Ariana Guevara Gómez
El Nacional, 04/06/12
Vida Universitaria
DEBATE Empleados exigen los mismos derechos para elegir y ser elegidosVoto en igualdad de condiciones cambiaría fuerzas en universidades Darle el mismo peso a egresados y trabajadores menoscabaría el peso de estudiantes y profesores
Los trabajadores universitarios quieren elegir y ser elegidos.
Lo han dicho en reiteradas ocasiones: así como los profesores, estudiantes y egresados, ellos también tienen derecho de participar en las elecciones de autoridades. Sin embargo, la idea no es apoyada por todos. En realidad, se trata de un asunto controversial, de un debate añejo e infructuoso.
La participación paritaria fue uno de los puntos de discusión en 2010, cuando se intentó implantar una nueva ley de universidades. El debate siguió en agenda, pero se avivó a mediados de mayo de este año, después de la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que obligó a suspender las elecciones de autoridades en la Universidad Central de Venezuela solicitaron reformar el reglamento electoral para incluir a los trabajadores.
Los decanos de la Universidad de los Andes dieron a conocer un comunicado para apoyar a la UCV y también para rechazar el voto de obreros.
Luis Alfredo Angulo, decano de la Facultad de Humanidades y Educación, dice que la universidad no puede equipararse con una república popular.
Explicó que las instituciones de educación superior persiguen objetivos académicos.
Por eso, dijo, la participación de los empleados no estaría justificada.
Leonardo Carvajal, integrante de la ONG Asamblea de Educación, sostiene en el libro Educación para transformar el país que hay ámbitos en los que las elecciones populares no tienen sentido.
Pone este ejemplo: es como si los pacientes, enfermeros, médicos y obreros eligieran la directiva de un hospital.
Iguales condiciones. Los traba- jadores no sólo exigen participar, sino también que el voto de todos los integrantes de la comunidad tenga el mismo peso actualmente el sufragio de los profesores tiene más valor que el de los estudiantes.
La presidente de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela, Lourdes Ramírez, dice que la participación en igualdad de condiciones tendría el efecto contrario: habría más disparidad. "Por ejemplo, en la UCV hay alrededor de 8.000 profesores, 9.000 obreros, 70.000 estudiantes y 400.000 egresados. Si el voto es igualitario, elegirían los egresados, que ya salieron de la universidad", explica.
Sobre esta idea, Angulo señala: "Votar no siempre significa elegir. Debemos afrontar con mucha claridad la explotación demagógica del concepto de igualitarismo. No se puede igualar lo que es diferente".
Participación y armonía. Las discrepancias en los instrumentos legales entorpecen el camino de los acuerdos. La Constitución nacional señala que la comunidad universitaria está constituida por profesores, estudiantes y egresados. La Ley de Universidades de 1970, que está vigente, establece lo mismo. Pero la Ley Orgánica de Educación de 2009 incluye a los empleados administrativos y obreros.
Los trabajadores que luchan por el voto paritario anclan sus peticiones en el artículo 34 de esa ley. "Tiene que haber participación de toda la comunidad universitaria. Los empleados estamos todos los días del mundo en esta institución", afirma Carlos Suárez, presidente del Sindicato Único de Trabajadores de la UCV.
Asegura que hay obreros que cuentan con el perfil para ser parte de las autoridades: "Algunos trabajadores tienen doctorados. No sé por qué hay temor a que un empleado pueda ser vicerrector. A veces quieren decir que nosotros no somos gente pensante. Incluso los que no se han graduado tienen derecho".
Blanca Valecillos, delegada de la Federación Nacional de Sindicatos Profesionales Universitarios en Funciones Profesionales en la Administración de las Universidades de Venezuela, dice que la participación de toda la comunidad sería positiva. "Los trabajadores estarían identificados con la institución, se sentirían parte de ella y podrían aportar ideas", asegura.
Suárez está convencido de que la votación en igualdad de condiciones traería beneficios a la universidad: "Si nosotros pudiéramos elegir, y además tener representantes en el Consejo Universitario y los consejos de facultad, podríamos resolver los problemas en paz. Eso permitiría acabar con los conflictos".
Texto completo Lo han dicho en reiteradas ocasiones: así como los profesores, estudiantes y egresados, ellos también tienen derecho de participar en las elecciones de autoridades. Sin embargo, la idea no es apoyada por todos. En realidad, se trata de un asunto controversial, de un debate añejo e infructuoso.
La participación paritaria fue uno de los puntos de discusión en 2010, cuando se intentó implantar una nueva ley de universidades. El debate siguió en agenda, pero se avivó a mediados de mayo de este año, después de la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que obligó a suspender las elecciones de autoridades en la Universidad Central de Venezuela solicitaron reformar el reglamento electoral para incluir a los trabajadores.
Los decanos de la Universidad de los Andes dieron a conocer un comunicado para apoyar a la UCV y también para rechazar el voto de obreros.
Luis Alfredo Angulo, decano de la Facultad de Humanidades y Educación, dice que la universidad no puede equipararse con una república popular.
Explicó que las instituciones de educación superior persiguen objetivos académicos.
Por eso, dijo, la participación de los empleados no estaría justificada.
Leonardo Carvajal, integrante de la ONG Asamblea de Educación, sostiene en el libro Educación para transformar el país que hay ámbitos en los que las elecciones populares no tienen sentido.
Pone este ejemplo: es como si los pacientes, enfermeros, médicos y obreros eligieran la directiva de un hospital.
Iguales condiciones. Los traba- jadores no sólo exigen participar, sino también que el voto de todos los integrantes de la comunidad tenga el mismo peso actualmente el sufragio de los profesores tiene más valor que el de los estudiantes.
La presidente de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela, Lourdes Ramírez, dice que la participación en igualdad de condiciones tendría el efecto contrario: habría más disparidad. "Por ejemplo, en la UCV hay alrededor de 8.000 profesores, 9.000 obreros, 70.000 estudiantes y 400.000 egresados. Si el voto es igualitario, elegirían los egresados, que ya salieron de la universidad", explica.
Sobre esta idea, Angulo señala: "Votar no siempre significa elegir. Debemos afrontar con mucha claridad la explotación demagógica del concepto de igualitarismo. No se puede igualar lo que es diferente".
Participación y armonía. Las discrepancias en los instrumentos legales entorpecen el camino de los acuerdos. La Constitución nacional señala que la comunidad universitaria está constituida por profesores, estudiantes y egresados. La Ley de Universidades de 1970, que está vigente, establece lo mismo. Pero la Ley Orgánica de Educación de 2009 incluye a los empleados administrativos y obreros.
Los trabajadores que luchan por el voto paritario anclan sus peticiones en el artículo 34 de esa ley. "Tiene que haber participación de toda la comunidad universitaria. Los empleados estamos todos los días del mundo en esta institución", afirma Carlos Suárez, presidente del Sindicato Único de Trabajadores de la UCV.
Asegura que hay obreros que cuentan con el perfil para ser parte de las autoridades: "Algunos trabajadores tienen doctorados. No sé por qué hay temor a que un empleado pueda ser vicerrector. A veces quieren decir que nosotros no somos gente pensante. Incluso los que no se han graduado tienen derecho".
Blanca Valecillos, delegada de la Federación Nacional de Sindicatos Profesionales Universitarios en Funciones Profesionales en la Administración de las Universidades de Venezuela, dice que la participación de toda la comunidad sería positiva. "Los trabajadores estarían identificados con la institución, se sentirían parte de ella y podrían aportar ideas", asegura.
Suárez está convencido de que la votación en igualdad de condiciones traería beneficios a la universidad: "Si nosotros pudiéramos elegir, y además tener representantes en el Consejo Universitario y los consejos de facultad, podríamos resolver los problemas en paz. Eso permitiría acabar con los conflictos".
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