Eleazar Narváez Bello
@eleazarnarvaez
El Nacional
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“Pero si se lucha contra el poder, entonces,
todos aquellos sobre quienes se ejerce el poder como abuso, todos aquellos que
lo reconocen como intolerable, pueden emprender la lucha allí donde se hallan y
a partir de su propia actividad (o pasividad)” Michael Foucault. Un diálogo
sobre el poder.
Se habla y actúa en nombre de ella, y de manera progresiva se le
aniquila en un proceso de largo aliento y de graves repercusiones,
confundiéndola con lo que no es, distorsionándola, en un camino donde
obcecadamente el poder ha procurado convertirla en un instrumento al
servicio de su ideología y propósitos políticos. Una destrucción que se
ha llevado a cabo y sigue propiciándose no solo en la escuela; también
su rostro se ha hecho visible, y continúa hoy visibilizándose, en otros
espacios, con la puesta en escena pública de lenguajes y comportamientos
nada educativos por parte de ciertos actores con protagonismo en la
vida social venezolana. Los casos de Chávez y Maduro, entre otros, son
emblemáticos. Deseducar ocupa una porción importante de la hoja de
servicios de ambos personajes en el ejercicio de la presidencia, con
discursos y actuaciones reñidas con los valores propios de una educación
inspirada en una verdadera cultura democrática.
En
el recorrido de los últimos 19 años, el régimen chavista ha concebido
en esencia a la educación como un recurso para ideologizar y el control
político, en sintonía con los dictados del socialismo del siglo XXI y el
Plan de la Patria. Es de suponer que ese empeño exacerbado de
ideologización y de control partidista, al implicar un evidente
desprecio por los valores democráticos, el valor del conocimiento y el
mejoramiento de la calidad educativa, explica en gran parte la situación
de catástrofe en la cual se encuentra hoy nuestro sistema educativo y la vida del país en general.
Precisamente,
en “Educación y Revolución Bolivariana. Una pobre educación para los
pobres”, artículo publicado en la revista Araucaria de la Universidad de
Sevilla, el profesor Tulio Ramírez pone de relieve el uso de la
educación por parte del régimen “…como mecanismo de cohesión ideológica
en torno al proyecto político que orienta a la nación hacia el modelo
del socialismo del siglo XXI”, con políticas tales como: la creación de
los supervisores itinerantes, una figura parecida a la de los comisarios
políticos; la implantación de las llamadas misiones educativas, con
propósitos electorales y para generar un circuito escolar paralelo; los
intentos de imposición de diseños curriculares ideologizados; la
aplicación de los lineamientos del inconstitucional Plan de la Patria al
sector educativo; la producción masiva y distribución gratuita de
textos escolares con contenidos sesgados en las escuelas oficiales; el
cerco a las universidades autónomas mediante la asfixia presupuestaria y
el cercenamiento de sus derechos autonómicos constitucionales, etc.
Hoy,
con una sentencia judicial inconstitucional, el régimen usurpador de
Maduro acelera el proceso de intervención contra la universidad autónoma
venezolana. Desconoce la naturaleza académica de nuestras universidades
y sus derechos autonómicos consagrados en la carta magna, e intenta
lograr, por la vía de un viciado reglamento electoral elaborado por el
Tribunal Supremo de Justicia, el control político de esas instituciones
educativas.
Horas amargas y muy duras para todos los
educadores, quienes deben luchar por mejores sueldos y dignas
condiciones de vida y trabajo, y sobre todo para defender la labor de
educar fundada en principios y valores democráticos, a contracorriente
de lo que pretenden de manera autoritaria y totalitaria los que en la
actualidad usurpan y abusan del poder en Venezuela.
Excelente llamado de atención...la educación ha sido gran víctima de este régimen!!
ResponderEliminarApreciado profesor, excelente artículo. Comparto su contenido. Mis respetos.
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