domingo, 10 de mayo de 2015

La Universidad y el desafío de la formación ciudadana: una mirada desde la Universidad Central de Venezuela

Es el título de la investigación presentada por la profesora Nora Ovelar para ascender a la categoría de Titular en el escalafón del personal docente y de investigación de la Universidad Central de Venezuela, cuyo resumen puede leerse aquí

A manera de introducción del referido trabajo, afirma la profesora Ovelar

Uno de los reclamos más sentidos dirigidos desde diversos ámbitos sociales hacia la universidad, es el de su misión en la formación de la ciudadanía, bien sea que se refieran a ella como función civilizatoria o contracultural (Herrero 2006), esfera pública democrática (Giroux 1995,1997), agente de transformación y consolidación del modelo democrático (Gasca-Pliego y Olvera 2011), universidad partícipe y asidero moral (UNESCO 2003) entre otras formas de concebirla. Sin embargo, a pesar del coro de voces que se alza para clamar por la concreción de esa misión, lo que en buena medida se nos presenta en el panorama universitario, pareciera indicar que esa exigencia de formación ciudadana no ha sido objeto en las universidades de la suficiente reflexión y decidida voluntad política para responder con acciones firmes y sostenidas a esta aspiración.

Este trabajo tiene en ese sentido, el propósito de invitar/emplazar a la universidad latinoamericana, y en particular, a la institución universitaria donde hacemos vida, la Universidad Central de Venezuela, así como a sus líderes/autoridades y demás miembros de la comunidad universitaria, a focalizar nuestra mirada en esa misión trascendental que tiene la universidad en la formación de la ciudadanía democrática y acompañar esa mirada con una reflexión pedagógica crítica y propositiva. 

Esta invitación tiene sus raíces, en las inquietudes surgidas a lo largo de nuestra praxis universitaria dedicada al campo de la educación y la pedagogía, que nos han impulsado a rescatar el papel de la Universidad en la conformación de la ciudadanía. Cabe decir, que este horizonte de búsqueda nos ha conminado entonces, a desplegar nuestra investigación en función de: identificar las formas de concebir a la ciudadanía, sus relaciones con la democracia y el papel que en esas relaciones juega la universidad; a ponderar avances, dificultades y posibilidades de la universidad en esta materia; a perfilar las dimensiones, componentes, rasgos de una educación ciudadana universitaria, e incluso, a plantearnos los significados y pertinencia de una ciudadanía universitaria, entre otros objetivos. En el centro del viaje que hemos emprendido, ha estado la motivación en explorar los resortes que nos puedan sugerir senderos y planteamientos educativos en función de desafiar esa apatía, distanciamientos y desencantos, que como nos dice Arendt (1997), desembocan y propician “la huida hacia la impotencia, el deseo desesperado de no tener que actuar” (p.51) y que se ciernen sobre una buena parte de los estudiantes de nuestras universidades, alejándolos muchas veces de una participación activa en el espacio público, en la sociedad y en la acción-construcción de la democracia en ella.

Destacamos con Arendt (1993) que para lograr revertir esa tendencia es importante la acción de la universidad y de los universitarios, una acción que revele nuestra condición humana, que surge de ese actuar y compartir juntos palabras, sentires y acciones, y que se configura en esos “espacios de la aparición” que son la esfera pública y política. Porque es claro para nosotros, que es la acción de los hombres y mujeres, su preocupación por el mundo, o en términos arendtianos, su amor mundi, la que construye, la que hace que ocurra lo nuevo, lo imprevisible, lo que en otros modos de nombrar, constituyen los sueños, los ideales y las aspiraciones de un mundo más humano, más justo, más fraterno.

Nuestra pretensión es que la universidad se constituya en un espacio donde se promueva de manera intencionada y sostenida la formación de ciudadanos y ciudadanas, o si se quiere, de lo que se ha denominado en ocasiones, como ciudadanía universitaria, a fin de que se establezcan las condiciones, las políticas y los programas de acción que permitan a las y los estudiantes-ciudadanos aprender a pensar de forma autónoma, a desplegar las alas de la imaginación y la creatividad, a desarrollar un sentir profundo por su universidad, por los otros, por su sociedad y que adquieran y maduren habilidades y competencias para participar y entrar en acción en función de la construcción democrática de la sociedad que -bien pudiéramos decirlo- es el propósito general de esta línea de investigación. Texto completo de la introducción

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