Rafael Rangel Aldao
@rrangelalda
07/07/2018
La audacia ante el cambio define a la universidad de excelencia”. Lo dice Andrew Hamilton, rector de la Universidad de Nueva York, NYU, quien recién se encargó en 2016, después de haber sido vicecanciller de Oxford (2009-2016). Algo debe saber este químico y académico inglés, que proviene de la primera universidad del mundo según la clasificación de Times Higher Education, World University Rankings, 2018. Interesante comentario además, en el centenario de la Reforma Universitaria de Córdoba que, aparte de la autonomía y el cogobierno, entre otros cambios, “democratizó la universidad y le dio un carácter científico” en 1918, medio siglo antes del mayo francés de 1968. Tiempos de transformación que se repiten ahora.
La NYU se mueve rápidamente hacia nuevos derroteros al conformar, por ejemplo, grupos interdisciplinarios y “mega subsidios” de investigación, para grandes proyectos que transformen la sociedad, tales como la extensión de su alcance hacia el arte y las nuevas tecnologías con un nuevo campus en Brooklyn, además de su reciente asociación con Google, Facebook y IBM Watson.
Algo similar ocurre en los cinco países que acumulan el 70% de las universidades tope del mundo, como Estados Unidos (31%), Reino Unido (16%), Alemania (10%), Holanda (7%) y Australia (4%), seguidos de China que se acerca (3,5%) hacia esa pléyade epistémica cambiante.
Algo similar
La NYU se mueve rápidamente hacia nuevos derroteros al conformar, por ejemplo, grupos interdisciplinarios y “mega subsidios” de investigación, para grandes proyectos que transformen la sociedad, tales como la extensión de su alcance hacia el arte y las nuevas tecnologías con un nuevo campus en Brooklyn, además de su reciente asociación con Google, Facebook y IBM Watson.
Algo similar ocurre en los cinco países que acumulan el 70% de las universidades tope del mundo, como Estados Unidos (31%), Reino Unido (16%), Alemania (10%), Holanda (7%) y Australia (4%), seguidos de China que se acerca (3,5%) hacia esa pléyade epistémica cambiante.
Algo similar
En América Latina ocurre algo similar con la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Unicamp de Campinas y la de Sao Paulo, ambas de Brasil, seguidas de la UNAM y el Tec de Monterrey en México, que lideran a otras 200 universidades más donde las nuestras ocupan lugares como el de la UCV (28), USB (39), UCAB (65), ULA (68), LUZ (131), Unimet (149) y UC (171). La diáspora anda por ahí.
El desempeño académico se mide ahora con cienciometría, la proporción de doctores, la reputación de sus empleadores, la cooperación global y su contribución al bienestar. ¿Cómo haremos ese giro aquí?
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