jueves, 27 de mayo de 2010

Universidad autónoma


Universidad autónoma
Eleazar Narváez
También en las relaciones con las universidades, sobre todo con las autónomas, el Gobierno insiste en una práctica bastante cuestionada que ha producido grandes estragos en la vida del país. Ese modo de proceder consiste en declarar como enemigos y tratar implacablemente como tales a quienes sólo disienten de las ideas y acciones del régimen.

Ese brutal ejercicio del poder, potenciado con el secuestro del Estado por parte del Gobierno y del Presidente, se ha enfocado en la obstinada tarea de golpear insistentemente para intimidar y humillar de distintas maneras a todos aquellos que no han sido considerados merecedores de la gracia presidencial.

Si en definitiva lo que más le interesa en el fondo al Gobierno es mantener y fortalecer su poder a como dé lugar, con un ejercicio perverso de éste, es de suponerse que nuestra universidad autónoma es más que una piedrita en el zapato para el régimen. Sin exagerar puede decirse que, como centro de cultivo y difusión del saber, como espacio plural consustanciado con el diálogo, la tolerancia y el respeto, y como baluarte en la lucha por la democracia y la libertad, esa institución es considerada por el Gobierno como un peligroso enemigo al que es necesario doblegar para subordinarlo al desiderátum de ese adefesio llamado socialismo del siglo XXI. Esa universidad, convertida en enemigo por el propio Gobierno, está retratada en esa institución que ahora padece graves limitaciones presupuestarias impuestas por el Ejecutivo, las cuales ponen en jaque tanto la calidad de sus actividades de docencia e investigación como el desarrollo de muchos de sus proyectos institucionales; con un personal bastante descapitalizado académicamente por tales restricciones; con unos estudiantes muchas veces agredidos y discriminados por el solo hecho de hacer vida en una institución donde el espíritu universitario se resiste a sucumbir ante medidas oficiales arbitrarias; y con tantos otros signos de deterioro que en muchos casos se deben a una gran indolencia gubernamental.

Asimismo, se tilda de enemiga a esa universidad cuando cumple con su irrenunciable papel de conciencia crítica y de faro orientador de la sociedad; cuando rechaza con firmeza y coraje las tantas presiones oficiales que buscan someterla para fortalecer las conocidas pretensiones de implantar el pensamiento único en el marco de un proyecto político que evidencia en estos momentos un rotundo fracaso en nuestra sociedad.

Esa universidad, acosada y tratada como enemiga por el régimen, es igualmente la que ha sido vapuleada con los diversos ataques terroristas recientes, sin que el Gobierno hasta el presente haya movido un solo dedo para ponerle coto a éstos. Esa es la universidad que el Gobierno ha optado por colocar en el disparadero, la universidad autónoma, la cual siempre defenderemos.


Tal Cual, jueves 27 de mayo de 2010



viernes, 14 de mayo de 2010

Ministro para la deseducación universitaria

Eleazar Narváez

Ex Vicerrector Académico de la UCV


Sin duda alguna, el perfil de Edgardo Ramírez, a quien no me atrevo a llamar profesor y menos universitario, responde plenamente al propósito presidencial de implantar en el país la llamada Universidad Socialista del Siglo XXI, es decir, la no Universidad, la que deviene en simple agencia gubernamental donde se enseñorea el pensamiento único. Pudiera decirse que al fin el presidente Chávez consiguió a la persona que mejor interpreta sus deseos, con los rasgos que armonizan a plenitud con su modo de actuar y pensar, que comparte su estilo bravucón, con una manera de hablar agresiva y preñada de lugares comunes, y además enloquecido por la obsesión de ver en todas partes la expresión de una encarnizada lucha de clases y el enfrentamiento a muerte entre el capitalismo y el socialismo, sobre todo en aquellos espacios de la sociedad venezolana en los cuales el autoritarismo gubernamental ha pretendido doblegar y humillar a quienes han tenido el coraje de disentir o enfrentar las nefastas y fracasadas políticas del régimen.

Ese es el emergente que ha traído el Presidente para que se encargue de un ministerio que muy bien pudiéramos llamar el Ministerio Para la Deseducación Universitaria (podría decirse también, para domesticar la universidad autónoma, si usamos la palabra deseducar como la emplea uno de los intelectuales favoritos del presidente Chávez: Noam Chomsky).


Un ministro que en modo alguno ha venido para dialogar con la comunidad universitaria en las muy difíciles circunstancias que vive la educación superior del país, para hablar de modo civilizado y con propiedad de los graves problemas presupuestarios que aquejan a nuestras casas de estudio, de la seria descapitalización del personal académico que afecta a éstas, del deterioro de las condiciones de vida y de trabajo de los docentes y de los demás trabajadores universitarios, del desmejoramiento de las instalaciones y servicios diversos de la institución por la falta de apoyo financiero. No ha sido de su interés hablar con espíritu universitario, con argumentos serios y bien fundamentados, abierto a la pluralidad y a tono con los planteamientos que se hacen de modo consensuado en distintos foros mundiales acerca de la educación superior, sobre los retos que tenemos en materia de calidad en los estudios de pregrado y postgrado, en la investigación, en la difusión y comunicación de los saberes, en la rendición de cuentas multidimensional ante la sociedad, entre otros asuntos.

Al contrario, lo que hemos visto en diferentes escenarios ha sido un ministro de talante arrebatador que usa el poder para agredir y descalificar a las autoridades universitarias no afectas al gobierno; que en lugar de apelar a la razón y al diálogo para contribuir a resolver los problemas institucionales, recurre al autoritarismo y a la arbitrariedad para acosar e intervenir a ciertas universidades.

Ese Ministro para la Deseducación Universitaria es el que se vio ayer jueves 13 de mayo en la reunión del CNU, donde, para desagrado incluso de varios miembros de ese organismo identificados con el gobierno, irrespetó a la Rectora de la Universidad Central de Venezuela y aprovechó para agredir vilmente a esta institución.

El dilema de los postgrados: cantidad o calidad

El dilema de los postgrados: cantidad o calidad
OTONIEL ALVARADO OYARCE
Escuela de PostGrado, Universidad Nacional de Trujillo, Perú
Hace un buen tiempo, preocupados por la masificación de los programas de postgrado, escribimos un artículo sobre el boom de los mismos porque, además, constatábamos, en muchos casos, un desarrollo insuficiente y bastante deficitario en términos de la calidad académica exigible para dicho nivel, razón más que suficiente para formular algunas reflexiones sobre el posible mejoramiento de los mismos.
Utilizamos la palabra boom intencionalmente, por cuanto conlleva una connotación cuantitativa y comercial, porque así lo entendíamos entonces, al crecimiento de estos programas y, al parecer, no creemos habernos equivocado. Por lo tanto, al haberse acentuado aun más el fenómeno, bien vale refrescar algunas reflexiones entonces formuladas.
Una hipótesis central, fácilmente demostrable, podría relacionarse con la creación de dichos programas basada sólo en las demandas cuantitativas de los egresados, dado el incesante volumen de graduados año a año. Esto se corroboraría por ejemplo, al constatar que no existen estudios técnicos de oferta y demanda que orienten el desarrollo de este nivel de estudios. Consecuentemente, también podríamos plantear, y afirmar, que con estos estudios difícilmente nos incorporaremos a la competitividad mundial que la globalización exige. Aquí también podríamos concluir que el neoliberalismo a ultranza (pragmatista y utilitarista), impregnado incluso en los ámbitos académicos, podría traer consecuencias negativas para el desarrollo educativo.

lunes, 3 de mayo de 2010

UNESCO: La obligación de los gobiernos nacionales de garantizar la educación para Todos

Declaración de la V Reunión de la Consulta Colectiva de las ONG sobre la Educación para Todos, realizada en Dacca, Bangladesh, del 22 al 24 de marzo de 2010.
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