viernes, 30 de septiembre de 2011

Regresar al ágora universitaria

Jessica Márquez Gaspar
Tal Cual, 30/09/11
 
La universidad ha sido siempre el gran espacio de discusión. Todas las corrientes ideológicas y religiones, la diversidad y la diferencia, encontraron siempre en los templos de la generación y transmisión del conocimiento un espacio donde no sólo eran aceptadas, sino promovidas e invitadas al diálogo y al debate. Hoy parece que hemos olvidado este espíritu.

Mientras en Chile y en Brasil los estudiantes, como los miles que poblamos las ciudades universitarias de Venezuela, marchan pidiendo educación gratuita, la generación en la que me incluyo recibió como herencia histórica numerosas universidades públicas a las que se han sumado otras durante los últimos diez años. Las más antiguas, UCV y ULA, las del interior como la UC, la UCLA y la UDO, y las más nuevas como la USB, la Unexpo y la UBV, constituyen tan sólo algunas de ellas.

Nuestra lucha no es la de aquellos jóvenes latinoamericanos. La tarea que nos ocupa es otra.

Es la de recuperar ese espíritu para abocarnos a repensar la universidad venezolana. La casi aprobación a principios de año de una Ley de Universidades inconsulta (no me adentraré en el debate de si es "buena" ó "mala"), debió haber sido la oportunidad perfecta para revisar (nos) como miembros de un colectivo, la "Universidad", y sus estructuras. Pero no lo hicimos.

En un clásico efecto "Alka-seltzer", "efervescimos" pero no consumimos, y el debate se detuvo. La lucha diaria por mantener la universidad, en el sentido más estricto de tener aulas donde profesores dictaran clases a los estudiantes, y hubiera un personal administrativo y obrero que soportara la infraestructura circundante, pareció sobrepasarnos.

Es imposible obviar que los bajos sueldos, los jóvenes que estudian y trabajan para sacar las carreras, y la falta de recursos no abonan el terreno para abocarse a la discusión, pero es necesario retomarla. Todos los días la lucha es también contra la obsolescencia de las estructuras altamente burocráticas, hasta el punto de convertir a estudiantes y profesores en personajes kafkianos que atraviesan "un proceso" y caen en grietas irresolubles como Tom Hanks en La Terminal.

Surgen además preguntas fundamentales: ¿Está la universidad aún vinculada con el país? ¿Son los esfuerzo de investigación, desarrollo y de servicios públicos que éstas proporcionan dados a conocer? ¿Qué clase de profesionales estamos formando? ¿Estamos en consonancia con las propuestas teóricas del resto del continente, del resto del mundo? Ha pasado el tiempo desde la Renovación. Hoy es momento de otro cambio profundo, de fondo, de recuperar ese espíritu: el Ágora Universitaria, y construir, no tal vez la democracia de los griegos, sino respuestas consensuadas para estas preguntas y, así, lograr la universidad pública que queremos y necesitamos.  
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miércoles, 28 de septiembre de 2011

Más que estupor

Eleazar Narváez*

"...si sabemos hacer de las diferencias, virtud: virtud de proposiciones plurales, variadas…" Carlos Fuentes

La peregrina afirmación de que la UCV es hoy más autónoma que nunca, hecha en un comunicado publicado en El Nacional el día 10/09/2011, provoca más que perplejidad. Sin duda, también produce en el colectivo ucevista, además de desconcierto, mucha preocupación, desánimo y hasta indignación, por dos razones básicas: en primer lugar, porque ahora se nos deja entrever de un modo irresponsable, para colmo por las dos principales autoridades de la primera casa de estudios del país, que la autonomía universitaria no ha sido afectada por los graves atropellos gubernamentales a nuestras universidades en los últimos años; y en segundo lugar, porque tal aseveración se hace en un contexto en el que, sin el debido respeto por la diversidad, se pretende negar a los propios universitarios el derecho al ejercicio de la crítica en los asuntos internos de la institución universitaria, y se apela, asimismo, a la descalificación de miembros de ésta.

Del texto del aludido comunicado, cuya publicación por cierto no fue autorizada por el máximo organismo de dirección de la UCV, se desprende, en medio de señalamientos reñidos con la realidad, la idea de que el ejercicio de la autonomía en nuestras universidades se ha fortalecido a pesar, por una parte, de las enormes restricciones que éstas han sufrido en el cumplimiento de sus funciones por el acoso presupuestario del Ejecutivo; y sin importar, por otro lado, tanto los desafueros de la Asamblea Nacional como los constantes atropellos del Tribunal Supremo de Justicia, cuyas brutales decisiones han impedido que esa universidad y otras del país realicen en su momento las elecciones de sus autoridades decanales con base en reglamentos propios apegados plenamente a la vigente Ley de Universidades y a la actual Constitución.

¿De qué autonomía hablan las mencionadas autoridades universitarias? ¿Acaso se puede afirmar de manera sensata y responsable que la UCV es más autónoma que nunca, en unas circunstancias en las cuales, por las acciones de factores externos fundamentalmente, están severamente deterioradas las condiciones para el ejercicio del autogobierno por parte de esa institución? ¿La UCV tiene en la actualidad mayor autonomía cuando, por el cerco presupuestario del régimen, se ha visto obligada a cancelar o a restarle apoyo financiero a importantes proyectos de docencia y de investigación, entre otros? ¿Es hoy la UCV más autónoma cuando padece una grave descapitalización de su personal académico como consecuencia de la nefasta política oficial de no reposición de cargos por jubilación desde hace más de 6 años? ¿Puede hablarse seriamente de una mayor autonomía de la UCV en unos momentos en los que, por la desidia y la miopía gubernamental, se le imponen a esta institución tanto unas deplorables condiciones laborales como unas precarias condiciones para el estudio?
De igual modo, cabe destacar que en los planteamientos formulados en el citado comunicado, los cuales constituyen una extraña e incomprensible reacción de quienes los suscriben al artículo que me publicara este mismo diario el día 08/09/11, se admite una única e incuestionable respuesta a las interrogantes anteriores, la cual es: lejos de debilitarse, la autonomía de la UCV más bien se ha fortalecido en los tres últimos años. Pero además, no hay lugar en ellos para la tolerancia ante opiniones distintas o para puntos de vista en los que se reivindique la autocrítica en el seno de la comunidad universitaria, sino, por el contrario, para la descalificación sin fundamentos a quienes mantienen posiciones divergentes; algo sumamente grave en una universidad, pues también así, con esas prácticas autoritarias, es lesionada la autonomía universitaria.

¡Se impone, desde luego, una seria y urgente reflexión, sin mezquindades!

*Publicado en El Nacional el 06/10/11

jueves, 22 de septiembre de 2011

Delirio universitario

Absalón Méndez Cegarra
El Nacional, 22/09/11


Hemos quedado perplejos ante la respuesta-comunicado (El Nacional, 10-09-2011, pág. 5. Publicidad) dada, al parecer, por el Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela, al contenido de un artículo publicado en el espacio "A Tres Manos" del diario El Nacional, edición del 0809-2011, bajo el título: "Autonomía Universitaria en letra muerta", del profesor Eleazar Narváez. Existen dudas sobre la autoría del comunicado en referencia. El texto lo recibimos como correo electrónico, enviado con la única y exclusiva firma del actual vicerrector académico, el jueves 8 de septiembre, en horas del mediodía, justo el mismo día que sale publicado el artículo del profesor Narváez; por otra parte, en el comunicado no aparece la firma del secretario de la UCV, autoridad competente para refrendar y certificar todos los actos del Consejo Universitario; tampoco se indica la sesión del CU que aprobó publicar dicho comunicado, cuyo costo excede la cantidad de 40.000 bolívares, gasto innecesario en el que incurre una universidad que grita a los cuatro vientos la falta de presupuesto para mantener su funcionamiento elemental. 

De verificarse la duda estaríamos ante un caso de usurpación de atribuciones. El contenido del artículo del profesor Narváez es, a nuestro entender, un acto de reafirmación de la autonomía universitaria; la referencia que ha despertado la sensibilidad del vicerrector no está dirigida a la UCV, sino a toda la universidad venezolana. Decir que en la universidad venezolana las cosas no marchan bien y que los universitarios no estamos haciendo las cosas bien es una verdad del tamaño de un templo; tratar de ocultar la realidad no ayuda ni a la universidad ni a los universitarios. La respuesta del vicerrector es desproporcionada y contradictoria. Una lectura del comunicado permite identificar como mínimo cinco partes, todas sin relación alguna, fruto de un delirio, de ver enemigos donde no existen. 

martes, 13 de septiembre de 2011

El profesor sabio se jubila a los 75

J.A. Aunión
El País, 14/09/11
Los profesores universitarios que cumplan una serie de requisitos de méritos docentes y de investigación podrán jubilarse a los 75 años en lugar de a los 70, según el real decreto que prepara el Ministerio de Educación, a cuyo borrador ha tenido acceso este periódico. Los docentes que quieran hacerlo han de sumar nueve reconocimientos entre méritos docentes (quinquenios) y de investigación (sexenios). Los profesores de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) también podrán acogerse a este retraso voluntario del retiro, aunque los criterios para concedérselo son un poco más exigentes: 12 menciones de méritos de investigación.

El Ministerio de Educación dijo ayer que no va a comentar el proyecto en esta fase; se trata del primer borrador. Simplemente explicó que están desarrollando una enmienda introducida por CiU en la Ley de Acompañamiento de Ley de Economía Sostenible aprobada el pasado mes de marzo. El mandato era ponerlo en marcha en seis meses. Sin embargo, queda muy poco plazo para lograr su aprobación, a dos meses de las elecciones. Para empezar, los sindicatos están en contra. Creen que los méritos que se piden no son realmente excepcionales, sino que abren la puerta "a casi todo el que lo desee" a jubilarse a los 75, lo que crearía un tapón generacional en una universidad ya envejecida: la edad media de los catedráticos es de 56 años. Mientras el ministerio calcula que serían unos 180 los que, con esos requisitos, podrían acogerse ahora mismo a la prolongación, los sindicatos calculan unos 1.000. Hay 4.400 docentes de más 65 años, según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística, de 2009. Además, los sindicatos creen que costará más dinero a la universidad en tiempos de crisis, pues esos docentes senior cobran los sueldos más altos. "En unos momentos de grandes recortes en la financiación [...] es difícilmente explicable", "ya que lo que implícitamente se está proponiendo es una prolongación de la jubilación hasta los 75 años para casi todo el que desee acogerse a ella", dicen en un comunicado conjunto CC OO y UGT.

jueves, 8 de septiembre de 2011

UDISTAS: el quehacer universitario a contracorriente

Grupo UDISTAS
http://udistasns.blogspot.com


La aparición de UDISTAS en 2003 marcó un hito en la vida del Núcleo de Sucre y, sin exagerar, podríamos decir que en la Universidad de Oriente. La universidad vivía una de sus más fuertes crisis, los docentes teníamos varios meses laborando sin recibir nuestro salario. Quienes después organizaríamos UDISTAS participamos, entonces, en la organización y conducción de los reclamos gremiales conjuntamente con la APUDONS. Desde nuestros comienzos en UDISTAS nos hemos empeñado en que prevalezca la coherencia entre la acción y el discurso, el fiel cumplimiento de la palabra dada, además del respeto por las ideas y por el trabajo de otras personas y grupos. Este espíritu se afianza en la convicción de que los intereses institucionales, sostenidos por el esfuerzo coordinado de todos los universitarios, verdadero lustre de nuestra Alma Mater, deben imperar por encima de los intereses personalistas. Por ello estimulamos las iniciativas de lucha gremial del profesorado y de los otros sectores universitarios que propendan a elevar su calidad de vida, a garantizar sus derechos fundamentales manteniendo en alto el nombre de la Universidad de Oriente.

En gran medida, el grupo se ha constituido en punto de referencia del sector opositor en el Núcleo de Sucre, y en algunos casos de toda la UDO. Por eso ha mantenido una participación importante en elecciones decanales y del cogobierno del Núcleo. No hemos dejado, junto a colegas de otros Núcleos, de reclamar hechos tan poco democráticos como la no renovación de los representantes profesorales ante el Consejo Universitario -anomalía que ocurre desde el año 2008- o la no juramentación de la Junta Superior Universitaria.

Por esta participación crítica UDISTAS ha sido blanco de ataques directos e indirectos por parte de quienes, anclados de forma prolongada en posiciones de poder, pretenden acallar toda disidencia. Muchas veces nuestras denuncias no son rebatidas con ideas o argumentos sino desde la ruindad del chismorreo y el vituperio. Afortunadamente, son claras las responsabilidades de los desaguisados y atropellos que se cometen desde diferentes instancias de decisión.

En UDISTAS centramos nuestra atención y esfuerzos en tomar posición frente a las diferentes irregularidades en la vida universitaria porque creemos que la coherencia, la honestidad y el trabajo desinteresado son necesarios para alcanzar el bienestar común. Nos hemos involucrado especialmente en los asuntos gremiales por encima de las afinidades personales o políticas. Hemos mantenido una actitud de reclamo firme no sólo ante la actual directiva de APUDONS sino también ante la anterior. Hemos apoyado a la APUDONS en diferentes acciones de protesta y además planeado y ejecutado otras de manera independiente. Hemos actuado con diligencia y tenacidad en asuntos como la revisión de los estatutos y del reglamento electoral de la asociación.

En UDISTAS promovemos el trabajo planificado. Prevalece entre nosotros el espíritu de grupo y la crítica constructiva. Una larga historia política nos dice que para ser críticos tenemos que ser autónomos, y así tratamos de asumirlo. Los boletines, comunicados, volantes, pancartas, esta misma columna, en fin; todo el trabajo que desplegamos es autofinanciado. Esta circunstancia, si bien genera una desventaja material respecto a otros grupos políticos, contribuye a la autonomía mencionada. La complicada situación que vivimos en el país, en la Universidad de Oriente y en nuestro Núcleo nos obliga a privilegiar las acciones grupales organizadas por encima de las actuaciones estrictamente individuales. La renovación de la Junta Directiva de APUDONS se producirá en los próximos meses y nosotros, UDISTAS, como grupo con base en nuestra constancia y esfuerzo tesonero, pero, sobre todo, como voceros de las múltiples deudas gremiales de las que nos hemos hecho eco, consideramos que es oportuno proponernos para dirigir el gremio: ¡a los electores la palabra!

martes, 6 de septiembre de 2011

Sentido cultural de la autonomía universitaria y de la vigilancia de su calidad

Guillermo Páramo Rocha
Hay una conexión entre nuestra idea de sabio y la naturaleza de la universidad que, como suele suceder con los determinantes culturales, se revela en lo más inmediato, en aquello que por inmediato no notamos. A mi juicio, la exploración de nuestro mito del sabio puede ayudarnos a interpretar por qué en todo el mundo la idea de universidad plena ha llegado a implicar su autonomía, y a comprender algunos sentidos de nuestro papel como universitarios hoy en día, especialmente nuestra relación con el Estado y nuestra responsabilidad para con la sociedad.

lunes, 5 de septiembre de 2011

La educación superior gratuita no es una política regresiva

CIPER, Chile, 05/09/11
 
Uno de los temas que separan al gobierno de los estudiantes es la idea de que hacer gratuita la educación superior, es una política injusta y “regresiva” pues aumentaría la desigualdad entre ricos y pobres. El argumento ha sido repetido por políticos, especialista y economistas como una suerte de mantra para cerrar definitivamente la puerta a la exigencia de los estudiantes. En esta columna Alejandro Corvalán y Claudia Sanhueza, destacados economistas de Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales, ponen en duda estas certezas. Tras examinar la encuesta Casen y calcular cuánto gastan los distintos grupos sociales en educación concluyen que dar educación gratuita a todos los estudiantes, mejora levemente la desigualdad. Es decir, tras la gratuidad para todos Chile sería un país un poco menos desigual de lo que es hoy.

Uno de los lugares comunes más repetidos en la actual discusión sobre la educación superior, es que su gratuidad atenta contra la igualdad. Si el Estado decide financiar los aranceles de los estudiantes, entonces los pobres estarían subsidiando a los ricos, pues estos últimos se educan en una mayor proporción. El argumento no es nuevo, y de hecho fue popularizado por Milton Friedman en su libro “Libertad para Elegir” de 1979. Connotados expertos en educación como José Joaquín Brunner y Carlos Peña, e incluso economistas como Joseph Ramos y Guillermo Le Fort, han indicado que subvencionar los estudios superiores sería una medida regresiva, es decir, que aumentaría la desigualdad(1). La afirmación parece tan obvia a primera vista que no ha merecido un análisis más cuidadoso.

No obstante, este consenso es un error. Contrario a la intuición, una propuesta extrema de financiamiento total del sistema – es decir, la gratuidad de la educación superior – tiene un efecto positivo sobre la igualdad, aun sin considerar los efectos de la recaudación. En el caso particular de Chile, la gratuidad generaría una disminución no ambigua en el coeficiente de Gini.

Antes de presentar los datos, es necesario explicar por qué una política como la gratuidad en la educación puede ser una política progresiva.

La física y las políticas educativas. Conciencia o sin ciencia

Luis Porter
LAISUM, 02/09/11

En el más reciente número de la prestigiosa revista estadounidense The Atlantic (agosto 2011), la escritora Amanda Ripley nos introduce al debate provocado por la personalidad de Andrea Schelicher, quien ha logrado imponerse como el líder y propietario del sistema político-comercial promovido por la OECD conocido como PISA. En algún momento de su juventud, cuenta el artículo, Schelicher decidió apartarse del camino al que su padre, un profesor de educación, lo inducía. Lo consideraba “blando”. En su lugar se dedicó a las matemáticas y terminó como físico egresado de la Universidad de Hamburgo. El ejemplo de Schelicher, es muy simbólico, y sirve de ilustración de lo que puede ocurrir cuando se aborda el casi inasible y blando terreno de la educación aplicando criterios tan asibles como duros. La hipótesis sería que trasladarse al terreno de la educación, desde la física, tiene el riesgo de vivir una dualidad, en la que hasta las mismas ciencias duras, se muestren blandas. A ello se suma el peligro de desvirtuar el sentido de lo educativo al querer aplicar un racionalismo incompatible. Al menos el caso PISA, junto a la conducta de su auto nombrado líder, nos dice mucho de lo que ocurre en las ciencias sociales, donde no hay leyes que se cumplan, ni fórmulas que se repitan. El artículo de The Atlantic, deja ver muy claro que lo que en realidad transportan estos personajes que viajan de un campo al otro, es la presunción de una cientificidad que en educación provoca deformaciones, donde la lógica de producir datos en forma masiva, lleva a fuertes desequilibrios y resultados cuestionables.

El tema es atractivo, si consideramos que la mercancía PISA ha logrado sacudir la relación de poder en el campo de la política educativa (secretarías de educación hacia abajo) al haber impuesto sus resultados como demostraciones incontrovertibles e indiscutibles de niveles alcanzados, o no alcanzados, situaciones deplorables o estados críticos. Pruebas y resultados que terminan diciendo qué países están bien y cuáles están mal, poniendo a la defensiva a los responsables de la educación, a claudicar o entrar al juego de los datos para poder negociar y defenderse.

Antes de transcribir lo que Amanda Ripley nos dice en su artículo, preguntémonos si en el amplio campo de la educación, donde existen tantos investigadores, filósofos, sociólogos, administradores y expertos de amplio conocimiento y profundidad, tenga que ser alguien que se forma en las ciencias duras el que se asuma como dueño de los instrumentos que definen que es bueno, regular, o malo. Schelicher transita con su portafolio PISA de gobierno en gobierno, presentando su Power Point, que culmina con el repiqueteo sin fin, de su eslogan emblemático: “sin datos, Vd. simplemente es otra persona más con una opinión”. La estrategia es clara: yo soy un científico duro y mis resultados son indiscutibles, ustedes son científicos sociales, y sus conclusiones no son más que opiniones. El caso es que la Revista aludida, nos da pruebas que nos llevan a sospechar que PISA es un paquete mercantil, parte del pulpo neoliberal, cuyo lenguaje es el trillado de los estándares, el liderazgo, la calidad total, la excelencia, la rendición de cuentas... y todo lo que ya conocemos, suplantando los viejos ideales igualitarios de la educación por criterios economicistas que con su título de físico, Schelicher y sus seguidores, nos presentan como científicos. Lo peligroso de esta corriente no es la idea misma de aplicar la prueba PISA masiva e indiscriminadamente, sino sus excesos, sus fallas, y lo que es peor, la evolución hacia un racionalismo feroz que va expulsando del mundo de la educación, todo aquello que no le es funcional: el afecto, las emociones, la risa, la solidaridad, el trabajo en conjunto..., en suma, la vida en su expresión primera, la que contiene al ser humano en su totalidad que ciertamente no cabe en la prueba PISA, ni en las mentes políticas de los organismos que lo promueven.

Leer la vida del ex físico venido a educador, Andrea Schelicher, es entender las razones que llevan a tener una visión reduccionista, determinista y mecanicista, de la educación. No sorprende que formando parte de una organización en la que participan muchos miembros, y conviviendo con muchas otras agencias y dependencias que representan a multitudes, Andrea Schelicher haya preferido, transitar por un camino en solitario, cuya fórmula de evaluación comparativa permitió conmocionar la relación de fuerzas en una y otra nación, oscilando entre la especialización producto de la disección, y la estandarización que todo lo globaliza, bajo las que el estudiante, las escuelas y los sistemas educativos, son vistos como máquinas, y los maestros como relojeros, aunque lejos del tic-tac y la magia de los relojes.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Informática cubana

Elizabeth Burgos
POLIS, 28/08/11
PARECE inverosímil que en el país en donde el control de la información es absoluto, en donde el uso de computadoras hasta fecha reciente era considerado un delito, en donde el acceso a Internet está sometido al control del Estado y es un privilegio al que sólo tiene acceso libre la oligarquía que detenta el poder, exista una Universidad de ciencias Informáticas.

En verdad, en materia de formación académica en Cuba existe la mayoría de las disciplinas de las que debe disponer cualquier país, en particular cuando ese país se jacta de haber formado el mayor número de universitarios de América Latina. Pero la condición es que tanto las instituciones universitarias como el personal que de ellas egresa, deben supeditarse al control absoluto de Fidel Castro. La especificidad de la UCI, como todo en Cuba, se debió a una decisión del Fidel Castro quien decidió proveerse de un instrumento que le permitiera formar profesionales en el marco de la llamada “Batalla de las Ideas”, como llamó el artefacto ideológico creado para contrarrestar las ideas de libertad que lograron imponerse en el ámbito de la izquierda y terminaron por derrocar los regimenes totalitarios de Europa del Este y comenzaban también a hacerse sentir en Cuba.

Fundada en 2002, el objetivo de la UCI es de informatizar el país y desarrollar la industria del sofware. Construida en 106 días, situada a 15 km. de La Habana, cuenta con un perímetro de 72 hectáreas, 80 edificios y su acceso está rigurosamente prohibido a quien no sea estudiante o miembro del personal. Las personas extrañas al centro deben contar con una autorización especial. El número de estudiantes alcanza los 10.000. No es necesario ahondar en el origen de los medios para la creación de dicho centro universitario en La Habana, si no es para recordar la reducción presupuestaria de los centros de estudios universitarios de Venezuela.
 
El otro elemento de interés, es que en ese mismo lugar, desde 1964, estaba emplazada la base de radares soviéticos, Centro de Exploración y Escucha Radioelectrónicos, popularmente llamado Base Lourdes, que le permitía a Moscú someter a control las radiocomunicaciones de EE.UU.: elemento decisivo de la batalla entre ambos imperios durante la Guerra Fría. Método que se impuso tras la crisis de octubre o Crisis de los Misiles. Los radares remplazaron los misiles. El pretexto era velar por el cumplimiento de los acuerdos de desarme nuclear entre la URSS y EE.UU. Washington consideraba al contrario, que se trataba de un centro de espionaje del cual Moscú obtenía información de alto nivel estratégico y militar relativo a la política estadounidense. La Habana percibía 200 millones de US Dólares por el alquiler de dicho emplazamiento. Se establecía así una suerte de simetría con la Base de Guantánamo por la cual Cuba percibe también un alquiler que el gobierno de Castro se ha negado cobrar desde 1959
Adivinen con qué dinero fue construida en 106 días la inmensa Universidad de Ciencias Informáticas de La Habana, que ahora controlará todo lo electrónico en… Venezuela, elecciones incluidas. Universidad. Al igual que cuando la Crisis de los Misiles, Moscú y Washington negociaron a espaldas de Fidel Castro y tras los atentados de las Torres Gemelas, el gobierno ruso decidió el desmantelamiento de la Base Lourdes, dejando fuera de la decisión a Fidel Castro. Una vez más Castro se vio enfrentado a la humillación y a constatar que la política mesiánica que había pretendido imponer en América Latina y en África se revelaba una quimera, pues dependía de los medios provenientes de la ex URSS.

Escenarios de la movilización estudiantil chilena

Gonzalo de la Maza
POLIS, 31/08/11
Hasta aquí los estudiantes movilizados y sus aliados han sorteado con gran habilidad los obstáculos de todo orden que se les han presentado, demostrando una sorprendente unidad y continuidad en la movilización. Han transformado el escenario y modificado los términos del debate. Es lo que les da la fuerza necesaria en el momento que se inician las negociaciones en serio: aquellas referidas al petitorio original del movimiento y no a las medidas que al gobierno le gustarían. Este último ha retomado un cierto margen de iniciativa por la vía de cohesionar a su propio sector de apoyo y contar con fuerte respaldo parlamentario. Pero está especialmente mal preparado para abordar las demandas principales del movimiento, relacionadas a otras que tienen amplio sustento en la sociedad. Vale decir que el movimiento estudiantil, aunque cuenta con adhesión, no cuenta con expresiones políticas propias –recuerde que los jóvenes no votan- y tiene un duro adversario al frente. ¿Cómo conducir la respuesta política en esas condiciones?

Una vía de transformar la situación es la que se usó en el 2006, luego de la movilización pingüina: el movimiento se desactiva dando paso a los políticos, que son “los que tienen que solucionar esto”. Es lo que les dicen Ignacio Walker, Andrés Allamand. Sergio Bitar y el gobierno en pleno: muchachos ya entendimos que uds. no están contentos, déjennos ahora concordar un camino entre gobierno y parlamento. Avanzaremos en la medida de lo posible, como lo venimos haciendo durante los últimos 20 años. En otras palabras, una posible salida es que los políticos cazueleen a los estudiantes. Afortunadamente el riesgo de ello es bajo, entre otras razones, porque la experiencia del 2006 hace a los estudiantes uno de los movimientos sociales más desconfiados que ha existido. Los políticos tendrán que darse cuenta que ya se acabó lo que se daba.