miércoles, 28 de septiembre de 2011

Más que estupor

Eleazar Narváez*

"...si sabemos hacer de las diferencias, virtud: virtud de proposiciones plurales, variadas…" Carlos Fuentes

La peregrina afirmación de que la UCV es hoy más autónoma que nunca, hecha en un comunicado publicado en El Nacional el día 10/09/2011, provoca más que perplejidad. Sin duda, también produce en el colectivo ucevista, además de desconcierto, mucha preocupación, desánimo y hasta indignación, por dos razones básicas: en primer lugar, porque ahora se nos deja entrever de un modo irresponsable, para colmo por las dos principales autoridades de la primera casa de estudios del país, que la autonomía universitaria no ha sido afectada por los graves atropellos gubernamentales a nuestras universidades en los últimos años; y en segundo lugar, porque tal aseveración se hace en un contexto en el que, sin el debido respeto por la diversidad, se pretende negar a los propios universitarios el derecho al ejercicio de la crítica en los asuntos internos de la institución universitaria, y se apela, asimismo, a la descalificación de miembros de ésta.

Del texto del aludido comunicado, cuya publicación por cierto no fue autorizada por el máximo organismo de dirección de la UCV, se desprende, en medio de señalamientos reñidos con la realidad, la idea de que el ejercicio de la autonomía en nuestras universidades se ha fortalecido a pesar, por una parte, de las enormes restricciones que éstas han sufrido en el cumplimiento de sus funciones por el acoso presupuestario del Ejecutivo; y sin importar, por otro lado, tanto los desafueros de la Asamblea Nacional como los constantes atropellos del Tribunal Supremo de Justicia, cuyas brutales decisiones han impedido que esa universidad y otras del país realicen en su momento las elecciones de sus autoridades decanales con base en reglamentos propios apegados plenamente a la vigente Ley de Universidades y a la actual Constitución.

¿De qué autonomía hablan las mencionadas autoridades universitarias? ¿Acaso se puede afirmar de manera sensata y responsable que la UCV es más autónoma que nunca, en unas circunstancias en las cuales, por las acciones de factores externos fundamentalmente, están severamente deterioradas las condiciones para el ejercicio del autogobierno por parte de esa institución? ¿La UCV tiene en la actualidad mayor autonomía cuando, por el cerco presupuestario del régimen, se ha visto obligada a cancelar o a restarle apoyo financiero a importantes proyectos de docencia y de investigación, entre otros? ¿Es hoy la UCV más autónoma cuando padece una grave descapitalización de su personal académico como consecuencia de la nefasta política oficial de no reposición de cargos por jubilación desde hace más de 6 años? ¿Puede hablarse seriamente de una mayor autonomía de la UCV en unos momentos en los que, por la desidia y la miopía gubernamental, se le imponen a esta institución tanto unas deplorables condiciones laborales como unas precarias condiciones para el estudio?
De igual modo, cabe destacar que en los planteamientos formulados en el citado comunicado, los cuales constituyen una extraña e incomprensible reacción de quienes los suscriben al artículo que me publicara este mismo diario el día 08/09/11, se admite una única e incuestionable respuesta a las interrogantes anteriores, la cual es: lejos de debilitarse, la autonomía de la UCV más bien se ha fortalecido en los tres últimos años. Pero además, no hay lugar en ellos para la tolerancia ante opiniones distintas o para puntos de vista en los que se reivindique la autocrítica en el seno de la comunidad universitaria, sino, por el contrario, para la descalificación sin fundamentos a quienes mantienen posiciones divergentes; algo sumamente grave en una universidad, pues también así, con esas prácticas autoritarias, es lesionada la autonomía universitaria.

¡Se impone, desde luego, una seria y urgente reflexión, sin mezquindades!

*Publicado en El Nacional el 06/10/11

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