo Chávez, este martes se establecieron varias reuniones y mesas de trabajo entre autoridades universitarias y la nueva titular del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria (Mppeu), Yadira Córdova, a fin de iniciar un gran debate nacional en torno a la transformación universitaria, que incluya la discusión para una Ley de Educación Universitaria.

El fin de las actividades realizadas consistió en "delinear la estrategia nacional para avanzar y profundizar en el debate sobre la transformación universitaria", informó la ministra Córdova, quien explicó que para definir estas estrategias se está involucrando en una primera instancia a los cuerpos directivos de las universidades e institutos y colegios universitarios.

Especificó que "es una estrategia que debe involucrar a todos los sectores universitarios y políticos, teniendo muy claro que el diálogo no implica claudicar, sino debatir".

Entrevista a la ministra de Educación Universitaria, Marlene Yadira Córdova

María Lilibeth Da Corte
El Universal, 24/01/11

"Tener diferencias no significa violar autonomía universitaria" 
"En el debate se va a recoger y a superar esa no aplicabilidad (de la LEU) de que hablaba el Presidente"

Carpetas con informes, papeles aglomerados en el escritorio y la presentación de trabajadores que laboran en su despacho dan cuenta que sólo tienes días al frente del Ministerio para la Educación Universitaria (MEU). Pero Yadira Córdoba se declara optimista "para impulsar esta enorme tarea en el marco de la revolución bolivariana", como es la transformación universitaria.

Desde el piso 7 de la Torre Interministerial, en la esquina El Chorro, quien aún está al frente de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) y ocupara el despacho de Ciencia y Tecnología (2003-2007), asegura con vehemencia que el Gobierno de Hugo Chávez jamás ha violado la autonomía universitaria y advierte que en el debate sobre la Ley de Educación Universitaria (LEU) va abierta a escuchar todas las propuestas, aunque aclara que "habrá principios fundamentales que están contenidos en la Constitución y que son inviolables". 

Movimiento 13 de Marzo de la ULA: Propuesta para un proyecto de LEU:

Propuesta para la discusión y elaboración de un proyecto de Ley de Educación Universitaria, presentado por el Movimiento 13 de Marzo de la Universidad de los Andes.
 

Unos a otros

Adrián Líberman
El Nacional, 24/01/11
Al cabo de doce años, es muy poco lo que tengo que agradecerle a Hugo Chávez y su desquiciado antiproyecto.

Sin embargo, más pese a él y a quienes le apoyan, por efectos secundarios, hay algunas cuestiones que se desprenden de sus delirios que para mí son importantes.

Uno de estos efectos es la pregnancia de la pregunta acerca de lo que nos hacemos unos a otros, y en quiénes delegamos responsabilidades. Doce años no han ayudado para nada a que la pregunta acerca de por qué tantos se sintieron llamados a escoger al vengador enmascarado, aunque no tuviera ningún antecedente en labores de gestión en el Estado, pierda su hiriente vigencia.

La fuerza del resentimiento, de las injurias recibidas, sean estas reales o imaginadas, sigue siendo una poderosa fuerza motivacional para unos. Y empeñarse en que alguien dé cuenta de ellas, continúa en el proscenio de las preferencias de tantos, aunque en ese empeño se lleven por delante instituciones, empresas o vidas.

Son doce años de maratónicas alocuciones en las que todos los verbos se conjugan en primera persona, en las que un solo ser humano despliega sin descanso un narcisismo infinito, lo que estimula estas reflexiones.

Lacerante efecto de lo anterior es la obligación de pensar por qué es el miedo el principal vínculo entre unos y otros, y la depredación su síntoma.

Todo lo expresado hasta ahora me ha ayudado, sin quererlo, a cuestionarme cuál es el papel de los intelectuales. De los que, como yo, viven de las ideas y su cultivo. Y mientras me dedico a la resolución de tales enigmas, los estudiantes universitarios me proporcionan una clara y sana solución.

Los universitarios me han demostrado, sin ambages, que libertad que no se defiende, se pierde. Me han enrostrado el ejemplo de cómo se preserva la pluralidad, la autonomía y la democracia, y cómo nada de lo anterior puede darse por sentado. Entonces, con su valentía, me iluminan acerca del hecho incontestable de la necesidad de hacer público el compromiso y su ética. Me refiero al imperativo de sentar posición acerca de cosas como la democracia, la pluralidad y los derechos de todos. 

A propósito de la LEU (III)

Magaldy Téllez
El Nacional, 24/01/11
En el manifiesto de los estudiantes de Córdoba (Argentina, 1918) se dice que "en adelante, sólo podrán ser maestros en la futura república universitaria los verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien". E. Spranger escribió, en 1925, que "no basta conocer hechos y dirigirlos técnicamente; hay que tener encima de sí valores a los que se adscribe uno. Todo auténtico ideal de cultura es al mismo tiempo una profesión de un sentido de la vida". Albert Einstein, en1936, propuso que "el joven debe salir de la universidad con una mentalidad armónica y no como un especialista, y de manera central con capacidad de pensamiento crítico independiente". Voces que, en sus tiempos y circunstancias, se hicieron eco de una sociedad que reclamaba una universidad comprometida y actuante.

Si algo resulta irrenunciable e innegociable en el debate sobre la Ley de Educación Universitaria es mantener ese reclamo, para nuestro tiempo y para nuestras circunstancias, en una concepción de universidad que ponga en juego la reinvención de la misma como interrupción de los dispositivos de saber-poder fundados en la lógica disciplinaria y profesionalizante y como irrupción del ejercicio de otros modos de pensar, decir, hacer y sentir que implican una nueva política, una nueva ética y una nueva estética del conocimiento.

Porque se entretejen con las transformaciones sociales que constituyen el signo de nuestro presente: creando no sólo conocimientos sino también nuevos marcos de comprensión de nuestra realidad y de nosotros mismos, formando sujetos capaces de generar nuevas formas de ejercicio de ciudadanía inherentes a la construcción de la democracia radical como forma de vida política, que tiene en el ejercicio del poder popular ­instituyente­ su condición fundamental y de asumir su compromiso con el proceso inacabado de construcción de una sociedad justa, libre y solidaria; haciéndose cargo de los acuciantes problemas sociales de diversa índole y escalas; ejerciendo su compromiso activo con la creación de condiciones para una vida digna de ser vivida por todos. 

Constitución de la República, Ley de Universidades y autonomía universitaria

Luis Ramos
El Universal, 24/01/11
El 23 de diciembre de 2010, la Asamblea Nacional sancionó una nueva Ley de Universidades que terminó siendo vetada por el presidente de la República. Previo a esto, en muchas de nuestras universidades ya se venían realizando protestas en las que pedían cosas como aumento de salarios, presupuesto justo y respeto a la autonomía universitaria. 

Es en este último punto, sobre el cual quisiera centrar mi exposición. La autonomía universitaria se da de distintas formas y depende de a qué actor universitario en específico nos estemos refiriendo. El constitituyente la consideró tan importante, que le dio rango constitucional, quedando esta plasmada en el artículo 109 de la Constitución. El orden que presenta este artículo es, desde mi punto de vista, fundamental para su compresión. El Estado reconoce la autonomía, en primer lugar a los profesores, profesoras, estudiantes, egresados y egresadas universitarios para dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica, humanística y tecnológica. La única prerrogativa, establecida de manera explicita, es que esa búsqueda de conocimiento debe estar dirigida al beneficio de la nación. Estos miembros de la comunidad universitaria no dependen ni tienen por qué seguir líneas estrictas de ningún gobierno en particular. Evidentemente, las instituciones del Estado legítimamente electas, y con competencia legal, están en todo derecho de definir políticas de interés nacional, asignar recursos en áreas prioritarias y quienes hacemos vida universitaria, estamos en la obligación de dar recomendaciones y participar en ellas, sí son de nuestro interés.

domingo, 23 de enero de 2011

El principio de autonomía universitaria entre Escila y Caribdis

Luis Muñoz Varela y Juan Félix Castro Soto
Universidad de Costa Rica
Resumen: Este artículo ofrece un registro y realiza una aproximación de análisis reflexivo, en torno a un breve conjunto de planteamientos abocados al tratamiento del tema de la autonomía en las instituciones de educación superior. El énfasis dispone la revisión de trabajos elaborados especialmente por P. Bourdieu y J-C Passeron, B.Bernstein, L. Garay, R. Barnett, y C. García Guadilla. El propósito consiste básicamente en una revisión documental analítica y reflexiva, a partir de la cual, se pretende ofrecer un referente heurístico provisional para acercarse a la discusión y al debate que, en torno al principio de la autonomía universitaria, se encuentra actualmente en curso para ingresar a las comunidades académicas de la educación superior pública.

Y roja será la ciencia

Oscar Medina
El Universal, 23/01/11
La reciente reforma de la Locti pasó discreta en el ajetreo de diciembre. Pero sacudió a los investigadores y hasta tuvo eco en las revistas Nature y Sciencie: el Gobierno controla todo.

Si antes no había dinero, ahora hay exceso: ocho mil millones de dólares. Es decir, el equivalente a cerca de 3% del Producto Interno Bruto del país podría estar disponible este año para financiar la actividad científica, la investigación y la innovación tecnológica. Eso, que suena a mucho, en efecto es mucho: no hay -dicen miembros destacados de la comunidad científica- capacidad para absorber y procesar ese aluvión de recursos que seguramente terminarán en otras manos, cumpliendo objetivos distintos. 

sábado, 22 de enero de 2011

Proposición de un articulado sobre la educación superior, no tomada en cuenta en la LOE

A fin de alimentar el debate sobre la actual problemática universitaria venezolana, incluimos aquí un texto que recoge la proposición sobre un articulado sobre la educación superior para la LOE - antes de que ésta fuera aprobada por la Asamblea Nacional - hecha por la OPSU bajo la dirección del profesor Luis Fuenmayor Toro.

La ley universitaria según el artículo 109

Nerio Enrique Romero
El Universal, 22/01/11
Dos eminentes profesores universitarios, el zuliano Américo Gollo y el capitalino Gustavo Linares Benzo, han escrito en estos días cuestionando con valiosos argumentos la utilidad de una nueva ley de universidades y alertando sobre los peligros que acechan a estas instituciones, derivados del superficial análisis que algunos grupos políticos y sectores universitarios hacen de su problemática, análisis orientados por lo que el profesor Gollo denomina como el "democratismo" y el "pedagogicismo". Según el primero, uno de los principales problemas de la universidad autónoma es que la elección de sus autoridades no se rige por el criterio de "una persona, un voto", como si se tratase de la elección de un alcalde, diputado, gobernador o presidente; si rigiese ese principio, el voto de los profesores tendría un peso inferior al 10% en dichas elecciones. ¿Resolvería eso algún problema?: creemos que en verdad eso empeoraría varios problemas ya existentes. Y el pedagogicismo, expresa el profesor Gollo, reduce la finalidad de la universidad a alcanzar la profesionalización masiva de personas. Yo coincido con los profesores mencionados en la idea de que estas dos orientaciones, el "democratismo" y el "pedagogicismo", son pésimos puntos de partida para la producción de una nueva ley de universidades.

Por otra parte, existen corrientes partidarias del actual Gobierno convencidas de que la meta debe ser alinear a las universidades como instrumentos de su objetivo político: la construcción del socialismo. Al pretender ese despropósito, y consagrarlo en la ley que sancionaron en diciembre pasado, en buena hora vetada por el propio Gobierno, reniegan del pluralismo político que consagra la Constitución, y que abrazaban y defendían dentro de la universidad cuando aún no eran gobierno; e incurren en la pretensión de imponer a la comunidad universitaria un "pensamiento único", pretensión ésta que en los años 70 y 80 achacaban a los gobiernos de entonces muchos de los ideólogos de cierta izquierda que ahora se ha incrustado en el poder de la mano de los militares. En este ambiente, los argumentos para la defensa de la universidad autónoma y de su futuro pasan por apegarse muy estrictamente a lo que la Constitución Nacional de 1999 establece muy expresamente respecto a la universidad:
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Universidad y "modelo socialista"

Jesús Puerta
El Nacional, 22/01/11 
¿ Las universidades no deben relacionarse con el "modelo productivo socialista"? ¿La formación universitaria no debe ser "confesional"? ¿La ley no debe comprometerse con ninguna epistemología? ¿El socialismo es una confesión como la católica? Las críticas contra la ley de educación universitaria (proyecto) han ido desde la más mediática invectiva: "Aniquila la autonomía universitaria", "la imposición de la bota en las universidades"; hasta las pretendidamente más intelectuales: "Pretende imponer un pensamiento único", "convierte la universidad en un partido comunista", "la somete a una confesión, esta vez socialista".

Lo de la supuesta defensa de la autonomía no es más que el homenaje del vicio de los burócratas y canallas atrincherados en las posiciones de poder político y financiero de las universidades, a la virtud de un concepto que, por lo demás, ya está suficientemente defendido y asegurado en la Constitución y en las leyes de este país.

Empecemos la cuestión candente de la vinculación de las universidades con el "modelo productivo socialista". Y la abordaremos a partir del tema de la autonomía. La supuesta "evidencia" de la aniquilación de la autonomía, dicen, se refiere a la vinculación que establece el articulado de la ley de educación universitaria con los "planes de la nación" que son, de paso sea dicho, leyes de la república con las cuales establece la conexión el artículo 109 de la Constitución.
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viernes, 21 de enero de 2011

La autonomía universitaria en Venezuela en el siglo XX e inicios del XXI

 Eleazar Narváez

El trabajo que se presenta a continuación es parte del texto de mi libro "Autonomía universitaria en Venezuela: vicisitudes, aportes a la democracia y rendición de cuentas", publicado por el Vicerrectorado Académico de la Universidad Central de Venezuela en el año 2009:

La conculcación de la autonomía universitaria continúa, con nuevos ingredientes, en las tres primeras décadas del siglo XX. A la tradición centralista implantada por Guzmán Blanco y seguida por los gobiernos siguientes, se agregan sucesivos cierres de la Universidad, expulsiones de estudiantes, manifestaciones recurrentes de descontento por parte de éstos, y se evidencia asimismo, en medio de una crisis institucional universitaria, un claro propósito oficial de restringir la libertad académica como expresión de una tendencia que ya venía perfilándose en años anteriores con cambios en la legislación educativa y en los estudios que le daban mayor importancia a las ciencias naturales en comparación con el cultivo de las formas libres de pensamiento.

Así, como parte de ese escenario donde se mantiene aún un régimen antiautonómico en un nuevo siglo que, entre otras cosas – como señala Leal (1981) - trajo sobre la Universidad violaciones del poder público y sevicia por parte de sus agentes,  cabe resaltar lo siguiente:

LOCTI reformada

Fernando Fernández
El Universal, 21/01/11

Reformaron la LOCTI sin consultar a los interesados. Se trata de una afectación del derecho humano de acceso al saber, al conocimiento, a la información libre y a la cultura. También es un atentado contra la libertad de cátedra, de investigación, de conciencia, de opinión y de expresión. La LOCTI reformada incumple el artículo 98 de la Constitución. 

Gracias a la LOCTI anterior las universidades democráticas y libres pudieron cumplir un gran papel al vincularse con la economía real, con la industria y las empresas, en fin, con la sociedad productora de riquezas y de empleos dignos, por causa del conocimiento accesible a todos los beneficiarios. 

La reforma de la LOCTI destruyó el sistema legal que, aun con sus defectos y problemas, era un estímulo a la creatividad laboral, empresarial, universitaria y científica. Ni qué decir del talento humano, el más favorecido, por cuanto permitía a estudiantes, investigadores, profesores, trabajadores, empleados y todo el recurso humano, en general, a participar en la creación y divulgación de conocimiento. De paso, se eliminó la posibilidad de que los indígenas, campesinos, mujeres sostén de hogar, personas con discapacidades, jornaleros y demás beneficiarios de los proyectos LOCTI y de las universidades libres se sigan beneficiando con la serie de estímulos que esta legislación les permitía. 

Además, se eliminaron los estímulos para la importación de instrumentos y nueva tecnología, con lo cual Venezuela se aislará del mundo que avanza y se desarrolla a pasos agigantados gracias a las inversiones en tan importante asunto. Lo deseable y necesario era incrementar esos estímulos financieros para impulsar la inversión en modernización y transferencia de tecnología.

El debate universitario

Andrés Stambouli / Eduardo Puertas 
El Nacional, 21/01/11 

Estimado amigo: lúcido y pertinente artículo que espero nuestros colegas universitarios allegados al Gobierno, con sentido de universidad por encima de cualquier otra consideración, lean cuidadosamente y saquen las conclusiones del caso para lograr que esta "ley" sea profundamente modificada y, por qué no, a partir de los valores y criterios que expones: calidad y universalidad del conocimiento sin etiquetas unidimensionales, democratización sensata, acorde con lo esencial académico, lejana de cualquier iniciativa que conduzca al tumulto destructivo, equidad para la inclusión sin falsas e insostenibles promesas de "apertura total" que sólo conducen a la frustración colectiva. El punto de partida debe ser la interiorización de la paradoja que expones: desde dentro, la universidad difícilmente cambia, aunque no es imposible, digo yo, y conozco casos; desde fuera, por imposición gubernamental, por cualquier gobierno, la cosa resulta nefasta, inviable e innecesariamente conflictiva. De este modo se impondrá como método de acción para las transformaciones y actualizaciones permanentes de la universidad el diálogo y el debate sin otras intenciones que la universidad misma. Está claro que la unanimidad es ilusoria, al igual que la ausencia de conflictos, pero al menos esta vía propende al entendimiento de los muchos, a la consideración e inclusión de los pocos y a la reducción del conflicto y el malestar destructivo. ¿Será posible?  
Andrés Stambouli *Universidad Metropolitana


Leo vuestro artículo y si me exiges un resumen, tengo que ser lugar-comunista: "Ni lo ni lo otro... sino toda lo contrario", frase que lo resume todo. No encontré correlación entre la cita que haces de Morin (Mon Chemin) y tu extenso conjunto de caracteres tipográficos. Probablemente (intuición postetílica) lo escribiste en el calor decembrino pergeñado por un desencuentro entre razón y pasión. Qué cosas. Atacas ambos frentes: exógeno y endógeno... pero no concretas. Toda una sarta de críticas para no aportar idea alguna que permita "sacarnos del tremedal". Ya Borges (el gran Borges, no el patiquín de Cacao) lo dijo: "Mira bien a tus enemigos... terminarás pareciéndote a ellos". Permitidme un consejo, profesor. 2011 es año del gato, animal que derrocha energías e inteligencia. Este periodo convoca a la creatividad. Estos doce meses exigen de los "trabajadores académicos" producción de ideas. Los diagnósticos quedan en el pasado. Tienes un gran espacio "amúltiplesmanos" en el cual tus lectoadmiradores esperamos una secuencia impecable de planteamientos para transformarnos a nosotros mismos. 
¡Au revoir, mon professeur! ¡Buen año!
Eduardo Puertas **UDO/Cumaná


Amigos: Emblemático el contraste de percepciones sobre un mismo asunto. Con ambos colegas tengo grandes diferencias de criterios, pero uno y otro sostienen visiones muy distintas sobre lo que planteamos (no sólo en un artículo sino en un largo trayecto ampliamente documentado). Rescato por encima de todo el papel del diálogo y el debate como palancas constructoras del piso mínimo de la gobernanza. Aquí se juega la capacidad de negociar conflictos, el arte de viabilizar espacios contradictorios, la voluntad política de trascender los precarios límites de las parcelas. Cuando falta ese entrenamiento cotidiano de la democracia verdadera, entonces aparecen los fantasmas de la violencia y la arbitrariedad. En Venezuela es muy fácil que un conflicto cualquiera derrape en violencia pura y dura: sea que la derecha histérica se enfurezca, que el fundamentalismo de los tirapiedras se desborde o que los aparatos burocrático-despóticos del Estado se pongan de mal humor. En todos los casos son malas noticias para la convivencia diferencial del pensamiento múltiple, para que la universidad se empine por encima de las trifulcas inferiores, para que el reconocimiento del otro sea el punto de partida de un "nosotros" por construir. Recupero, pues, el tono constructivo de la reacción de Andrés visualizando en ella la tónica de muchísima gente que quisiera expresarse. 
R. Lanz

A la comunidad académica venezolana

Orlando Albornoz

El interés y preocupación de la comunidad académica venezolana, en mi criterio, debe ir más allá de la promulgación o veto de una nueva ley que regule el comportamiento institucional del sistema de educación superior de esta sociedad. Sugerir una discusión pública acerca de cómo regular a las universidades es una receta para el desastre.  Es irrelevante considerar a la educación superior, como un área de disputa ciudadana. Por analogía, sería absolutamente impensable que la Fuerza Armada sometiese a discusión pública su conformación y sus tácticas y estrategias. Del mismo modo, igual ocurre con cualquier otra actividad que requiera experticia altamente especializada, pues se engañaría a la opinión pública si se pretendiese llevarla a una discusión de este tipo.  Definir el destino de nuestro sistema de educación superior pasa por la investigación científica necesaria acerca del comportamiento del propio sistema, lo cual no se ha hecho y por ello a menudo se proponen cuestiones que no corresponden con los problemas objetivos a resolver.

La comunidad académica venezolana está en capacidad de fijar sus propios objetivos y al menos de mi parte observo grave el populismo académico que se pretende imponer. La universidad es asunto de los académicos, no de los usuarios o de los interesados en el funcionamiento del mismo. Cuando Federico  Barbarosa ejecutó en 1155 la reforma de la universidad, sobre la base de la responsabilidad social y la solidaridad institucional, afirmó la necesidad imperiosa de la libertad académica y la autonomía, para que los sabios de la época pudiesen trabajar con eficiencia, disfrutando de su apreciada tranquilitas scholarum. Solamente los magistri estamos, en verdad, informados del conocimiento, esotérico, y si no se acepta esa verdad y se lleva la discusión al público, sólo un adefesio será el resultado. Lo académico, ello es un axioma, no es cosa de ciudadanía, sino de conocimiento, de experticia. Por ello me asombra que la universidad venezolana acepte discutirse fuera de sí misma, obligándose a aceptar eventualmente criterios no académicos para el manejo de las instituciones. La universidad se discute intra-muros, como una decisión clínica en el quirófano, sin otra participación que la del experto, y eso es lo que la sociedad espera de la universidad: sabiduría, que no ciudadanía.

El documento, Open letter to the international academic community on the Venezuelan situation in higher education and in science and technology que Ud. puede abrir o no según su voluntad, por supuesto, aboga por una discusión acerca de la universidad, entre los académicos. Está escrito en inglés, para poder acceder a la comunidad académica internacional, pero obvio que también para la nacional, por lo cual la envío en esta ocasión. Es una perspectiva poco popular, ciertamente, pero que estimo responsable y necesaria. Quien lo ha escrito es un académico, sin participación política alguna, excepto la ciudadana. Por ello este documento no tiene otra intención que la estrictamente intrínseca. 

miércoles, 19 de enero de 2011

La educación, una asignatura pendiente

Bernardo Kliksberg
La Nación, 19/01/11
¿En dónde está América latina a fines de 2010 en educación, la clave del progreso en un siglo basado en la ciencia y el conocimiento? ¿Cuántos años de educación logran completar los distintos sectores de la sociedad, en un continente considerado el más desigual de todos? ¿Cuánto aprenden realmente los niños de los diversos estratos? En su situación actual, ¿la educación favorece la tan buscada y necesaria movilidad social o la dificulta? ¿Cuáles son las grandes cuestiones por encarar?

En un reciente informe, la Cepal plantea que "la región no ha logrado transformar el sistema educativo en un mecanismo potente de igualación de oportunidades".

Junto a logros y avances, entre los principales problemas que indica se hallan:

a. Según estudios del Banco Mundial y otras fuentes, el nivel de preescolar es fundamental para las trayectorias educativas futuras. En la región hay países que tienen una matrícula casi universal y otros en donde sólo llega al 30%.
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A la ministra Yadira Córdova

Ignacio Ávalos
El Nacional, 19/01/11
Bien, así, pues, que el presidente Chávez haya desechado el proyecto legal. Los motivos por los cuales tomó la decisión no importan mucho (se aventuran, por cierto, interpretaciones desde zodiacales hasta maquiavélicas), lo que interesa es que no fue aprobado y que usted, ministra, es, en adelante, la encargada de coordinar la tarea a fin de que podamos tener uno mejor. En este sentido, imposible no estar de acuerdo con sus primeras declaraciones.

El diálogo de todos con todos es, cierto, la clave para entender nuestras universidades y acordar la orientación de su cambio, del cual la nueva ley de educación superior debe ser resultado y luego una herramienta.

La discusión de la autonomía no puede volver a ser, como tantas otras veces, el principio y el fin del debate sobre la universidad venezolana. Es iluso pensar que si se subordina al Gobierno (siempre visto como un compendio cuasi mágico de inteligencia y eficacia) la universidad se hará más transparente, más pertinente, más equitativa y más todo lo que se desee. No sé si concuerda conmigo, ministra, en que los tiros no van por ahí, según lo ha probado la historia hasta el aburrimiento.

La agenda del cambio universitario, en sus aspectos más generales, se encuentra más o menos delineada, forma parte de cierto nuevo sentido común al respecto. Tiene que ver, como usted sabe, con la actualización de los programas y de los modos de enseñanza. Con la estructura organizativa casi fosilizada, incapaz en buena medida de albergar el diálogo de saberes y disciplinas. Tiene que ver, así mismo, con las condiciones en que estudian los estudiantes. Con resolver la tensión entre la necesidad de democratizar el ingreso y lograr altos niveles de calidad. Con rendir cuentas. Y, por mencionar uno más, entre otros muchos tópicos, con volver más democrático el Gobierno, asunto este último, por cierto, donde siempre se agazapa la peor demagogia. 

La transformación universitaria

Alexis Guerra
El Nacional, 19/01/11
La transformación universitaria es un viejo tema que durante mucho tiempo estuvo de ronda por los pasillos, las aulas y el recinto universitario en América Latina y Venezuela.

No podría decirse que alcanzó el estatus de "clamor nacional", sencillamente porque no traspasó los límites de los círculos científicos y no tuvo la fuerza para ser asumido por los gobernantes de turno.

En el ámbito regional, la situación de los centros de estudios superiores, desde mediados del siglo pasado fue abordada y advertida por numerosos estudiosos del problema de su obsolescencia y pérdida de vigencia, ante los cambios que se avizoraban en la sociedad mundial como producto del proceso de globalización, el avance arrollador de las nuevas tecnologías de comunicación e información, en conjunción con otros factores de carácter político, económico, social, ambiental y cultural, que prohijaron, más que una segunda modernidad, un cambio de época identificado con la posmodernidad.

Sobre montañas de textos y cordilleras de artículos, se asentó un debate que encontró en Darcy Ribeiro, Carlos Tunnermann, Pablo González Casanova, José Joaquín Brunner, Martín Hopenhayn, Bernardo Kliksberg y Cristovam Buarque, por sólo citar algunos referentes importantes a la hora de mostrar el declive de la institución universitaria y, en consecuencia, plantear lineamientos para su rescate y revitalización, en el tiempo inmediato y a futuro.

Organismos internacionales como el Banco Mundial, la Unesco, Iesalc, entre otros, incluso llegaron a hacerse eco de tales prédicas. En el caso venezolano, por supuesto, conectado a ese contexto, se registra algo parecido. Desde la propia comunidad académica fueron surgiendo inquietudes y preocupaciones similares por el futuro de la universidad. Desde la década de los años sesenta, el tema de la transformación universitaria estuvo en el centro de la discusión. El movimiento de renovación universitaria es un hito demostrativo de lo que aquí se afirma. 

martes, 18 de enero de 2011

Tormenta universitaria

Américo Martín
Tal Cual, 16/01/11

1 Leo que en Aporrea elogian a Humberto García Arocha alegando que no era partidario de la autonomía "absoluta". Insigne tontería. Nadie, ni los ilustres Humberto y su sobrina Cecilia, ni ningún defensor de la Universidad autónoma cree en "absolutos".
La autonomía, defendida durante nueve décadas por las fuerzas hemisféricas de avanzada, protege la libertad de cátedra, la educación libre, sin dogmas, sin ideologías impuestas a la fuerza ni guías alumbrados.
Debido a su arraigo latinoamericano sus siniestros enemigos no se atreven a desconocerla abiertamente; prefieren asesinarla mientras invocan a fallecidos que hoy los combatirían a ellos con la fuerza de su talento. Ya decía Sartre que los grandes muertos son alimento de los vivos.
Alega el oscurantismo que las luchas universitarias son elitistas, pero del pueblo llano vienen en mayoría los estudiantes, para quienes están desquiciados los que oponen "emancipación social" a libertades fundamentales. 

2 En el poder se asombran de tanta tenacidad universitaria, tanto coraje físico e intelectual como los que se levantaron contra la deplorable Ley de Educación Superior. Olvidan la limpia historia de nueve décadas de reforma universitaria que unió a vastos sectores populares con los pensadores más avanzados y contra el lavado de cerebros y las dictaduras militares.
La autonomía tiene un anclaje profundo en América. Emanó de la reforma universitaria de Córdoba en 1918, y se enfrentó a la vieja educación del magister dixit, las visiones totalitarias y las élites reaccionarias que monopolizaban el poder y la enseñanza.
Rebasó las fronteras de la academia convertida en eje de la democracia y la integración latinoamericana. Fue vanguardia de la emancipación nacional de los latinoamericanos.
Combatió la autocracia, la ideología única, la concentración del poder en el puño de falsos redentores. El movimiento se propagó por el subhemisferio, grandes líderes salieron de él. Haya de la Torre, fundador del APRA peruano y Julio Antonio Mella, fundador del partido comunista cubano, Gabriel del Mazo, Alfredo Palacios y José Ingenieros estuvieron entre sus ductores.
Haya y Mella fueron presidentes de la FEU. El primero, alma del Congreso estudiantil de Cusco en 1920 y el segundo, del Congreso estudiantil de La Habana en 1923. Venezuela, al margen, durmiendo el tenebroso sueño del gomecismo.

Universidad y avance social


Aurora Lacueva Teruel
Últimas Noticias, 18/01/11
Se abren posibilidades para una transformación universitaria que beneficie a la población venezolana y a las propias instituciones del área. Tiempos de diálogo entre los y las gobernantes y profesores, estudiantes, empleados y obreros, incorporando a sectores no universitarios como consejos comunales, colegios profesionales y sindicatos.

Resulta acertado abandonar el camino aparentemente rápido de la imposición para transitar la vía paciente del debate democrático, una vía a la larga más sólida y fructífera -pues no se trata de oscuros conciliábulos con un puñado de oligarcas, sino de conversar con las y los ciudadanos. Lo cierto es que las universidades pueden ser mucho mejores de lo que hoy son: ellas encierran potencialidades no explotadas que necesitamos desarrollar para avanzar como sociedad.

Hay que preguntarse cuáles son los grandes cambios que pondrían a nuestras casas de estudios superiores a toda máquina, trabajando a favor de la justicia, la libertad, la creación cultural y el bienestar del pueblo. Creo importantes los mecanismos de doble vía que permiten la comunicación de las universidades con su contexto social. Por ejemplo: la práctica profesional prolongada en ambientes "reales", el reciente servicio estudiantil comunitario, y las tesis de pregrado y postgrado sobre problemas sentidos en el entorno. El viejo concepto verticalista de "extensión universitaria" puede sustituirse provechosamente por el de "interacción con las comunidades", previsto en la Ley de Educación Universitaria hoy bajo reconsideración.

De esa misma interacción extramuros pueden surgir temas relevantes para la investigación, enraizando mucho más tan vital labor en las necesidades, las inquietudes y los retos de nuestro país y nuestra gente.

Tanto el Gobierno nacional como los regionales y locales deben tomar en cuenta las energías universitarias: las universidades tienen bastante qué decir, qué investigar y qué aportar en barrios, hospitales, escuelas, fincas, fábricas, ambientes naturales… Por otra parte, la constitución de redes universitarias permitiría el uso común de instalaciones costosas, la formación de equipos de investigación y docencia interinstitucionales y el intercambio de ciertos recursos. No conviene el aislamiento.