domingo, 22 de diciembre de 2013

La victoria y los secretos de los libros prohibidos

Winston Manrique Sabogal
El País, 22/12/2013

Muchas veces el fuego se ha quedado huérfano para alegría de la eternidad. Ahí están la Eneida y Lolita,separadas por más de 20 siglos, pero hermanadas, más allá de su belleza literaria, por las infructuosas llamas que sus propios autores les prometieron, y con las que las han amenazado algunos autonombrados guardianes de las ideas políticas, religiosas, sociales, éticas o morales.

Un aura de ceniza parece el sino de muchos libros a lo largo de los 35 siglos de creación de la escritura. El autor y crítico literario alemán Werner Fuld sigue ese rastro vergonzoso del ser humano para relatar la historia de las obras que fueron salvadas de la censura y la persecución en Breve historia de los libros prohibidos (RBA). Un libro de arena de todos los tiempos y las civilizaciones sobre los obstáculos y trampas a la creación literaria que se convierte en una llama que hace ver la necesidad de estar siempre alertas ante la perpetua tentación de vigilantes e inquisidores con listas de libros prohibidos y la cerilla en la mano.

“No se puede negar que la mayor parte de la literatura universal estimula el pensamiento propio. En interés de la paz social, esta perturbación es intolerable”, asegura irónicamente Werner Fuld, al recordar la crítica de Ray Bradbury en Fahrenheit 451. 

Páginas que alumbran los pasadizos que han hecho posible el milagro de poder disfrutar de esos textos “sospechosos” y de escritores rescatados del balanceo al borde del abismo, e incluso de aquellos que alcanzaron a caer o de los que fueron arrebatados como Jonás de la ballena. 

Virgilio, Diderot, Dos Passos, Voltaire, Zola, Nabokov, Ovidio, Rousseau, Sartre, Hemingway, Balzac, Faulkner, Gorki, Kant, Melville, Hammett, Joyce, Descartes, Proust, Quialong, Beauvoir, Cleland, Goethe, Wilde, Genet, Solzhenitsyn, Kafka, Flaubert, Lorca, Zweig, Baudelaire, Lawrence, Mandelstam, Sade, Sagan, Ibsen, Hernández, Ginzburg, Bulgákov, Rushdie…

martes, 10 de diciembre de 2013

Las tripas del informe

J.A.Aunión
El País, 03/12/2013

El informe PISA de la OCDE es, sin duda, después de 13 años y cinco ediciones, la más famosa evaluación internacional sobre los resultados escolares de todo el mundo. Casi nadie discute la importancia de una monumental base de datos educativa que contiene todo tipo de información (no solo de los resultados de las pruebas, sino sobre los colegios, los intereses de los estudiantes, los profesores, las familias, los medios materiales…) acerca de cientos de miles de alumnos de 15 años de todo el mundo. En esta última prueba han participado 295.416 jóvenes de 67 países y regiones (por ejemplo, de China participan por separado, Hong Kong y Shanghái). Sin embargo, a medida que aumentaba el éxito de PISA (no hay político que no lo saque a colación para justificar su reforma, como ha hecho el ministro de Educación español, José Ignacio Wert, con su recién aprobada ley educativa), también se han ido acumulando las críticas.

Las hay desde las que simplemente se quejan del uso torticero de sus resultados en forma de ranking de países (algo que desaconsejan los propios responsables de la OCDE) o con lecturas que no reflejan los matices evidentes de unos resultados estadísticos que, por supuesto, tienen margen de error, ni la dificultad de hacer comparables mediante preguntas concretas de un examen tradiciones e historias educativas tan distintas. Pero también las hay que enmiendan la totalidad del informe, pues aseguran que formalmente no está bien hecho (por la selección de las preguntas, o por las fórmulas estadísticas utilizadas), lo cual lo convierte, simplemente, en inservible para lo que pretende: evaluar y comparar los resultados de los sistemas educativos de todo el mundo de tal manera que se pueda saber el impacto de sus políticas y guiar decisiones futuras.

“Existe una literatura académica creciente que dice que se trata de unos resultados simplificados de lo que pretende ser el rendimiento en lectura, matemáticas y ciencias. Hay investigaciones que demuestran que los países no pueden ser clasificados de manera inequívoca a lo largo de una única escala”, escribe el profesor de Estadística Social de la Universidad de Bristol Harvey Goldstein. La OCDE se declara consciente de las limitaciones de PISA, pero defiende que sus métodos son los más adecuados y que siempre los ha hecho públicos con transparencia. “La confianza en la solidez de PISA se basa en el rigor que se aplica a todos los aspectos técnicos del diseño de la encuesta, la ejecución y el análisis, no solo en la naturaleza del modelo estadístico, que se ha desarrollado a través del tiempo y continuará haciéndolo. […] la solidez de la evaluación radica en el rigor de los procedimientos utilizados en el desarrollo, prueba, análisis, revisión y selección”, asegura la página web del informe.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Textos escolares de un solo color

Mireya Tabuas
El Nacional, 08/12/2013

Un alumno de primer grado no agrupará piedras, monedas, botones o carritos para formar un conjunto. En su libro de Matemática, tendrá como tarea hacer una colección de los voceros y voceras del consejo comunal cercano. 

A partir de allí, durante los 11 años siguientes de escolaridad, aprenderá a sumar con ejercicios que incluyen compras en una arepera socialista o en una Feria Escolar Bicentenaria, leerá que el gobierno distribuye "toneladas de alimentos por medio de la red Mercal". Se cansará de ver repetidas, en numerosos capítulos, las bondades de las misiones educativas, los beneficios de Barrio Adentro, los CDI y la Gran Misión Vivienda. 

En bachillerato reforzará sus conocimientos históricos. Sabrá que un alcalde de apellido Peña cerró una televisora comunal llamada Catia TV, pero nunca verá reflejado que el Ejecutivo nacional no le renovó la concesión a la emisora privada de más rating: RCTV. 

Condenará la palabra meritocracia, que definirá como una "élite desconectada de los intereses nacionales". 

Los libros de la Colección Bicentenario fueron publicados en primera edición en 2011 y reeditados en tercera edición en 2013. 

Son previos al currículo bolivariano que se discute en la actualidad y que ha traído polémica por temor a sus visos ideológicos. 

"El currículo debe ser pertinente, debe adecuarse a las transformaciones que tienen lugar en lo político, social, y económico", declaró recientemente la ministra de Educación, Maryann Hanson. Los contenidos de los libros de texto se anticipan a este postulado. "La colección es, sin duda, el currículo", señala el investigador en el área educativa, Luis Bravo Jáuregui. 

Un documento del Ministerio de Educación lo ratifica: explica que fueron hechos para la educación "liberadora", "para poner en las manos del pueblo venezolano hechos trasformadores que promuevan alcanzar la felicidad social". El propio léxico da cuenta del barniz que tiñe todo lo referente al "socialismo del siglo XXI". 

Son 70 textos que van desde educación inicial hasta quinto año de educación media. 35 millones de ejemplares se repartieron este año escolar, según declaraciones de la ministra Hanson. 

Sin embargo, de acuerdo con la Memoria y Cuenta del Ministerio de Educación, la meta de impresión de años anteriores no se logró. En 2011 se planificó producir 8.631.078 ejemplares y se imprimieron 3.000.000; en 2012, de una meta de casi 10.000.000, solo se hicieron 8.094.862.  


Venezuela y su gente fue analizado por el investigador Tulio Ramírez, quien refiere que el libro hace énfasis en las acciones negativas de los presidentes anteriores a Chávez, con escasas alusiones a la obra realizada por ellos. Al referirse al primer período de Carlos Andrés Pérez, por ejemplo, el texto dice que como candidato caminó mucho "pero una vez en el poder, no puso a caminar con igual ímpetu la economía del país" (página 114). 

Ironías así, cargadas de subjetividad, como cuando se dice que el ex presidente Jaime Lusinchi "daba las malas noticias con una sonrisa en los labios" (página 116), se despliegan en el texto, que utiliza la caricaturización de los mandatarios del llamado insistentemente "Pacto de Punto Fijo" y cambia a un tono solemne cuando se refiere a Chávez. América Bracho defiende el tratamiento que se le da a CAP: "En verdad él no hizo caminar al país, nosotros no manipulamos el cerebro de los niños, no le damos la conclusión". 

En el texto no se refleja que la inflación en el período 1974-1978 (según datos del Banco Central de Venezuela) fue, en promedio, 8,4% anual. Tener este dato permitiría al estudiante comparar con la inflación actual, calculada por el mismo ente para 2013, en 49,4%. 

Al narrar el Viernes Negro, el libro describe que esta devaluación "puso de cabeza a mucha gente, sobre todo a comerciantes dedicados a importar productos y los consumistas que acostumbraban viajar de compras a Miami y compraban tanto, que la gente los llamaba `Ta’ barato, dame dos’: por este concepto habían salido del país muchos dólares que necesitaba Venezuela" (página 116). María Helena Hurtado reconoce que esta crítica se escribió adrede: "¿Por qué hay que seguir induciendo que hay que comprar en Miami?", pregunta. En cambio, sobre la devaluación decretada por Chávez, se señala someramente que se tuvo que hacer "para enfrentar los problemas de sabotaje". 

El relato sobre el 11 de abril de 2002 tiene una versión única, que además segrega, pues solo da importancia al hecho de que fallecieron oficialistas: "Hubo un saldo de muertos y heridos que impregnó a la patria de dolor. La mayoría de los fallecidos eran defensores de Chávez" (página 128). Leonardo Carvajal se pregunta por qué no poner el número de fallecidos sin discriminarlos por su tendencia política. "Se omiten hechos conocidos como los pistoleros de Puente Llaguno", añade Tulio Ramírez. América Bracho recalca que murieron más chavistas y dice su texto es objetivo porque se publicaron las fotos de las marchas masivas del oficialismo y la oposición. 

Ramírez critica que el número de páginas dedicado a Chávez es mayor que el conjunto de presidentes que lo anteceden: "No tengo la culpa de que los demás períodos presidenciales sean de 5 años y el suyo de 15", alega Bracho.


Texto completo: S1, S2, S3