viernes, 29 de julio de 2011

La historia de la universidad en América Latina

Elsi Jiménez
Revista de la Educación Superior, México
La educación superior y particularmente la universidad son objeto permanente de atención, tanto por parte de la opinión pública como de los estudiosos que se interesan por la dinámica institucional en esta área. Específicamente, en América Latina la universidad se halla en el centro del debate público, en muchas ocasiones por razones presupuestarias y otras por amenazas a la libertad académica. Y por otra parte, encontramos las instituciones financiadas por el sector privado, un sector sumamente heterógeneo que suele aspirar mantenerse fuera de dicho debate, como organismos neutros ante la sociedad.


Elecciones universitarias vs populismo de turno

Enver Conde Ferrer*
Tal Cual, 30/07/11

Los universitarios históricamente hemos sido fervientes defensores de la autonomía y el pensamiento libre de las ideas. Nuestros pasillos universitarios están impregnados de historia, de lucha constante por una universidad que esté al servicio de nuestro país. Y es que la UCV es sinónimo de aprendizajes no solo académicos sino de formación ciudadana que nos instruye a ser mejores venezolanos. En la última década hemos padecido los atropellos del Gobierno con un presupuesto deficitario que no cubre en su totalidad las exigencias de las universidades. El gobierno insiste a través de su discurso militar en subordinar la educación superior a los dictámenes de Miraflores, cosa más peligrosa si lo que se quiere es formar ciudadanos profesionales al servicio del país de forma plural y democrática.

En el 2011, año donde se debían celebrar elecciones decanales en distintas universidades, observamos con suma preocupación la suspensión de las mismas por dictámenes del Tribunal Supremo de Justicia citando el cumplimiento del artículo 34, numeral 3 de la Ley Orgánica de Educación, que da derechos a todos los miembros de la comunidad universitaria a participar en las elecciones de las autoridades. Sin embargo, este alegato va en contraposición a la Ley de Universidades vigente y al Reglamento de Elecciones Universitarias igualmente vigente y dictado por los consejos universitarios, órganos de dirección de las universidades. Recordemos que el pasado 4 de enero la Ley de Educación Universitaria fue vetada por el mismo Presidente Chávez.

Uno de los artículos que sin duda que ha generado grandes debates en los espacios universitarios es el que se refiere a la participación de los empleados y obreros en las elecciones universitarias aun cuando no están facultados para ello debido a que según el artículo 109 de la Constitución, la comunidad universitaria está compuesta por estudiantes, profesores y egresados, quienes desde un punto de vista académico hacen vida y sostienen la universidad a través de la formación, la investigación y la extensión.

El gobierno ha utilizado de manera indudablemente populista un discurso de igualdad a la hora de hablar de elecciones universitarias olvidando que la universidad es una institución fundamentalmente académica apoyada en una estructura de servicios. Los empleados y obreros tienen a través de sus sindicatos los espacios de discusión necesarios para canalizar sus demandas. Es irrefutable que este gobierno es militarista y el militarismo no comparte los ideales de una universidad libre, plural, autónoma y democrática. El Ejecutivo pretende instaurar en las universidades el populismo del siglo XXI, intentando aniquilar los más de 200 años de una institución académica que ha estado al servicio completamente del país.

Hay un ejército dispuesto a defender hasta con la vida el espíritu de los librepensadores, Es decir, de los universitarios. 
 
 *Consejero de la Facultad de Humanidades y Educación y Presidente Centro de Estudiantes de la Escuela de Comunicación Social de la UCV

miércoles, 27 de julio de 2011

Un acuerdo para la educación superior

José Joaquín Brunner*
El Mercurio,24/07/11
 
¿Es posible un acuerdo para impulsar cambios y fortalecer nuestra educación superior? Sólo si las partes interesadas tienen la convicción de su necesidad y actúan en consecuencia, partiendo por el nuevo ministro del sector. Para esto es imprescindible concordar sobre el rol estratégico de la educación terciaria como palanca de movilidad social y competitividad económica, factor de innovación y desarrollo regional, y fuente de reflexión y crítica cultural.

A partir de estos supuestos cabe converger en torno a una visión y una agenda de reformas para este sector. Ellas han de estar inspiradas en la trayectoria histórica de nuestra educación terciaria, conformada tempranamente como un sistema mixto de provisión, cuyo carácter público se concibe con independencia de la naturaleza jurídica del proveedor.

Esto significa aceptar la diversidad y el pluralismo del sistema, la coexistencia de proyectos y misiones diferenciadas, grados razonables de competencia, costos compartidos y una conducción estatal ejercida a la distancia con instrumentos de regulación, información, acreditación y rendición de cuentas, junto con el reconocimiento de la autonomía de las instituciones y las libertades académicas de sus miembros.

Tal es el sistema que se ha ido consolidando en Chile durante los últimos 20 años, con un fuerte énfasis en la expansión del acceso, creciente incorporación de estudiantes de los tres quintiles de menores ingresos, una variada oferta de programas vocacionales y académicos y la multiplicación de centros de producción de conocimiento en las ciencias básicas, las ingenierías, las ciencias sociales y humanidades.

Con todo, se ha vuelto evidente que este sistema necesita cambios y ajustes que le permitan profundizar sus rasgos más dinámicos y corregir y superar las fallas, problemas y desequilibrios que han surgido con su mayor complejidad, masificación y responsabilidades.

El eje articulador de un acuerdo para impulsar estas reformas deben ser las relaciones entre el sistema y el Estado, en tres áreas clave.

Primero, la del financiamiento, en sus vertientes de apoyo a los estudiantes y a las instituciones. En ambos casos debería primar la igualdad de trato en el acceso a los recursos de la renta nacional, en función de prioridades de política pública y objetivos de interés general. Urge incrementar la contribución del Estado de modo de alcanzar un equilibrio con el gasto privado, que hoy carga con el peso principal del financiamiento del sistema. No puede haber favoritismo en la asignación de las ayudas estudiantiles según la naturaleza jurídica del proveedor, ni puede esta última envolver privilegios a la hora de asignar los aportes fiscales a las instituciones. Más bien conviene atender a objetivos funcionales -como el fortalecimiento de las universidades regionales, la consolidación de nuestras pocas universidades complejas de investigación y el desarrollo de la educación técnico-vocacional, o de áreas estratégicas como las pedagogías y las humanidades- y a resultados del desempeño.

Segundo, debe garantizarse una adecuada información pública de las instituciones respecto de las características de su organización y funcionamiento. También, una efectiva rendición de cuentas de sus estados patrimonial y financiero, condición ineludible para asegurar transparencia, evitar conflictos de interés, fiscalizar los negocios académicos, asegurar un buen uso de los recursos fiscales y privados y hacer respetar la ley en la distinción entre instituciones con y sin fines de lucro.

Tercero, el Estado debe asumir un rol más activo en la orientación y conducción del sistema, para lo cual necesita mayores capacidades de dirección, normativas, reguladoras y tecno-burocráticas a nivel de un ministerio de educación superior, ciencia y tecnología. A este correspondería establecer una estrategia de desarrollo sustentable para este sector a mediano plazo; perfeccionar los instrumentos públicos de acreditación de instituciones y programas y de evaluación de proyectos y, en general, definir criterios sofisticados de monitoreo, fomento y control. A su lado, un organismo supervisor -público, autónomo y profesionalizado- sería el encargado de garantizar la transparencia y proteger a los estudiantes y usuarios.

Vienen tiempos clave para crear una plataforma de acuerdos y decidir sobre una agenda de cambios. Al Gobierno corresponde guiar este esfuerzo, sin ceder a la tentación de conseguir tranquilidad política a cambio de satisfacer indebidos apetitos corporativos y lobbies poco transparentes.

Todas las instituciones deben ser consultadas, sin discriminaciones. Sus autoridades tendrían así la oportunidad de desplegar sus propuestas al mismo tiempo que sujetan los intereses propios al proceso de deliberación pública. Y las fuerzas sociales y políticas de protesta y oposición podrían mostrar si las mueve más el afán utópico o una efectiva voluntad de modificar los límites de lo real.
 

lunes, 25 de julio de 2011

La universidad venezolana metida en cintura

Orlando Albornoz
LAISUM, 23/07/11

 
Meter en cintura es una expresión coloquial empleada a menudo en Venezuela, para significar control de una situación dada. Ocurre que la academia de esta sociedad suramericana está siendo sometida a una serie de presiones, con el fin de “meterla en cintura”. No es una decisión aislada, que por una u otra razón se aplica a uno u otro segmento institucional, sino que ello obedece a una política e ideología que lleva a cabo en este país un proceso político que a falta de otro nombre han denominado revolución, en este caso bolivariano y socialista.
 
Es una situación que puede ser de interés para la región de América Latina y el Caribe. Supone una vieja concepción de la educación superior, aquella que privilegia el papel del Estado, de larga tradición en esta sociedad, pues entre 1827, cuando fueron transformadas en republicanas las universidades coloniales, y 1953, cuando se abrieron las dos primeras universidades privadas, el Estado mantuvo un monopolio en este segmento de la escolaridad. Desde entonces se produjo un proceso de cohabitación entre el sector oficial-estatal y el privado. Este último creció, pero nunca llegó a las proporciones de otros países de la región, como México, Brasil y Chile. En Venezuela la participación se mantuvo en niveles que nunca sobrepasaron el 30 por ciento de la matrícula y el liderazgo institucional reposó siempre en las universidades autónomas, sobresalientes en el país porque fueron las instituciones que han generado casi la totalidad de la producción de conocimientos en Venezuela –la matrícula del sector privado alcanza en estos momentos aproximadamente un 13 por ciento del total, pero producen menos del 3 por ciento del conocimiento nacional.

Lo que sí es novedoso es la metodología para ejecutar esta iniciativa de profundizar el control sobre la academia, en Venezuela. No ha consistido como se hubiera podido esperar, en tratar de controlar al sector privado, sino que lo ha hecho sobre el sector que más bien se debió proteger, el sector productivo de la academia venezolana, las universidades autónomas, manteniendo a las llamadas experimentales bajo el mecanismo de control que les permite simplemente tenerlas bajo la sujeción estatal-gubernamental [Nota: las fronteras jurídicas entre Estado y Gobierno son tenues en Venezuela].

Pasantías universitarias en criminología

Yoana Monsalve Briceño
El Universal, 25/07/11

Los objetivos deberían apuntar a despejar el campo de trabajo del egresado

Una cuestión interesante en materia de formación criminológica es la ar- ticulación de los conocimientos impartidos y la contribución a la resolución de los problemas en materia de prevención y seguridad ciudadana.

La experiencia sugiere frecuente inquietud entre los estudiantes en cuanto al acceso a los sitios para desarrollar la pasantía, la selección de los temas y el abordaje necesario de los problemas a enfrentar, a fin de facilitar la proposición de respuestas adecuadas que atiendan los intereses de las diversas instancias en cuanto a su gestión, así como de las escuelas de formación profesional para el enriquecimiento curricular.

Estas respuestas deberían representar iniciativas plausibles y de algún modo evaluables, aunque éstas no sean contribuciones sistemáticas o determinantes en temas complejos como el control delictivo, dado que se trata de estudiantes que todavía no han culminado la licenciatura. Los objetivos deberían apuntar a despejar el campo de trabajo del egresado, a poner en contacto al estudiante con la dimensión operativa del conocimiento y a suministrar a los organismos gestores de políticas públicas insumos y proposiciones anclados en el conocimiento y la investigación, algo para lo cual son entrenados los estudiantes de criminología.

Para lograrlo, es fundamental revisar las expectativas, fortalezas y necesidades de estos organismos, a fin de que la contribución estudiantil, dentro del modesto marco en el cual se despliega, se encuentre en sintonía con las necesidades y perspectivas del organismo interventor o planificador. Esto, que podría considerarse algo sencillo e incluso banal en carreras bien asentadas como medicina, ingeniería y derecho, es una tarea pendiente para la formación universitaria en criminología.

Las pasantías estudiantiles conforman un programa de formación para el trabajo que debería ser orientado por profesores universitarios, conjuntamente con operadores públicos, a fin de que la actividad resulte más productiva. No es una propuesta unilateral que genere reservas o escepticismo. Así, el organismo interventor o planificador podría ofrecer opciones temáticas de trabajo ajustadas a su visión, misión y políticas; mientras que el estudiante, de acuerdo con los profesores guías y departamentos universitarios, podría someter un plan específico de trabajo a ser homologado por el organismo receptor de pasantes, que permita fortalecer las líneas de trabajo en la universidad, alimentadas por problemas específicos de gestión y facilitando de esta forma la sinergia en los planes de intervención antidelictiva.

Se podría alcanzar una finalidad importante (vale decir, el acceso de pasantes a áreas críticas de gestión pública y la expansión del horizonte laboral de estos egresados) si el programa mostrara congruencia entre las necesidades de quien forma y de quien recibe dicha formación, y si contara con estándares de calidad. La Universidad de Los Andes (ULA) y la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES) podrían aplicar un plan piloto con el modelo de creación intelectual y vínculo social.

La universidad del futuro

José Luis Cordeiro
El Universal, 25/07/11

Universidad de la Singularidad: bioinformática, nanotecnología, neurociencia, robótica, ética...

Escribo desde el famoso Valle de Silicio, conocido como el centro de las industrias de alta tecnología en Estados Unidos de América, donde estoy participando como profesor en la nueva Universidad de la Singularidad (www.singularityu.org).

La Universidad de la Singularidad abrió sus puertas en el Centro Ames de la NASA en California, con el apoyo de empresas como Google, Nokia, Cisco y Autodesk, además de un prestigioso grupo de fundadores asociados y colaboradores. Entre sus profesores se encuentran ganadores del Premio Nobel como George Smoot (Física 2006) y el llamado "padre de Internet" Vint Cerf.

La idea de la Universidad de la Singularidad fue concebida por los ingenieros Peter Diamandis (fundador de la Fundación X Prize y cofundador de la Universidad Internacional del Espacio en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT) y Ray Kurzweil (respetado inventor y futurista, ganador de múltiples premios y reconocimientos por sus ideas e invenciones). Ray Kurzweil es el autor del libro best-seller "La singularidad está cerca" en 2005 (y que también ya apareció como película).

La primera promoción de la Universidad de la Singularidad aceptó 40 estudiantes en 2009. La segunda promoción en 2010 contó con 80 estudiantes seleccionados entre 1.600 candidatos, y la tercera promoción en 2011 también con 80 estudiantes, entre más de 2.000 candidatos, después de un riguroso proceso de selección para garantizar un grupo de jóvenes visionarios de diferentes partes del planeta. Los 80 estudiantes actuales vienen de 35 países alrededor de todo el mundo: desde Alemania hasta Argentina, desde Brasil hasta Bulgaria, desde Estados Unidos hasta los Emiratos Árabes, desde Suecia hasta Sudáfrica. Los profesores y el equipo de apoyo son de Canadá, Estados Unidos de América, Reino Unido y Venezuela, entre otros países.

El programa de la Universidad de la Singularidad está estructurado en alrededor de 10 áreas interdisciplinarias: estudios del futuro y prospectiva, derecho y ética, finanzas y emprendimiento, redes y sistemas de computación, biotecnología y bioinformática, nanotecnología, medicina y neurociencia, inteligencia artificial y robótica, energía y ecología, y finalmente espacio y ciencias físicas. Adicionalmente, los estudiantes deben hacer un trabajo en equipo cuyo objetivo es proponer programas para mejorar la vida de un millardo de personas en el plazo de 10 años. Las propuestas deben incluir tecnologías avanzadas para mejorar rápidamente la situación actual de la humanidad y elevar el nivel de vida del mayor número posible de personas en el corto plazo.

sábado, 23 de julio de 2011

Universidad y marginalidad

Juan Guerrero
Generalmente se relaciona a la marginalidad con desnutrición, desempleo, analfabetismo e insalubridad. Esto, que no deja de ser cierto sin embargo, no es totalmente correcto. La marginalidad es fundamentalmente un estado mental. Así como suele identificarse tradicionalmente los sitios donde anida la marginalidad alimentaria y educativa, los barrios. También existen lugares donde otro tipo de marginalidad encuentra cobijo: urbanizaciones, gobernaciones, ministerios, partidos políticos, cuarteles, iglesias, mezquitas y conventos, cámaras de comercio, industrias, universidades.

lunes, 18 de julio de 2011

Cambios en los programas de estímulo académico en Venezuela: un análisis tentativo, dentro del contexto político del país


La producción de conocimientos, bajo el formato de los llamados saberes y aquellos propios del conocimiento, no pueden explicarse ni interpretarse en ninguna sociedad fuera del contexto político que la caracteriza. Es el caso, en forma sobresaliente, de la sociedad venezolana, en donde la pasión política cotidiana define toda y cada actividad. En efecto, todo está impregnado por una ansiedad por conocer la afiliación o simpatía política de cada quien pues de ello depende su ubicación en la escalera social o al menos en las posibilidades de empleo estatal, al cual pueden acceder con ventaja quienes se afilian a la propuesta revolucionaria y socialista, los llamados rojo-rojitos, para emplear la denominación oficiosa de los venezolanos que se hallan en el espacio controlado por el proyecto gubernamental. Los que se hallan fuera del mismo son llamados escuálidos. Es decir, la sociedad dejó de ser un conjunto de ciudadanos, para ser más bien un conjunto de actores, protagónicos, como reza la Constitución.
Es una sociedad difícil de explicar, para quienes residen fuera de Venezuela. Esta sociedad ha creado sus iconos, cuidadosamente elaborados alrededor del líder máximo tipo caudillo, en que se ha convertido un funcionario elegido, legal y legítimo, pero que por vía de sus deseos y voluntad alcanza el status propio de un monarca. Ello loobservamos los venezolanos recientemente, porque al regresar de una estada en Cuba, en donde había sido operado de una dolencia que se supo posteriormente que era un cáncer, pues habló a su pueblo, desde un pequeño balcón ubicado en el Palacio Presidencial (Miraflores), que llaman el balcón del pueblo, rodeado sólo por sus hijas, nietos, hermano y yerno, mientras que el Gabinete se confundía en la multitud que le aclamaba. Marcando así la misma distancia que se promueve en el caso de las anacrónicas monarquías europeas. Al partir nuevamente a Cuba, el 16 de julio de 2011, para proseguir su tratamiento médico, escribe en un twitter que al salir del país lo despidió “su amado pueblo”.
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Confianza en la universidad y en los académicos

Humberto Muñoz García

A la memoria de Adolfo Sánchez Vázquez

Cuando hablamos de las instituciones en México, habitualmente nos referimos al concepto de crisis. En este caso, la noción de ruptura ocupa un lugar relevante en la reflexión; aparece una relación entre ruptura, desinstitucionalización y desconfianza.

Todos estos conceptos vienen ligados al mal funcionamiento de las instituciones, de aquellas que son fundamentales para que un país pueda crecer económicamente, para incentivar una interacción social arropada por valores apropiados al cambio social y para que proceda una mayor justicia distributiva.

En México estamos atorados porque no se sigue la normativa institucional, porque reina la impunidad, porque hay una tendencia a la ilegalidad y falta de responsabilidad de quienes tienen que velar por el exterminio de la corrupción.

En la academia y en los medios se ha señalado que la corrupción es un cáncer que lacera la vida institucional. Nada más para recordar: en el Informe Global sobre la Corrupción (2010), aparece que, en México, la mayoría de los encuestados percibe un aumento de la corrupción, más de la mitad sostuvo que las acciones de gobierno contra la corrupción son ineficaces y una buena proporción pagó un soborno para acceder a un servicio (los más afectados son los pobres y los jóvenes).

En la percepción de los encuestados, las instituciones más corruptas son los partidos políticos, la policía, las oficinas de gobierno y las del Poder Judicial. Son las instituciones menos confiables.

En contraste, las encuestas realizadas para medir la confianza en las instituciones señalan que las universidades son las mejores clasificadas en este rubro, junto con la Iglesia, seguida del Ejército. Las comparaciones en el tiempo indican que la confianza en ellas se ha mantenido.

La educación y el conocimiento, la moral y la protección de la integridad nacional representan para la sociedad un reducto de esperanza, solidaridad y certeza, en medio del descrédito de lo político y lo judicial, en medio de la falta de trabajos decentes.

Las universidades, en especial las públicas, son instituciones que debemos cuidar y fortalecer por las creencias en sus bondades y por el papel extraordinario que pueden jugar para sacarnos de la crisis.

Hay cuatro factores externos al campus que militan en favor de su desinstitucionalización y pérdida de confianza: la poca competitividad de la economía y la escasa demanda de conocimiento, el mal funcionamiento del mercado laboral, que no absorbe adecuadamente a los egresados universitarios, las políticas públicas por medio de las cuales se intenta controlar la dinámica académica (incluido el pago por méritos) y el avance de los medios masivos sobre la academia, porque éstos trivializan el conocimiento y con ello influyen en las percepciones y en la interpretación que la sociedad hace de sí misma en favor de los grupos dominantes.

La universidad requiere sostener su presencia y prestigio social. Para tal fin, es indispensable abordar los retos que le impone el medio externo para mantener la confianza depositada en ella. Pero, también, fortalecerse en su interior.

Es paradójico que la universidad, siendo la institución que goza de mayor confianza social, funcione con altos niveles de desconfianza en sus académicos. Esto ya es insostenible.

Así, es crucial recomponer la comunidad académica, darle cohesión y organicidad, reestablecer el interés común. Que cobre conciencia de todo lo que pasa a su alrededor tendente a deslegitimar a la universidad, para que pueda, en su caso, defenderse y apoyar a las autoridades ante a las presiones externas que intenten desacreditar a la institución.

La academia se torna comunidad cuando existen políticas institucionales que favorecen el accionar colectivo. Lo que se conoce en esta materia indica que la organización comunitaria gira en torno de la existencia de un ambiente laboral que facilite y reconozca los resultados del trabajo, libertad académica, impulsos a la creación de redes y una gestión eficiente que promueva y realice las expectativas intelectuales de los académicos.

Asimismo, hay comunidad cuando se estimula una participación ampliada de los académicos en la toma de las decisiones institucionales.

En este último sentido observo la importancia de la reforma al Consejo Universitario impulsada por el rector José Narro en la UNAM. El Consejo Universitario, o su equivalente, es el principal órgano legislativo (el Senado) en las universidades públicas.

La reforma consiste en dar representación a sectores que no estaban incluidos o mayor representación a sectores que estaban subrepresentados en dicho cuerpo colegiado, en virtud del crecimiento institucional de los últimos tiempos. Una reforma justa y correcta.

Fortalecer a la comunidad académica es una tarea de primer orden para sortear los retos externos e internos y sostener la confianza de la población en la universidad. Con base en la confianza, la universidad puede influir en la ética y en las orientaciones valorativas a seguir por la sociedad. Ganar, con la misma base, capacidad de transmisión de la ciencia en la conducción social.

Aparte. Es hora de cambiar la ética en la política. Eliminar la deslealtad con la nación y airear el sindicato de maestros, que mucho ayudará a la educación, pilar para salir de la crisis.
*Laboratorio de Análisis Institucional del Sistema Universitario Mexicano

Venezuela en aislamiento cultural

Dubraska Falcón
El Universal, 18/07/11

Entrevista a Roger Michelena

"No recibimos ni 1% de lo que se publica"
Venezuela se encuentra en un aislamiento cultural. Así lo asegura el bibliotecario y gerente de la editorial Ficción Breve Libros, Roger Michelena. Las dificultades para importar libros por el engorroso procedimiento para obtener divisas, el costo de los locales, el pago de impuestos y la necesidad de obtener un certificado de no producción por cada título que se importe a Venezuela son algunas de las razones que el librero da para sustentar una cifra impactante. "Nosotros no recibimos ni 1% de lo que se publica en el mundo", afirma. 

domingo, 17 de julio de 2011

La larga crisis de la UNELLEZ

Oscar Medina
El Universal, 17/07/11

Casi suma 11 años intervenida en los que ha sido dirigida por siete equipos distintos nombrados a dedo. Hoy pasa por uno de sus peores momentos, acumulando irregularidades de todo tipo.
 
El bachiller estaba raspado. La profesora Ibonne Mejías no tenía duda de eso: Chinchilla había reprobado Cálculo II. Ella misma, como corresponde, ingresó las notas de la materia al sistema informático de la universidad utilizando su clave privada y en el acta el estudiante apenas sumaba un punto en una escala de cinco. Pero la pantalla del monitor le mostró otra cosa: su alumno aprobado con 3,20.

Hizo entonces lo que debía hacer: fue a la oficina de atención de profesores del programa de Admisión, Registro y Seguimiento Estudiantil, Arse, -es decir, donde controlan el sistema- y expuso el problema. Lo que encontró fue aún más misterioso: el cambio de nota se hizo con su nombre de usuario y su clave. La denuncia la presentó el 18 de octubre de 2010, pero la irregularidad no fue corregida.

A la profesora Alicia Mejías le sucedió algo similar. Cuatro jóvenes -tres mujeres y un hombre- que habían reprobado la materia Cálculo integral, de forma inexplicable resultaron aprobados. Cabrera, Chaparro, Galíndez y Montes no llegaban ni a 1,5 puntos; pero en el Arse todos, quién sabe cómo, superaron la asignatura con más de 3 puntos.

Al caer en cuenta de la situación, el 28 de marzo pasado, la docente ingresó a la red, corrigió las notas e imprimió una copia de la planilla. Pero el 12 de abril, "revisando mi cuenta de Arse, encuentro que ya tres de los alumnos no aparecen". ¿Desaparecidos? No. Se presume que fueron "transferidos" de manera subrepticia a la lista de algún otro profesor que no sea tan quisquilloso o que, en todo caso, participe de esto que se supone debe ser un buen negocio que está en pleno desarrollo en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora, Unellez.

Asedio intelectual

Juan Cristóbal Castro Kerdel
Tal Cual, 17/07/11
¿ Cuál es la relación entre las universidades y el intelectual? Al parecer ninguna. Hoy se puede ser crítico, viniendo de la música (Bob Dylan o Fito Páez), del cine (Spike Lee o Win Wenders), o del periodismo (Jon Lee Anderson oRyszardKapuscinski). No es necesaria una formación universitaria para abrir debates, y para ponernos a pensar y desmantelar lugares comunes. El mundo sin duda es más rápido y complejo que las bibliotecas y los salones de clase.

Pero no siempre la realidad está "afuera". Lo que sabemos de ella, su sentido, no es un invento de los ojos de quien la mira.

Es por el contrario una creación de la historia, la tradición y la cultura, donde libros y bibliotecas cumplen el papel de soportes técnicos que guardan y divulgan sus recorridos, cambios y trayectorias. La universidad es un lugar de saber fundamental en el uso, actualización e interpretación de los contenidos de esos soportes.

En ella se auspician investigaciones científicas, se arman y articulan teorías sociales y emancipatorias, se discuten y analizan temas culturales de actualidad, se forman ciudadanos, se critica.

El mundo globalizado nos pide analizar con cuidado fenómenos cada vez más complejos, como el terrorismo, el impacto de las nuevas tecnologías, o la ecología. Sucesos que necesitan de la consulta del científico y la reflexión del filósofo, de la cultura del letrado humanista y la experiencia del sociólogo. Todos ellos, y otros más, necesitan de la investigación profesional.

Cuando el presidente anuncia que la cuarta república era pura decadencia, cualquiera podría pensar que se refiere a los gobiernos después del 27 de febrero, y no a todos los gobiernos que vinieron después de Páez. El estudioso bien puede mostrarnos que ese bloque es mucho más complejo de lo que se trata de proponer.

Hay verdades que se pueden criticar desde los medios, hay otras que requieren mayor atención analítica, discursiva, teórica. El mundo dividido entre buenos y malos sólo les sirve a los mediocres y a los totalitarios.

En países como Cuba o Irán no hay autonomía universitaria, y permiten sólo a un grupo privilegiado la investigación y el acceso al conocimiento, siempre y cuando no critiquen al régimen imperante. Su misión se reduce en el fondo al de justificar el relato oficial.

En países como Alemania, Francia o Inglaterra el intelectual es el académico que ya está cerca de jubilarse, quien tiene un gran prestigio al introducir temas de discusión y reflexión, al andar contra la corriente y mantenerse actualizado. Así lo fueron Derrida y Gadamer. Lo son hoy en día Habermas y Todorov.

La universidad es importante por dos razones. Primero, porque le ofrece al estudioso instrumentos (como bibliotecas, referencias y contactos) para llevar a cabo sus indagaciones. Y segundo, porque propicia un nivel de exigencia para el análisis que busca rigor, ponderación y cierto nivel de auto-crítica, tratando de ser lo más cercano posible a la verdad.

Los artistas o periodistas están presos por las demandas de lo inmediato, y pueden equivocarse más fácilmente, cayendo en el simplismo para tratar de ser claros y concisos, o simplemente para llamar la atención. Los intelectuales con formación académica tienden, por el contrario, a ser más incisivos y cuidadosos en sus análisis, a trabajar tópicos que no necesitan de la demanda de la actualidad y por ello pueden tener más libertad para trabajar, y más espacio y tiempo para realizar sus indagaciones con cuidado y detenimiento.

Sin esos espacios, estamos condenados al dominio de los lugares comunes, a la dictadura del raiting, a las manipulaciones de los populistas, a las invectivas de los anarquistas de segunda, y a los relatos paranoicos de los radicales de pasillo, por no mencionar las tergiversaciones de los voceros irresponsables de países foráneos.

Las universidades están a punto de morir. Sin un sueldo digno, sin prestigio, calidad y excelencia, poco tiempo les queda. Para la discusión pública, vital en una democracia plural, esto significa eliminar un espacio de crítica, reflexión e investigación. Si los académicos no hablan, nos quedaremos con militares y expertos que sólo vociferan contra el imperialismo y el mundo liberal, como si todo fuera un solo bloque.

¿Le duele esto a alguien? Por lo visto, sólo a los mismos académicos, que ganan menos que un taxista o un limpiador de vidrios de carro.

"La universidad ha sido pasiva ante suspensión de elecciones"

Gustavo Méndez
El Universal, 17/07/11

Entrevista a Tony Chacón, presidente de la Comisión Electoral de la UCV
 
" La respuesta política debe ser la movilización, sino reaccionamos no pasará nada" " Hay mucha apatía por la situación laboral y económica de los docentes y la crisis presupuestaria"

Sus palabras, sus gestos exudan preocupación y no es para menos. Desde hace dos años la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se ha dedicado a suspender las elecciones en las universidades autónomas afectando la renovación de sus autoridades.
Tony Chacón, presidente de la Comisión Electoral de la Universidad Central de Venezuela (UCV), advierte que estas medidas son parte de la ofensiva oficial contra la autonomía.
-Son diez los procesos, de rectores, decanos y cogobierno, paralizados por el TSJ. Parece que no habrá comicios hasta nuevo aviso.
-Las sentencias del TSJ han sido contra las autónomas. Se han frenado los procesos en las universidades del Zulia, Carabobo, Central de Venezuela, Oriente y Los Andes que nos regimos por la Ley de Universidades.
-Las sentencias se sustentan en el artículo 34 de la Ley Orgánica de Educación que establece que empleados, obreros y egresados tienen derecho a votar. Pero en el 2002 la Sala Constitucional dictaminó que estos sectores no son parte de la comunidad académica.
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sábado, 16 de julio de 2011

Recortes y burocracia lastran Bolonia

J.A.Aunión
El País, 17/07/11
A la Universidad le crujen los huesos con los cambios y ahora mismo está en mitad de uno enorme. Acaba de terminar el primer curso completo de la era de Bolonia, la reforma que pretende homologar las enseñanzas de 46 países europeos para crear un mercado común de educación superior. El acuerdo se firmó en 1999 y para España ha supuesto un camino accidentado de una década, con una apatía inicial bastante prolongada, seguida de titubeos normativos y una oleada de protestas estudiantiles que, aunque se han ido apagando, aún mantienen sus ecos en el Movimiento 15-M. Al final, las universidades tuvieron que diseñar los nuevos títulos a la carrera, según se quejan abiertamente varias de ellas.

Ahora, por fin, el cambio se ha completado formalmente. En el curso que acaba de terminar ya no se han ofrecido licenciaturas ni diplomaturas, sino grados de cuatro cursos; los másteres oficiales llevan años en marcha y la normativa de doctorado está lista. Los responsables de 28 campus públicos que han hecho balance para EL PAÍS dibujan el panorama de un cambio en marcha, pero muy al inicio de una transformación que creen necesaria y positiva, con una enseñanza más activa para el alumno, más tutorías, menos clases magistrales y más prácticas, más flexibilidad para adaptar las carreras a nuevas necesidades, más movilidad europea y mecanismos para vigilar la calidad. De momento se ha conseguido reflexionar sobre qué enseña la Universidad y cómo, si sirve lo que se estaba haciendo hasta ahora, y sobre la necesidad de rendir cuentas. Todo ello ha zarandeado inercias y viejos vicios. Esa es una de las bondades que más repiten los rectorados, pero también uno de los obstáculos a los que se enfrenta la reforma. 

miércoles, 13 de julio de 2011

Foro Latinoamericano “Rafael Cordera Campos” sobre la Autonomía Universitaria

Conclusiones

LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA HOY: EXPERIENCIAS Y DESAFIOS EN AMÉRICA LATINA
 
La autonomía universitaria ha sido, desde el nacimiento de la UDUAL, en 1949, uno de sus principales baluartes y preocupaciones en el desarrollo de la educación superior en América Latina y el Caribe, de ahí la existencia de la Comisión de Defensa de la Autonomía Universitaria en la UDUAL, como parte de su organización.
En virtud de las permanentes agresiones que ha sufrido la autonomía universitaria desde el siglo pasado, y de las aceleradas transformaciones que ha venido sufriendo la economía mundial desde la pasada década de los noventa, surgió, en el máximo órgano de la UDUAL, su Asamblea General de Rectores, realizada en noviembre de 2010, en Lima, Perú, la preocupación y el interés por evaluar el estado actual de la autonomía en Latinoamérica y el Caribe. Para abordar esta problemática, los días 19 y 20 de mayo de 2011, se organizó el Foro Latinoamericano sobre Autonomía Universitaria Rafael Cordera Campos, cuyo tema central fue “La Autonomía Universitaria Hoy: Experiencias y Desafíos en América Latina y el Caribe”, en la Universidad de Guadalajara, México, con el fin de discutir los problemas, desafíos y perspectivas que enfrenta la autonomía en el mundo contemporáneo.

Reflexiones acerca de la autonomía universitaria

Miguel Ángel Aguayo López
La Universidad ha sido testigo, a veces también víctima o verdugo, de la evolución de una sociedad que ha avanzado entre la tradición y el progreso, entre las viejas costumbres y las más avanzadas investigaciones, en un continuo desarrollo de carácter político, económico y social que le han afectado muy cerca y que, como se ha dicho, le obliga a mantener una activa y tensa vigilia ante las invasiones foráneas.
 
La no dependencia de otros para la creación de ciencia y de conocimiento, junto con la libertad para la expresión de las ideas propias y de la confrontación respetuosa con las de los demás, son las bases en las que sentó el principio de autonomía universitaria, dicho principio irrenunciable para que la universidad cumpla con los objetivos que la sociedad le demanda se ve con frecuencia, aun en nuestros días, pisoteado.

La Autonomía Universitaria en el Bicentenario y sus perspectivas

José Narro Robles
Las universidades son instituciones con casi mil años de existencia en el mundo occidental y en América Latina su evolución supera los 450 años. Actualmente son instituciones generadoras de las propuestas sociales más progresistas. Han sido de gran utilidad a la humanidad y sin duda lo serán más en esta era del conocimiento.

En América Latina, las universidades han tenido una evolución que se corresponde con la de la sociedad. Nacen en el siglo XVI, bajo el modelo de la universidad española de la época. El siglo XIX las registra como instituciones conservadoras que se transforman al inicio de la nueva centuria. Simplificando podemos decir que después del movimiento estudiantil de Córdoba, Argentina, de 1918, se replantearon las relaciones entre la universidad y el Estado. A partir de entonces la universidad latinoamericana ha estado más vinculada a la sociedad y ha generado espacios de libertad, democracia, justicia social, apego al derecho, respeto a las diferencias, compromiso yaporte a la solución de grandes problemas colectivos.

Retos de la autonomía universitaria en la sociedad del conocimiento

Rafael Cordera Campos
Dian Sheinbaum Lerner
Los cambios que ha vivido la educación superior frente a los procesos de globalización, la revolución científica y tecnológica y la consolidación del conocimiento como un factor indispensable para el desarrollo económico y social de los países, han sido materia de diversas investigaciones.

Hoy día se reconoce que la educación superior constituye un pilar fundamental que contribuye, en términos generales, a desarrollar la productividad laboral, la energía empresarial y con ello la calidad de vida; a promover la movilidad social y la participación política; a fortalecer la sociedad civil y estimular el gobierno democrático.1 

En la llamada sociedad del conocimiento, la educación superior es un agente clave en los procesos de modernización de todos los países del mundo. Como fue señalado en la Conferencia Regional de la UNESCO en 1996, "la educación general, y la superior en particular, deben ser instrumentos esenciales, de valor estratégico, para enfrentar exitosamente los desafíos del mundo moderno y para formar ciudadanos capaces de construir una sociedad más justa y abierta, basada en la solidaridad, el respeto de los derechos humanos, el uso compartido del conocimiento y la información".2

lunes, 11 de julio de 2011

¿Año escolar aprobado?

Gustavo Rossen
El Nacional, 11/07/11

Las cifras no hacen sino confirmar esa grave endemia que muestra la debilidad de nuestro sistema educativo y que se manifiesta en los dos grandes males: repitencia y deserción

Julio. Fin del año escolar. Las caravanas de bachilleres recién graduados recorren ruidosamente la ciudad. Con menos algarabía pero no con menos entusiasmo la mayoría de los estudiantes del ciclo básico y diversificado celebran la aprobación de curso. El país, sin embargo, ¿puede decir que ha aprobado el año escolar? ¿Estamos satisfechos con los resultados del año escolar que termina? ¿Ha cumplido la educación cabalmente su propósito en la construcción del país? A la hora de las encuestas y de las protestas, la educación no parece ser preocupación general. No se percibe como problema. Salvo reclamos laborales o presupuestarios, el tema no está en la calle. O está adormecido. Salvo discursos o declaraciones de ocasión no es prioridad de la sociedad. Así se explica la escasa o ninguna exigencia de rendición de cuentas. No es un derecho que se reclama. Funciona medianamente, los muchachos aprueban y pasan al año siguiente, no se pide mucho más. Tampoco se da mucho más. Estamos más dispuestos a reclamar por la calidad de un producto, su precio o su peso que por un día de clases, la ausencia de un profesor, la superficialidad de una explicación o la falta de una materia.

Si se quisiera hacer el balance del año que termina, una evaluación elemental comenzaría con las estadísticas, las simples cifras. Sería pertinente, por ejemplo, saber si se cumplieron los 200 días de clase obligatorios. Difícil, con los asuetos añadidos, los días sin clase a consecuencia de las lluvias, la suspensión de actividades por eventos electorales o de otro tipo. Las vacaciones se "decretan" cada vez más temprano.

Las caravanas celebratorias comienzan ya en junio.

Más allá de la obligación de los 200 días ­no una meta caprichosa o un record a alcanzar, sino apenas el paso necesario para intentar aproximarse a otros países más conscientes de la educación como prioridad- cabría preguntarse si se completó el programa, se aprobaron todos los objetivos, se cumplieron todas las actividades, cuánto quedó como materia no vista. ¿Se subsanó la falta de profesores para determinadas asignaturas o se procedió, sin más, a un "aprobado" general como ha venido sucediendo? Siguiendo con los números cabría preguntarse cuántos estudiantes ingresaron en las universidades en las carreras de educación y, sobre todo, cuántos egresaron de ellas este año. El sistema educativo venezolano ha comenzado a sentir el desbalance entre el número de nuevos jubilados y el de aspirantes a una plaza de docentes. Doble problema: el primero, número creciente de solicitudes de jubilación, retraso en el proceso de aprobación y de pago de pensión; el segundo, menos candidatos con vocación y preparación para el magisterio. ¿Cuántos buenos estudiantes aspiran a ser maestros? Para decirlo en términos militares, ahora tan en boga: ¿cuántos soldados se incorporan al ejército de la educación? Si pensamos en los educadores, también hay preguntas elementales para este balance: ¿a cuántos cursos asistieron, cuántos fueron promovidos y por qué mecanismo, funcionó un efectivo desarrollo de carrera? Y desde otro plano: ¿aumentó la motivación entre los profesores y la aceptación social de la carrera? ¿Cuántos supervisores, directores y docentes actuaron como suplentes o encargados y cuántos como titulares? ¿Qué se hizo para la capacitación de los supervisores más allá de cierta prédica ideologizante o proselitista? Y los educandos. Las cifras no hacen sino confirmar esa grave endemia que muestra la debilidad de nuestro sistema educativo y que se manifiesta en los dos grandes males: repitencia y deserción. Compárese, si no, el número de ingresos y de egresos, especialmente en los años tercero, sexto y noveno.

El país tiene derecho a recibir un balance del año escolar.

Y derecho a exigir que sea un balance honesto, que incorpore las estadísticas pero que, además, aborde la pertinencia y la calidad. ¿Por cuánto tiempo y con qué consecuencias puede la educación seguir como tema de segundo orden en la atención del país?

sábado, 9 de julio de 2011

"La ciencia progresa cuando se arriesga"

Raquel San Martín
La Nación, 07/07/11
"El sociólogo Howard Becker, del que se acaba de publicar su Manual de escritura para científicos sociales, reflexiona en esta entrevista sobre las actuales carreras académicas"

Rara vez las ciencias sociales hacen visible el revés de su trama: sus intentos fallidos, los condicionamientos que impone la academia, las reglas no escritas que se deben seguir para hacer carrera. Las pautas de la escritura académica -casi nunca explicitadas, aprendidas por los jóvenes a fuerza de lectura e imitación- son parte fundamental del repertorio que es necesario dominar para pertenecer. Desmitificar que la escritura científica es neutral y que refleja el talento innato de un autor es el punto de partida del sociólogo estadounidense Howard Becker en Manual de escritura para científicos sociales , publicado en su idioma original en 1986, y que acaba de traducir Siglo XXI como parte de una serie que ya incluyó Outsiders y Trucos del oficio , y que se prolongará este mes con Jazz en acción .
No hay en este manual reglas gramaticales, de estructura ni de titulación, sino experiencias personales, advertencias y consejos a los recién llegados de parte de un investigador veterano. Becker, quien desde los años 60 realizó aportes fundamentales a la teoría de la desviación y a la sociología del arte, sostiene que un texto ininteligible no es necesariamente profundo, y que ningún escrito se obtiene sin reescritura, ensayo y error.

Entusiasmado con que sus libros se traduzcan en la Argentina, el autor se hace un tiempo mientras finaliza un libro sobre los códigos de la vestimenta - Getting dressed - para dialogar con adn señala que la academia entrena hoy a los jóvenes investigadores "para ser conservadores, para no correr riesgos" y que lo que reivindica a la ciencia social no es su objeto de estudio, sino "hacer lo que se hace de una manera original e imaginativa".
Texto completo

Académicos denuncian el estatuto que "burocratiza" la Universidad

J.A.Aunión
El País, 09/07/11
El estatuto del docente universitario, que tenía que llegar para hacer más atractiva y clara la carrera de los docentes e investigadores de la educación superior pública, se ha convertido en un foco de tensión dentro de los campus. Hasta tal punto de que un amplio sector de docentes e investigadores se ha unido para pedir la retirada de un proyecto que lleva negociándose más de dos años. Lo consideran dañino para la calidad de las universidades públicas, porque las "burocratiza", las sindicaliza y va contra los intereses de los jóvenes talentos.

Así lo consideran, entre otros, académicos del prestigio de Miguel Ángel Alario (presidente de la Real Academia de Ciencias), Rafael Argullol, Fernando Savater, Julio Carabaña o Francisco Rico, firmantes todos ellos del manifiesto que acompaña a este artículo, con 64 rúbricas. Un documento en el mismo sentido (Contra el borrador del Estatuto del Personal Docente e Investigador) había reunido ayer 2.652 firmas en la red a través de Petición Pública España.

Más de dos años después de que se redactara el primer borrador, con un cambio de ministerio (la competencia de Universidades volvió a Educación desde Ciencia) y sucesivos retoques para salvar las dudas de unos y otros sectores, al Ministerio de Educación le queda ya muy poco margen para aprobarlo en lo que queda de legislatura. Pero en el ministerio están decididos a hacerlo, aseguran, como parte fundamental de la estrategia para modernizar el sistema universitario español (un nuevo sistema de financiación será otro de los puntos claves).

miércoles, 6 de julio de 2011

Urgen políticas de internacionalización para las universidades públicas

Alexánder Fernández
La internacionalización de la educación superior es un proceso que permite a las universidades integrar una dimensión global a sus tareas de enseñar, investigar y ofrecer servicios de extensión y educación continua. Así, estas instituciones buscan relacionarse con sus similares en otros países para debatir y consolidar una integración que, sin perder la identidad nacional, posibilite la unificación de criterios y forme profesionales con perfil internacional.

En Colombia, las instituciones públicas con acreditación de alta calidad lideran esta labor. Sin embargo, las del sector privado han logrado establecer con mayores resultados políticas para que sus currículos tengan un equilibrio de referentes dentro y fuera del país, así como para que los estudiantes fortalezcan su aprendizaje de lenguas extranjeras y adquieran alto conocimiento en el manejo de las tecnologías de la información y la comunicación. Adicionalmente, les han facilitado a sus profesores investigar junto a colegas de otras naciones y han creado importantes redes académicas que enriquecen la visión del conocimiento.

Convenios de desempeño en la educación superior chilena

Ponemos a su disposición, para la reflexión el debate, el documento "Bases y Desafíos de la Aplicación de Convenios de Desempeño en la Educación Superior de Chile", el cual tomamos del blog de José Joaquín Brunner

sábado, 2 de julio de 2011

¿Para qué una Misión Ciencia?

Franco Díaz
El Nacional, 02/07/11
E n el transcurrir del tiempo el ser humano ha sido capaz de crear diferentes tipos de sociedad, con diferentes modos y relaciones de producción, con diferentes propuestas religiosas, con diferentes códigos jurídicos, éticos o estéticos, con diferentes cosmovisiones que lo han llevado a interpretaciones y relaciones varias con su entorno natural; en eso que algunos han llamado en su momento evolución, la especie humana ha caminado a través de su historia construyendo diferentes modos dominantes de ser.

Lo cierto es que esta sociedad capitalista se fundamenta muy puntualmente en el concepto de propiedad, valor éste extensible a todos los ámbitos del quehacer humano, desde la intimidad del hogar y el seno de la familia hasta la gestión de las corporaciones transnacionales y la concreción de un gobierno mundial. Lo anterior ha llevado sin duda a una forma de relación entre el humano y el planeta que ha conducido a una crisis al parecer sin retorno.