Rigoberto Lanz
El Nacional, 26/02/2012
"¿Disponemos de nuevas palabras para nombrar tantas situaciones nuevas?".
Alain Touraine: Penser au- tremen t, p.10
Estas líneas son mi contribución al debate colectivo que nos congrega en la Universidad de Carabobo para conversar sobre el texto de Jacques Rancière. Sobre el asunto de fondo he vuelto una y otra vez: la condición crítica del pensamiento no es una propiedad ontológica universal que proviene de un presunto "sujeto" (que en verdad está muerto... y por enterrar). Tampoco es un atributo de la práctica de algún aparato político (así se llame "revolucionario"), ni el pegoste discursivo de alguna declaración voluntarista de gobiernos progresistas o movimientos de izquierda. Hay más: esa condición crítica no está contenida heurísticamente en el marxismo (como lo supone Rancière) ni en ningún otro pensamiento.
El pensamiento crítico es sólo una posibilidad que se inscribe en el torrente de los movimientos alternativos en todo el mundo. Esa es su inspiración socio-política, su base histórica de sustentación. No se trata de una "corriente de pensamiento" en el sentido filosófico tradicional. Es más bien una mirada del mundo que conecta con las pulsiones culturales de una nueva época, con las necesidades de comprensión de las nuevas realidades, con las aspiraciones emancipatorias de actores sociales emergentes.
En ese camino se enfrentan poderosos obstáculos que todavía persisten a pesar del fin de la Modernidad, de la crisis de paradigmas y del derrumbe de casi todo. Frente a un posmodernismo frívolo y narcisista que florece en el Norte, desde América Latina levantamos la bandera de una perspectiva posmoderna crítica. Ello quiere decir que la crisis de las viejas opciones a la lógica capitalista no significa la clausura de toda alternativa. El fracaso de los intentos por construir una "comunidad de hombres libres" no liquida toda tentativa por pensar nuevas vías y proponer otras experiencias. Con esta palanca ético-intelectual se están generando hoy una enorme multiplicidad de experiencias que apuntan en una dirección alternativa. La cuestión no consiste en rescatar la Teoría Crítica del presunto secuestro de que es objeto por parte de la "contrarrevolución intelectual". En parte, porque esta supuesta operación manipulatoria no funciona para constructos cognitivos como el que está detrás del pensamiento crítico (no se trata de adminículos que se transportan de un lado a otro). En parte, también, porque la derecha intelectual tiene sus propios derroteros (sus pensamientos y pensadores) y no está condenada a esta manipulación secundaria. Además, se pasa por alto la propia naturaleza del tránsito epocal en que nos encontramos, que impone sus propias exigencias para la producción de conocimiento y la subordinación de la subjetividad.
La Teoría Crítica vive su propia crisis (como es natural, por lo demás) en la conjunción de esta doble vertiente: en el agotamiento de sus presuposiciones y propuestas; en la reconfiguración del contexto socio-cultural que vivimos hoy. Hay una crisis de los instrumentos de análisis y del paisaje histórico que ha mutado. ¿Entonces? No se puede pedir a la "Escuela de Frankfurt", por ejemplo, que nos dé respuestas a las nuevas preguntas que nos está planteando el mundo posmoderno.
Yo no perdería un segundo en esta majadería. Aportes, enseñanzas y ciertas continuidades teóricas, eso sí es importante.
Pero hasta allí.
Las búsquedas (epistémicas, éticas, socio-políticas, estéticas) van por otro lado. Un gran esfuerzo de recreación de las mejores tradiciones críticas puede empalmar con el trabajo de construcción de nuevas plataformas intelectuales para pensar el presente. Los movimientos sociales de nuevo tipo (que serán culturales según el "nuevo paradigma" que plantea Alain Touraine) son el fermento el humus donde germina esta otra posibilidad. Nada es pensable fuera de este metabolismo epistémico-políticocultural.
Un pensamiento crítico está emergiendo del mismo tronco de donde nace el chance de otro modo de vivir. Son los dos... o no son nada.
Nota: Con el espíritu que se expresa en el título, el amigo Miguel Ángel Contreras organizó no hace mucho un evento.
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Un pensamiento crítico está emergiendo del mismo tronco de donde nace el chance de otro modo de vivir. Son los dos... o no son nada.
Nota: Con el espíritu que se expresa en el título, el amigo Miguel Ángel Contreras organizó no hace mucho un evento.
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