jueves, 27 de junio de 2013

Sesenta y uno

Tal Cual, 27/06/2013

Sesenta y un actos de violencia en cinco años van, hasta ahora, contra la UCV y por extensión, contra la Universidad venezolana. ¿El pecado? Su espíritu libertario, su tajante defensa de la autonomía, libertad de pensamiento y cátedra, valores que ante la agresión totalitaria del régimen, es deber defender a ultranza, como uno de nuestros últimos reductos de libertad.

Sesenta y un actos vandálicos y denuncias ante la Fiscalía, sin respuesta. Ningún culpable, salvo absurdas citaciones ante tribunales a dirigentes gremiales y autoridades por el presunto delito dedefender la autonomía y la libertad, criminalizando el derecho a la protesta democrática.

Al ver heridos a estudiantes y profesores y en llamas alas obras de arte patrimoniales de la UCV, http://www.frentepatriotico.com/inicio/2013/06 /22/canto-infinito-universidad-central-devenezuela-ucv/ ) nos invade la rabia. Metralla contra ideas, es la consigna. Cual Noches de los Cristales, estos totalitarios tropicales destrozanlas sedes universitarias al saberse indignos de ellas, mientras justifican su licencia a destruirlas como reclamo por mayor participación, democracia e inclusión. ¡Vaya cinismo!

Al momento en que escribo no ha cursado la asamblea pautada para responder al tribunal que ordena a la APUCV suspender la huelga. En ella, losparticipantes decidirán de facto si aceptan los pírricos aumentos propuestos en un contrato generado por sindicatos ilegítimos a espaldas de la FAPUV, que propone crear una Federación Única Socialista (cláusula 157), desechando las normas de homologación y violando los preceptos constitucionales de la universidad, contrato que lasconvierte en centros sujetos a la ética (pseudo)socialista (cláusula 6) que el régimen pretende imponer desde la educación a la sociedadvenezolana, de acuerdo a su plan de gobierno.

Ya están en eso: allí van la resolución 058 para el control político de la educación primaria y secundaria, la reforma inconsulta de la educaciónespecial, la transformación "socialista" del INCE en INCES, la manipulación de los gremios de educadores y mucho más.

¿Dejaremos los universitarios que se consuma el asalto? La respuesta la habrá tenido mi amable lector horas antes de leerme. Mientras esto escribo, sólo me queda esperar que el orgullo universitario, deliberante, libre, autonómico, se haya sobrepuesto a cualquier oferta de compra de conciencia que el régimen ofrece a cambio de la sumisión total.

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