Oscar Medina
El Universal, 17/07/11
Casi suma 11 años intervenida en los que ha sido dirigida por siete equipos distintos nombrados a dedo. Hoy pasa por uno de sus peores momentos, acumulando irregularidades de todo tipo.
El bachiller estaba raspado. La profesora Ibonne Mejías no tenía duda de eso: Chinchilla había reprobado Cálculo II. Ella misma, como corresponde, ingresó las notas de la materia al sistema informático de la universidad utilizando su clave privada y en el acta el estudiante apenas sumaba un punto en una escala de cinco. Pero la pantalla del monitor le mostró otra cosa: su alumno aprobado con 3,20.
Hizo entonces lo que debía hacer: fue a la oficina de atención de profesores del programa de Admisión, Registro y Seguimiento Estudiantil, Arse, -es decir, donde controlan el sistema- y expuso el problema. Lo que encontró fue aún más misterioso: el cambio de nota se hizo con su nombre de usuario y su clave. La denuncia la presentó el 18 de octubre de 2010, pero la irregularidad no fue corregida.
A la profesora Alicia Mejías le sucedió algo similar. Cuatro jóvenes -tres mujeres y un hombre- que habían reprobado la materia Cálculo integral, de forma inexplicable resultaron aprobados. Cabrera, Chaparro, Galíndez y Montes no llegaban ni a 1,5 puntos; pero en el Arse todos, quién sabe cómo, superaron la asignatura con más de 3 puntos.
Al caer en cuenta de la situación, el 28 de marzo pasado, la docente ingresó a la red, corrigió las notas e imprimió una copia de la planilla. Pero el 12 de abril, "revisando mi cuenta de Arse, encuentro que ya tres de los alumnos no aparecen". ¿Desaparecidos? No. Se presume que fueron "transferidos" de manera subrepticia a la lista de algún otro profesor que no sea tan quisquilloso o que, en todo caso, participe de esto que se supone debe ser un buen negocio que está en pleno desarrollo en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora, Unellez.
Hizo entonces lo que debía hacer: fue a la oficina de atención de profesores del programa de Admisión, Registro y Seguimiento Estudiantil, Arse, -es decir, donde controlan el sistema- y expuso el problema. Lo que encontró fue aún más misterioso: el cambio de nota se hizo con su nombre de usuario y su clave. La denuncia la presentó el 18 de octubre de 2010, pero la irregularidad no fue corregida.
A la profesora Alicia Mejías le sucedió algo similar. Cuatro jóvenes -tres mujeres y un hombre- que habían reprobado la materia Cálculo integral, de forma inexplicable resultaron aprobados. Cabrera, Chaparro, Galíndez y Montes no llegaban ni a 1,5 puntos; pero en el Arse todos, quién sabe cómo, superaron la asignatura con más de 3 puntos.
Al caer en cuenta de la situación, el 28 de marzo pasado, la docente ingresó a la red, corrigió las notas e imprimió una copia de la planilla. Pero el 12 de abril, "revisando mi cuenta de Arse, encuentro que ya tres de los alumnos no aparecen". ¿Desaparecidos? No. Se presume que fueron "transferidos" de manera subrepticia a la lista de algún otro profesor que no sea tan quisquilloso o que, en todo caso, participe de esto que se supone debe ser un buen negocio que está en pleno desarrollo en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora, Unellez.
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