lunes, 2 de noviembre de 2015

La Academia. Antes y ahora

Alirio Pérez Lo Presti
El Universal, 02/11/2015

imageRotate

El mundo de las ideas tiene su guardián que es la Academia y ha sido desde hace cuatro siglos antes del nacimiento de Jesucristo la tabla de salvación de buena parte del pensamiento universal. No sólo en un ámbito en el cual se le protege, sino que se induce su respeto, aunque no estemos de acuerdo con lo que se preconice. El origen de la Academia y su mantenimiento en el curso del tiempo sigue apostando por los mismos principios. 

Platón nació en el año 427 antes de Cristo en el seno de una familia aristocrática. Como discípulo de Sócrates, se afectó profundamente cuando su maestro fue condenado a suicidarse mediante el envenenamiento en el año 399 antes de Cristo. Sócrates vivió las represalias de haberse enfrentado a una estructura de poder y lo pagó con su vida. 

Platón, perturbado por el proceso de carácter legal al cual fue sometido su maestro, y preocupado por lo que consideraba una crisis de carácter moral y política en su sociedad, dedica todas sus fuerzas para establecer entre sus contemporáneos un ideal de justicia y de respeto por la verdad. Para ello fundó su célebre "Academia", destinada a dar educación filosófica a los futuros conductores o líderes de la sociedad. 

Entre sus discípulos, destaca uno que va a marcar, junto con él, la visión que los hombres tenemos del mundo hasta el día de hoy. Este alumno, que introduce en la civilización el pensamiento lógico e influencia prácticamente todas las disciplinas es nada menos que Aristóteles. Es de tal trascendencia el aporte civilizatorio de Platón y Aristóteles, que con frecuencia se comenta que todos los hombres somos o platónicos o aristotélicos. 

Tan tajante es la naturaleza respetuosa de la Academia en relación a las ideas, que siendo Aristóteles discípulo de Platón durante veinte años, al irse alejando de su doctrina para formular la suya propia, en una ocasión se dice que afirmó: "Soy amigo de Platón pero más amigo de la verdad", siendo imprescindible enfatizar que la academia nace como un estamento que se traza como fin la protección de los hombres ante los posibles riesgos que puedan correr por exponer lo que piensan. Es propio recordar que la idea de la Academia para salvaguardar a los hombres de pensamiento estuvo vinculada con el acto político. Por una parte Platón desarrolla sus ideas políticas y trata de implementarlas, particularmente en Sicilia, y Aristóteles no sólo fue el maestro de Alejandro Magno, sino que una de sus obras más conocidas es justamente la "Política".

De ahí que el espíritu con el cual nace la Academia es esencialmente el que sigue existiendo hoy en día en las ya incluso centenarias casas de estudios superiores de nuestra nación. Independientemente de los tiempos e intentos por atacar a la Academia, su sobrevida ha sido incluso mayor al cristianismo, siendo el elemento civilizatorio con el cual nace (respetar las ideas ajenas), el mismo que sigue existiendo conforme va pasando el tiempo. Eso explica lo incómodo que puede resultar la Academia para ciertas estructuras de poder, puesto que por naturaleza, desde la Academia se cuestiona y se busca la verdad, mientras desde la estructura de control social se busca que las personas obvien ciertas realidades y se intente afirmar en vez de cuestionar

No siempre ha sido reñida la relación entre los hombres de pensamiento y el estamento de poder. De hecho, esta relación ha tenido momentos de gran tirantez y otros de acercamiento e interdependencia. Incluso Aristóteles crea su propia escuela con la manutención y ayuda económica de Alejandro Magno y la denomina el Liceo, en donde él y sus discípulos se dedicaron a investigar y a enseñar lógica, física, biología, ética, política y otras disciplinas, con una gran biblioteca y un zoológico.

Muchos académicos se hallan incorporados a los distintos engranajes sociales y tienden a fomentar una conciencia que crea puentes para formular una dinámica colectiva, apostando por la sana convivencia de las diferentes maneras de interpretar la realidad. Desde los textos impresos por las universidades hasta la manera como los universitarios en general se expresan a través de los distintos medios de comunicación, el espíritu con el cual Platón formuló la idea de proteger a personas como Sócrates sigue presente. 

La Academia es el espacio en donde se crea y fomenta el conocimiento, y desde su origen, el lugar en donde conviven las más disímiles maneras de conceptuar cosas, puesto que la naturaleza de la Academia es precisamente la permisividad del disenso. Es en este aspecto en donde tiene cabida y sigue existiendo el concepto de "Universidad Autónoma", siendo por naturaleza autónoma, porque en su más primigenio origen es garante de la defensa de las ideas ante cualquier forma de poder. 

Respetar la idea del otro permite la armonía, lo que hace que un conglomerado sea el sitio de encuentro entre personas que no comparten los mismos intereses, pero quieran o no, comparten el mismo destino. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario