domingo, 28 de octubre de 2018

La universidad, tragedia y retos

Carlos Hermoso
@hermosocarlosd

Muy a pesar de que los asuntos económicos y políticos distraen la atención nacional, dedicamos un espacio a una de las cuestiones que reflejan el deterioro social y cultural de Venezuela. La universidad venezolana desde un primer momento fue foco de atención del chavismo. No para bien de su majestad sino para su control y uso en favor del régimen. Como no logra avanzar, prefiere destruirla.

La tragedia del país se realiza en la universidad venezolana. Como el país, esto se veía venir. Van de la mano. Una condiciona a la otra. La arrastra con poca resistencia. La erosión de la economía, hasta llegar a la catástrofe que sufrimos hoy, se inicia hace ya cerca de cuatro décadas. Igual tiempo lleva la de la universidad venezolana, con el antecedente del allanamiento de 1970.

sábado, 27 de octubre de 2018

Escrito en piedra

Adriana Cabrera*
UDISTAS
25-10-2018

La sensación de ruptura (desgarramiento, casi) con la función que los profesores tenemos dentro de la universidad venezolana es dolorosa y es la verdadera expresión de una crisis precipitada calculadamente por el gobierno actual (ya viejo y también anacrónico). El relato de esta catástrofe en desarrollo se hace y se actualiza con frecuencia. Sabemos ya que a los artífices de toda esta desgracia no les importa. La muerte del conocimiento y el progreso es precisamente el caldo donde mejor reinan. Pero la crónica de la destrucción ha de seguir haciéndose con el rigor de quien escribe un sumario para la historia y un recordatorio para quienes, puertas adentro, desde todos los niveles, han sido el diente que roe los huesos de nuestra Casa (¿dónde están? Algunos persisten, rodilla en tierra, esperando la realización de fantasías socialistas que nunca han de venir de un gobierno corrompido y corrupto; los más avispados se han ido o están por abandonar el barco de la “Patria o Muerte” hacia tierras más civilizadas). La Universidad de Oriente, donde hice mi primera formación y donde he trabajado durante casi veinte años, es un erial, tierra arrasada por años de asfixia presupuestaria, indolencia (calculada y espontánea) y delincuencia.

jueves, 25 de octubre de 2018

Emergencia humanitaria compleja en educación

Eleazar Narváez Bello
@eleazarnarvaez
El Nacional

El país vive hoy una emergencia humanitaria compleja. Distintas organizaciones venezolanas de derechos humanos coinciden al emplear ese término – de carácter fundamentalmente político - para describir la actual situación de gravedad por la cual atraviesa Venezuela. De acuerdo con criterios de la ONU, tal emergencia es provocada por la interrelación de una multiplicidad de factores – políticos, económicos y socioculturales -, impacta de modo grave en todos los órdenes de vida y requiere de una respuesta internacional con base en un mandato múltiple para actuar en varios frentes. Se le concibe como “…el resultado de una combinación de inestabilidad política, conflictos y violencia, desigualdades sociales y una pobreza subyacente”. En tal sentido, el concepto es distinto al de “crisis humanitaria”, utilizado para designar situaciones originadas por conflictos armados y desastres naturales.

domingo, 21 de octubre de 2018

Fernando Savater: "la libertad individual es ingobernable"

María Gabriela Fernández
El Universal
21/10/2018

Cuando Fernando Savater (San Sebastián, España, 1947) se refiere a temas tan abstractos como la libertad, la muerte y el amor (o la vida después de la muerte del amor), lo hace con tal sencillez que le basta utilizar referencias cotidianas. Usa con la misma destreza ejemplos sobre la decisión rutinaria de cepillarse los dientes que sobre la siempre abierta posibilidad de preguntarse sobre la trascendencia del hombre y la mujer o del lenguaje poético y literario. Tal vez porque en el fondo este filósofo, escritor y docente, figura clave en el pensamiento ético y político reciente, siente mayor interés por darse a entender en su tarea inexorable de cuestionar al mundo, que por el hallazgo de verdades fútiles que prometan servirle de refugio. Hacerse preguntas, según plantea en sus obras, sería un modo de cultivar la libertad, y también la clave para ejercer la filosofía.

lunes, 15 de octubre de 2018

Universidad Simón Bolívar: anatomía de una crisis


Luisa Salomón

En el centro de la Universidad Simón Bolívar hay un laberinto de flores. Dicen en el campus que los estudiantes que lo recorren hasta el centro no se gradúan y que quienes caminan en él cuando tienen un problema, lo habrán olvidado al salir. Pero poco sirve la superstición cuando el problema es el propio laberinto. Aunque de lejos mantiene su belleza, quien lo recorre se encuentra con macetas vacías, hojas secas y plantas envueltas por telarañas. Más de 30.000 de sus 53.000 plantas están marchitas. El jardín cromovegetal, regalo del maestro Carlos Cruz-Diez a la Universidad, está muriendo.

La Universidad Simón Bolívar nació para apuntalar el desarrollo de Venezuela, en una época en la que el país planificaba las obras de ingeniería más desafiantes de su historia, como la central hidroeléctrica de Guri o el Metro de Caracas. También fueron tiempos marcados por el conflicto, porque había enfrentamientos políticos entre el gobierno y las universidades nacionales, en particular la Universidad Central de Venezuela.

Raúl Leoni decretó la creación de la universidad en 1967. En aquel entonces se llamaba Universidad de Caracas. La idea era que fuese una casa que educara a los mejores científicos para el desarrollo del país y también que fuese una universidad alejada de conflictos políticos que interrumpieran las clases.

Con ese mandato inició sus clases el 14 de enero de 1970 en los terrenos de la antigua hacienda de Sartenejas, a las afueras de Caracas. Al momento de la primera clase, la universidad había cambiado su nombre a Universidad Simón Bolívar, a petición de varias instituciones, entre ellas la Academia Nacional de Historia.

martes, 9 de octubre de 2018

Crisis educativa


Eleazar Narváez Bello
@eleazarnarvaez

Han sido brutales los estragos causados por el régimen chavista a la educación venezolana. Una destrucción que ha ocurrido fundamentalmente de las dos maneras siguientes. En primer lugar, mediante un modelaje perverso asociado a un aberrante ejercicio del poder político por parte de quienes han tenido la responsabilidad de gobernar en los últimos veinte años, con comportamientos que han contribuido de modo significativo con la deseducación y la erosión del tejido de las relaciones sociales en el país. Y, en segundo término, por medio de políticas públicas que han sumido la vida escolar en un estado de profundo deterioro, con seria afectación tanto de las condiciones en las cuales alumnos y docentes realizan sus actividades, como de la calidad de sus desempeños y de las expectativas de su permanencia en la institución.