sábado, 30 de enero de 2010

Hablan ex rectores de la ULA

AL GOBIERNO, AL PUEBLO DE MERIDA Y A LOS UNIVERSITARIOS MERIDEÑOS.

Los ex-Rectores de la Universidad de Los Andes que suscribimos, hondamente tocados por los sucesos que han sacudido a Mérida en el transcurso de este mes de enero y por las implicaciones de los mismos en la tranquilidad ciudadana y en el desempeño de las actividades ordinarias de nuestra Primera Casa de Estudios, en cumplimiento de lo que hemos aceptado como una obligación ética, derivada de la circunstancia de haber desempeñado la Rectoría de la Universidad en distintos momentos de su historia más reciente, hemos creído pertinente comunicar a la ciudadanía, a la comunidad universitaria, al gobierno y a las instituciones más representativas de nuestra sociedad las siguientes reflexiones:

1. Como la gran mayoría de los universitarios ulandinos y el pueblo de Mérida, somos demócratas convencidos y decididos defensores de la democracia. La Constitución Nacional y las Leyes aún vigentes autorizan a los venezolanos a manifestarse en defensa de la democracia y de los derechos que ella consagra cuando son conculcados por los Gobernantes. Desde esta perspectiva, hemos participado activamente e invitado a marchas de protesta organizadas por los universitarios y por entidades representativas de la sociedad.

2. Consideramos que los merideños y los universitarios tenemos motivos suficientes para reclamar, en la calle, derechos y conquistas logrados. El cierre del teleférico y del aeropuerto Alberto Carnevali, con el consiguiente aumento de las dificultades para acceder a Mérida, atentan contra el turismo; recursos presupuestarios insuficientes para la Universidad, es un elemento fundamental que impide el desarrollo de la docencia, la investigación y la extensión universitaria y el ingreso de mayor número de aspirantes a las aulas universitarias. Estas dos fuentes de ingresos, junto con la producción agrícola y pecuaria que también ha sufrido daños por las medidas gubernamentales adoptadas, constituyen la principal actividad económica y fuente de empleo en la región. La inseguridad, el desempleo y la inflación crecen en forma incontrolable y atentan contra los de menores recursos, creando un clima conflictivo que debe ser tratado con mucha prudencia. Pero la gota que derrama el vaso, es la situación del sector eléctrico, donde el propio gobierno ha reconocido la falta de planificación en los cortes de electricidad en este estado y también que han sido excesivos, cuando se les compara con otros estados o con la capital de la República. En consecuencia, el merideño protesta porque tiene motivos y no porque este intentando desestabilizar al Gobierno.

3. Quienes conocemos Mérida y somos merideños por nacimiento o por adopción, recordamos que siempre en nuestra ciudad han ocurrido protestas estudiantiles. Es una condición intrínseca de la juventud protestar y exigir. La historia merideña muestra que esas protestas han sido unas pacificas y otras violentas y que se han desarrollado siempre a lo largo y ancho de la ciudad. Hoy solo encontramos dos diferencias con el pasado. Una, que al igual que en la época de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, no se permite el paso de manifestaciones de la oposición por la Plaza Bolívar. Otra, que ahora las manifestaciones han tenido lugar en espacios del Estado Mérida donde la Universidad de Los Andes no tiene dependencias, lo cual identifica claramente la naturaleza específica de las más recientes manifestaciones. La historia también nos enseña que con el fin de pacificar la ciudad y por el bien de los estudiantes y de los merideños, han sido indispensables canales de comunicación y acuerdos entre el Gobierno y la Universidad. Así se han evitado males mayores y así se ha logrado superar dificultades, aún cuando quienes dirigían al Gobierno y a la Universidad, hubiesen sido adversarios políticos. Para ese liderazgo, la Universidad y la Ciudad estaban por encima de sus intereses políticos o personales.

4. Las acusaciones de dirigentes gubernamentales contra las Autoridades Universitarias señalándolas de permitir en el recinto universitario, la presencia de individuos encapuchados y armados, además de injustas, no contribuyen a la solución del problema de fondo. Endosar la responsabilidad del orden público a quienes no tienen posibilidad de enfrentar a colectivos que se encuentran armados y protegidos por personas y grupos extraños a la Institución, es un procedimiento francamente cínico de evadir las obligaciones propias. Recordemos que la Universidad carece de cuerpo de vigilancia armado y en consecuencia la única arma que tiene una Autoridad Universitaria es su poder de convencimiento a través del ejemplo y la palabra.

5. El Gobierno Nacional y el Estadal deben interpretar las protestas, no como un intento de desestabilización, sino como lo que efectivamente son: el clamor de un pueblo descontento porque no ha logrado solución a sus problemas, que en muchos casos se han agravado. Recordemos que este Gobierno hizo de la cuestión social el gran tema de los venezolanos y su lucha contra la pobreza como objetivo esencial. Ese mismo pueblo hoy con mayor autoestima es más exigente y se siente frustrado en sus expectativas.

6. El Señor Presidente de la República en acto celebrado ayer en Miraflores, expresó entre otras palabras, las siguientes: “Si siguen así (con las protestas) me obligarán a tomar decisiones radicales”. Estas afirmaciones solo estimulan más protesta y más violencia. Estamos seguros que si por el contrario modificara su vocabulario y señalara, como y cuando va a solucionar los problemas que originan la protesta, volvería la paz a Venezuela.

7. Somos contrarios a la violencia, venga del sector que venga. Expresamos nuestro sentimiento de solidaridad universitaria a los familiares y amigos de los jóvenes fallecidos, como lo hemos hecho en el caso de las decenas de jóvenes que en las calles de Mérida perdieron su vida en los últimos 50 años. Nuestras plegarias para que los jóvenes Guardias Nacionales heridos se recuperen satisfactoriamente.

8. Hacemos un llamado a los estudiantes y al pueblo de Mérida, para que cuando realicen protestas justificadas, alejen a los violentos y mantengan una actitud que no perjudique a la colectividad, transportistas y otros sectores. A los Gobernantes que tengan en cuenta que Mérida es diferente y como tal debe ser tratada, en consecuencia debe utilizarse la inteligencia y el control para enfrentar las manifestaciones, impidiendo daños a personas y propiedades y garantizar los derechos humanos a todos los ciudadanos. A las Autoridades Universitarias, prever situaciones explosivas por causas intra o extra universitarias, tomando medidas precautelativas que eviten daños a la Institución y a los miembros de la Comunidad Universitaria.

9. Finalmente expresamos nuestro respaldo a las Autoridades Universitarias, elegidas democráticamente por el voto directo y secreto de una amplia mayoría del Claustro Universitario. En consecuencia repudiamos las campañas que pretenden desacreditarlos, las solicitudes de renuncia y las acusaciones infundadas, pues en conjunto, solo pretenden eliminar a unas autoridades legítimas escogidas en acto democrático, para intervenir a la Universidad con pérdida absoluta de su Autonomía.

En Mérida a los veintinueve días del mes de enero del año dos mil diez.

José Mendoza Angulo
Néstor López Rodríguez
Miguel Rodríguez Villenave
Genry Vargas Contreras

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