lunes, 8 de junio de 2020

Profesores Ucevistas por la Unidad de las Fuerzas Democráticas

De nuevo sobre las elecciones en la UCV

7 de junio 2020


A principios de enero de este año, faltando poco más de un mes para la expiración del plazo fijado por el ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia (27 de febrero de 2020, según los términos de la sentencia N° 0324) para la celebración de elecciones de autoridades en la Universidad Central de Venezuela, el movimiento Ucevistas por la Unidad de las Fuerzas Democráticas se dirigió al Consejo Universitario a través de una declaración pública suscrita por tres centenares de miembros del cuerpo académico. El texto mencionaba las peligrosas consecuencias implicadas en el fallo del TSJ y deploraba la inercia de las autoridades. Concluía haciéndoles un enérgico llamado:

(...) quienes suscribimos la presente comunicación, académicos docentes activos y jubilados de la Universidad Central de Venezuela, exhortamos vivamente al Consejo Universitario y especialmente a las autoridades rectorales a cumplir con su ineludible obligación de salvaguardar la institución, convocando en inequívoco gesto de afirmación autonómica a la comunidad ucevista a movilizarse para participar en comicios dignos de una institución académica, así como para poner en práctica cuantas acciones contribuyan a su defensa en esta grave hora de la vida universitaria.

No mucho después, el Consejo Universitario (sesión del 20 de enero de 2020) acordó declarar a la UCV en «ambiente electoral», fórmula cautelosa con que la mayoría de ese cuerpo eludía tomar posición sobre la necesidad imperiosa de convocar a elecciones pero que al menos representaba un progreso con relación a su obstinado silencio de largos meses. Profesores Ucevistas... hizo entonces circular entre dirigentes de distintos grupos de la comunidad universitaria un Llamamiento al debate. Entendíamos que este debía preceder al evento comicial para infundirle aliento y sustancia. El texto comenzaba así:

En la Universidad Central de Venezuela las elecciones no pueden postergarse. Cualesquiera que hayan sido las circunstancias que han obrado contra su realización oportuna, todos los procesos pendientes deben celebrarse sin nuevas dilaciones. Esta exigencia concierne en primer término a las elecciones de autoridades rectorales y decanales cuyos períodos expiraron hace mucho, pero también a las del cogobierno universitario (Consejo Universitario, Consejos de Facultad, Consejos de Escuela, Asambleas de Facultad y Claustro), por la significación que tal figura tiene en la estructura y funcionamiento de la universidad como un todo.

Sobre la vida universitaria gravitaba pesadamente la inminencia del vencimiento del plazo fijado por la sentencia del TSJ sin que desde las instancias del alto gobierno de la institución se hubiera hecho nada concreto –a excepción de algunas diligencias legales - de cara a la comunidad universitaria a propósito del problema electoral. En medio de la expectativa reinante, el propio 27 de febrero de 2020 la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia emitió una segunda sentencia (N° 0047). Esta suspendía la medida cautelar contenida en la anterior “atendiendo al compromiso de la representación de las Universidades nacionales de renovar democráticamente las autoridades universitarias...”, lo que equivalía a la celebración de elecciones en idénticas condiciones a las establecidas originalmente.

Dos semanas más tarde el régimen madurista decretó una anticipada cuarentena nacional obligatoria como consecuencia de la pandemia del coronavirus. El país vio de súbito severamente limitado su desenvolvimiento ordinario, cuadro este agravado por la crisis metastásica de los servicios públicos, el vértigo hiperinflacionario, la dolarización anárquica y la aguda escasez de gasolina, cuyo suministro fue militarizado y asumido discrecionalmente por el gobierno.

En tales condiciones, la universidad suspendió las actividades académicas y administrativas, decisión inevitable pero adoptada en forma dubitativa, sin orientaciones claras para la comunidad universitaria. A partir de entonces el Consejo Universitario y los consejos de facultades y escuelas han procurado sesionar en forma telemática sin poder no obstante superar las previsibles dificultades que han hecho disminuir aún más la modesta eficiencia de la administración universitaria. De allí que no se haya conseguido hasta el momento estructurar una agenda institucional de conjunto, mínimamente coordinada, capaz de distinguir los diferentes aspectos de la situación y de establecer prioridades, cursos de acción y modalidades de actuación para los distintos componentes de la colectividad ucevista. Ha tendido a prevalecer en cambio en la mayor parte de las autoridades académicas cierta ansiedad por la búsqueda de opciones alternas para la reanudación de la actividad docente y a tal efecto se han dejado sentir sobre el profesorado presiones no siempre discretas.

Frente a semejante estado de cosas la pregunta que habría que formularse es si resulta razonable plantear nuevamente como asunto de la mayor importancia el de las elecciones universitarias. En nuestra opinión la respuesta es afirmativa. Veamos por qué.

Es evidente que en sus aspectos prácticos el proceso electoral no avanzará mientras prevalezcan las limitaciones de la cuarentena. Pero ello no significa que la cuestión electoral como objeto de debate de alto interés deba postergarse hasta que aquella concluya. En realidad, dicha cuestión ha sido reiteradamente aplazada desde mucho antes de que la pandemia se declarara y se impusieran las restricciones actuales. El debate, pues, debe estimularse adoptando las formas que las condiciones permitan de suerte que cuando retorne la normalidad -en alguna de sus versiones- el intercambio de puntos de vista sobre las elecciones universitarias haya recorrido una parte del camino.

Parecida apreciación tienen los representantes profesorales ante el Consejo Universitario que el 8 de mayo pasado suscribieron una carta pública en que hacen una pormenorizada relación de las deficiencias de aquel cuerpo. Aparte de las denuncias de autoritarismo rectoral, subestimación de prácticas democráticas, inobservancia de normas internas y alteración de procedimientos con grave mengua de la calidad de desempeño del Consejo, los representantes del profesorado se refieren explícitamente a un retraso intencional en la toma de posición sobre el problema de las elecciones universitarias. Cierran su exposición en los siguientes términos:

Toda esta casuística apunta a un solo sitio, es urgente e impostergable convocar en la UCV a elecciones rectorales, decanales y de representantes profesorales, hay que cambiar la dirección universitaria. Las autoridades rectorales y decanales deberían estar preparando su rendición de cuentas, no buscando deteriorar o debilitar el único mecanismo de protección social que nos queda a los profesores, ni alterar el normal funcionamiento del Consejo Universitario. (...). La UCV Autónoma no debe ni puede celebrar sus primeros 300 años con estas autoridades al frente. Es impostergable cambiar.

El parecer de que las elecciones universitarias deben llevarse a efecto sin demora tan pronto cese la excepcionalidad circunstancial está extendido entre el profesorado, así como en otros sectores de la comunidad ucevista. Y se extenderá aún más si el asunto se convierte en objeto de activo debate. No sería sensato ignorar las razones que, en nuestra opinión, hacen este debate necesario.

Por una parte, como es bien sabido los lapsos de ejercicio de las autoridades rectorales, decanales y de representantes profesorales ante los diferentes órganos de cogobierno universitario se encuentran vencidos hace años. Es verdad que causas de todos conocidas han obstaculizado la celebración de los procesos electorales, pero hoy por hoy es imperativo que tengan lugar y que la voluntad de que así sea supere viejos y nuevos obstáculos. Quienes ocupan los cargos directivos y de representación profesoral deberían ser los primeros en actuar en este sentido para contribuir así a la restauración del régimen institucional y a la recuperación de sus ciclos funcionales, perturbados –qué duda cabe- por la hostilidad gubernamental pero también rutinizados y desprovistos de vigor creativo en manos de una dirección interna exhausta.

Por otra parte, es bueno recordar que las elecciones no son solo y simplemente un mecanismo práctico para la renovación de los diferentes niveles de gestión. Tienen sobre todo un significado esencial para la vida universitaria en la medida en que constituyen uno de los aspectos medulares del principio autonómico en que la institución académica funda su existencia. Convocar a elecciones ha sido siempre un acto de afirmación autonómica y lo será en mayor medida en el momento actual si el proceso electoral se organiza al margen de las condiciones que la inconstitucional sentencia del TSJ pretende imponer.

El primer paso, pues, sería la expresión rotunda y sin ambages de la voluntad de hacer elecciones en los términos que la institución acuerde, conforme al ejercicio pleno de la autonomía que le es propia. Esta voluntad tiene que manifestarla cuanto antes el Consejo Universitario invitando a la comunidad ucevista a movilizarse en defensa de la universidad y para emprender su rehabilitación como ámbito de florecimiento intelectual. Otro tanto corresponderá enseguida a los consejos de las facultades y escuelas en cuanto órganos de cogobierno y a las diversas organizaciones existentes en el seno de la institución. La universidad, movilizada por el convencimiento de que ejerce un derecho inalienable del que no consentirá ser despojada, representa la mejor garantía –quizás la única- de que el proceso electoral pueda llevarse a cabo apropiadamente.

Será entonces cuando adquiera contenido real la tímida declaratoria de «ambiente electoral» que meses atrás la insistencia de sectores organizados de la UCV y el tesón de la mayoría de los representantes profesorales del Consejo Universitario le arrancaron a ese cuerpo. Y habrá también entonces un clima propicio para que la universidad ejercite nuevamente su entumecida vocación deliberativa y despliegue sus talentos analíticos dando a individuos y grupos de los diferentes conglomerados que la conforman la oportunidad de exponer sus ideas y de intervenir en un debate tantas veces aplazado. Ese debate no solo tendrá que explicitar razonadamente los motivos por los cuales la institución se rebela contra la servidumbre de un procedimiento de elección de autoridades que la desnaturaliza y la niega en sus principios fundamentales, sino que servirá además para examinar con el espíritu crítico que es el suyo la norma electoral interna a la luz de las nuevas configuraciones del mundo contemporáneo.

Ambos aspectos entrañan el recurso a la autonomía que es un principio de acción constructiva y no un inerte parapeto defensivo. Con la autonomía ciertamente la universidad le sale al paso a las acometidas gubernamentales que desfiguran su fisonomía institucional. Y con la autonomía igualmente perfecciona estructuras y mecanismos para que sus fines sigan cumpliéndose con la eficacia de renovadas sensibilidades. Tarea compleja ciertamente puesto que la reflexión sobre sí misma debe emplazarse en la intersección de dos legitimidades: la que le otorga su propio cometido y la que le impone el mundo al que se debe.

En esa tarea debe participar resueltamente la comunidad académica porque así lo determina la naturaleza de la institución. Este es un dato inmanente, una propiedad sustancial y por lo mismo incuestionable. Pero no hay que impedir la incorporación de otros sectores de la colectividad ucevista que se sientan concernidos por la suerte de la universidad. Los temas electorales traen consigo los de la participación y componen un complejo de asuntos relativos a la democracia universitaria. La agenda del debate debe contenerlos, es decir, debe reflejar la complejidad real de la cuestión pues a ninguna conclusión razonable puede aspirarse si de entrada sucumbimos a simplificaciones artificiosas. La movilización de las energías intelectuales y volitivas de la institución debe producirse a la mayor escala posible para que su defensa sea viable y las definiciones que los tiempos demandan reciban su vigoroso impulso.

Ucevistas:

Exijamos al Consejo Universitario que manifieste cuanto antes la voluntad de celebrar elecciones.

Demandemos a las autoridades rectorales y decanales que promuevan activamente el interés de la comunidad por la cuestión electoral y pongan a su disposición medios para que se exprese.

Exhortemos a los diferentes sectores organizados de la comunidad universitaria y a los universitarios en general a incorporarse pronta y entusiastamente al debate sobre los diferentes aspectos del régimen electoral de la UCV.

Repudiemos la sentencia inconstitucional del TSJ y organicemos las elecciones conforme al principio de autonomía universitaria.

Víctor Abreu, Domingo Acosta, José Gregorio Afonso C., Álvaro Agudo Freites, Miguel Albujas Dorta, Rogelio Altez, Yara Altez, Morella Alvarado, Carmen Leonor Álvarez, Freddy Álvarez Yánez, María de los Ángeles Álvarez, María del Carmen Álvarez, Maritza Álvarez, Rubén Álvarez, Jonatan Alzuru Aponte, Simón Amaro Escalona, Luis Angarita, Freddy Angulo, Carlos Aponte Blank, Pedro Arellán, Félix Arellano, Lenys Arias, León Arismendi, Fernando Armas Armas, Omar Armas Colón, Simón Arocha, Héctor Arrechedera, Consuelo Ascanio, Ignacio Ávalos, Olga Ávila, Ricardo Azuaga, José Balza, Catalina Banko, Daisy Barreto, Oscar Bastidas-Delgado, Flor Bautista, Paulino Betancourt Figueroa, Diomara Blanco, Jeannette Blanco, Víctor Bolívar, Luis A. Bracho, Luis Bravo Jáuregui, Luis Brito, Luis A. Calatrava Oramas, Elisaúl Calderón J., Sary Calonge, Azier Calvo, Yraima Camejo Ron, Omaira de Campos, Fidel Canelón, Elsa Cardozo, Abilio Carrillo Hidalgo, Rafael Casares, Francisco Castillo, Ocarina Castillo, Gregorio Castro, Pedro Castro Guillén, Silvana Caula, Tony Chacón, Zugem Chamas, Yudi Chaudary, Irma Chumaceiro, María Eugenia Cisneros, Santiago Clavijo, Carlos Colina, Isabel Colina, Mairene Colina, Ygor Colina, José Coll, Guillermo Colmenares, María Gabriela Colmenares, Miguel Ángel Contreras Natera, Raúl David Córdoba, Karenia Córdova, Idalia Cornieles, José Miguel Cortázar, Luis Crespo, Gabriela Croes, Carmen Cuevas, Gioconda Cuevas, Francehuli Dagger, Rafael E. Dávila C., Julio De Freitas Taylor, Antonio De Lisio, Andy Delgado Blanco, María Cristina Di Prisco, Aura Díaz de Palacios, Marta Díaz Camacho, Teodoro Díaz Zavala, Zayda Domínguez, Carmelo Ecarri Grimaldi, Eva Echerman, Lisbeth Esáa, Luis Esáa, Iván Escalona, Gioconda Espina, David Esteller Ortega, Iván Feo, Alex Fergusson, Alberto Fernández, Alberto Fernández-Badillo, Julieta Fernández Badillo, Napoleón Fernández, Evelia Figuera Guerra, Rosana Figueroa Ruiz, Jesús Flores Ramírez, Francisco Javier Fraíz, Omar Galarraga Medina, Lucía Galeno, Raquel Gamus, Catalina Gandica, Alix García, Carmen García Guadilla, Humberto Garcìa Larralde, Irama García, Jeniffer García, Pedro García, Xiomara García, Luis Gaslonde, Damián Genatios, Catalina Gisbert, Giuseppe Giannetto, José Gómez, Alexandra Y. González Vásquez, Eliseo González Sánchez, Fernando González, Luisa González, María del Pilar González, Prudencia González, María Eugenia Grillet, Rosana Guerra Pineda, Jenner Guevara, Magaly Guillén, Irene Gurrea, Aquiles Gutiérrez, Carlos Guzmán, Sonia Hecker, Tomás Henríquez, Jaime Antonio Hernández, Luis Eduardo Hernández Rávago, María Josefina Hernández, Oswaldo Hernández Blanco, Seny Hernández Ledezma, Bernardino Herrera, Luis Herrera García, Samuel Hurtado, José Ibarra, Ángel Gustavo Infante, Consuelo Iranzo, Ileana Iribarren, Elsi Jiménez, María del Rosario Jiménez, Jorge Klein, Luis Lander, Diego Larrique, Vicente Lecuna, Jesús Lemus, José Rafael León, Carynthia Leydenz, Deyanira Lobo Luján, Giovanna Lombardi, María Antonia Lombardi, Florángel de Longobardi, Margarita López Maya, Dulce Loreto, José Loreto, Miguel Ángel Lovera, Alberto Lovera, Laura Lozada, Mireya Lozada, María Victoria Lugo Fernández, Orlando Lugo, Alexander Luzardo Nava, María Fernanda Madriz, Gustavo Maiz Mundarain, Alfredo Marcano, Héctor José Marcano O., Pedro Marcano, Lidia Marciales, Luis Marciales García, Luis Marciales Rodríguez, Luis Marcou, María de Lourdes Márquez Pestana, Víctor Márquez Corao, Gloria Marrero, Miguel Martín Landrove, Xiomara Martínez, María Eugenia Martínez, Elizabeth Marval, María Gabriela Mata Carnevali, Nelson Mata Villegas, Marlenys Materán, Hugo Medina Oropeza, José Domingo Medina, Elssy Mejuto González, Absalón Méndez Cegarra, Alexis Méndez Hernández, Bernardo Méndez, Gisela Méndez, María Antonieta Méndez Rodulfo, Alexis Mercado, José Luis Michinel, Brígida Molina, Carlos Molina, Luis E. Molina Centeno, Carlos Monsalve, Edgardo Monteverde, Carmen Moreno, Héctor Moreno, Martha Inés Moreno Sarmiento, Mario Morenza, Gabriela Morillo, Genaro Mosquera, José Domingo Mujica, Vladimiro Mujica, Arlán Narváez, Eleazar Narváez, Zoraida Natale, Melín Nava, Tania Navarro, Dióscoro Negretti, Fulvia Nieves, Armando Notz, Eva Núñez, José Félix Oletta L., Lidia Olivier, Tulio Olmos, Alfredo Ordóñez López, Matilde Ortega, Emilio Osorio Álvarez, Francisca Olivares, Marisol Ortega Cruces, Nora Ovelar, Maritza Padrón, Josefina Páez de Casares, Lucy Páez, Igor Paiva Echegaray, María Fernanda Palacios, María Isabel Parada, Antonio Osman Paredes, Antonio París, Jorge Peña Aguilar, Samuel Pérez Hermida, Pablo Peñaranda, Rodrigo Peraza Darías, Benigna Pérez Luzardo, Cristina Pérez Díaz, Zayda Pérez González, Silvana Pezzella, Mauricio Phelan, Aura Pineda, Elías Pino Iturrieta, María Elena Pinto, Elizabeth Piña, Juan Plaja Colmenares, Marina Polo, Edgar Pompa Romero, Pastor Ponce, Delrosi Porras G., María del Pilar Puig, Hugo Quintana, Luken Quintana, Inés Quintero, Jackeline Quiñones, Víctor Rago Albujas, Guillermo Ramírez, Miriam Ramírez, Rafael Ramírez Camilo, Tulio Ramírez, Alberto Ramos, Alexis Ramos, Alexis Ramos Torrealba, Eudoro Ramos Balza, Ana Rangel, María B. Raymúndez Urrutia, Jean-Louis Rebillou, Carmen Teresa Rendón G., Flérida Rengifo Carrillo, Andrés Reyes Polanco, Jacqueline Richter, Rodolfo Rico, Ricardo Ríos, Maritza Rivas, Jorge Rocafull, María de Jesús Roca, Adelina Rodríguez Mirabal, Bárbara Rodríguez, Fernando Rodríguez, Juana Rodríguez, Miguel Ángel Rodríguez, Nacarid Rodríguez, Noris Rodríguez, Pedro Rodríguez, Vidal Rodríguez Lemoine, Humberto Rojas, Jesús Rojas, Margarita Rojas, Paúl Romero, Pedro Romero, Morayma Rondón, Dulce Ruiz, Nydia Ruiz Curcio, Marta Rukoz, Benjamín Sánchez Mujica, Helène Sánchez Roses, Nancy Sánchez, Reilly Sánchez, Rosario Sánchez, Carlos Sandoval, Javier Seoane, Geovanny Siem, Héctor Silva Michelena, Marina Smeja, Keta Stephany, María Suárez Luque, Abdón Suzzarini, Isabel Tapia, Henri Thonon, Carlos Torres Graterol, Ildemaro Torres, Amneris Tovar, Juan Troconiz, Raquel Urbach, Wilfredo Urbina Romero, Servio Urdaneta Morales, Carlos Valdés Carrascal, Elizabeth Valdivieso, Héctor Valecillos, Rubén Vargas, Luis Vásquez, Jaime Ventura, Leonardo Vera, Carlos Verea, Lola Vetencourt, Marcos Vilera, Luisa Villalba, Estrella Villamizar, José María Villavicencio, Rómulo Villegas, David Viloria, Carlos Viso, Orlando Vizcarrondo, Victoria Walker, Marek Wesolowski, Eucaris Wills, Sylvia Wiertheim, Francisco Yánez, Mirna Yonis, Luis Zambrano Sequín, Alejandra Zamora, José Rafael Zanoni

Si está de acuerdo con este documento y desea acompañarnos con su firma, puede hacerlo enviando un correo a ucevistasporlaunidad@gmail.com

4 comentarios:

  1. Con mucho orgullo soy ucevista, egresada de la Fac. de Ciencias en 1967. Pero no soy profesora de la UCV, razón por la cual mi respaldo a este texto solo puede ser moral y afectivo. Saludos y éxito en estos planteamientos. Gioconda Cunto de San Blas, IVIC / Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales.

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    1. Muchas gracias, apreciada Profesora. Es un honor contar con su apoyo. Un afectuoso abrazo

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  2. Estoy de acuerdo con lo allí planteado y respaldo el pedimento ,no puedo firmar porque no soy docente de mi gran "Alma Mater " solamente me gradué de licenciada en esa gran casa de estudio

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