sábado, 16 de julio de 2011

Recortes y burocracia lastran Bolonia

J.A.Aunión
El País, 17/07/11
A la Universidad le crujen los huesos con los cambios y ahora mismo está en mitad de uno enorme. Acaba de terminar el primer curso completo de la era de Bolonia, la reforma que pretende homologar las enseñanzas de 46 países europeos para crear un mercado común de educación superior. El acuerdo se firmó en 1999 y para España ha supuesto un camino accidentado de una década, con una apatía inicial bastante prolongada, seguida de titubeos normativos y una oleada de protestas estudiantiles que, aunque se han ido apagando, aún mantienen sus ecos en el Movimiento 15-M. Al final, las universidades tuvieron que diseñar los nuevos títulos a la carrera, según se quejan abiertamente varias de ellas.

Ahora, por fin, el cambio se ha completado formalmente. En el curso que acaba de terminar ya no se han ofrecido licenciaturas ni diplomaturas, sino grados de cuatro cursos; los másteres oficiales llevan años en marcha y la normativa de doctorado está lista. Los responsables de 28 campus públicos que han hecho balance para EL PAÍS dibujan el panorama de un cambio en marcha, pero muy al inicio de una transformación que creen necesaria y positiva, con una enseñanza más activa para el alumno, más tutorías, menos clases magistrales y más prácticas, más flexibilidad para adaptar las carreras a nuevas necesidades, más movilidad europea y mecanismos para vigilar la calidad. De momento se ha conseguido reflexionar sobre qué enseña la Universidad y cómo, si sirve lo que se estaba haciendo hasta ahora, y sobre la necesidad de rendir cuentas. Todo ello ha zarandeado inercias y viejos vicios. Esa es una de las bondades que más repiten los rectorados, pero también uno de los obstáculos a los que se enfrenta la reforma. 

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