martes, 30 de agosto de 2011

La universidad no puede seguir dependiendo sólo del Estado

Gloria Bastidas
El Nacional, 14/08/11

Entrevista a José Virtuoso

Francisco José Virtuoso hace varias pausas durante la entrevista: su teléfono repica de vez en cuando o suena cuando le entran mensajitos de texto. 

El sacerdote está pendiente del aparatico ­un Blackberry adquirido hace poco­ y al mismo tiempo es capaz de llevar el hilo de la conversación con verdadero estoicismo. El rector de la Universidad Católica Andrés Bello no es un miembro de la generación iPod: nació en 1959, en La Pastora. Pero tampoco le teme a la tecnología. Ni a los cambios. Ni al futuro. Hijo de siciliano y de trujillana, el jesuita se ha trazado una meta titánica: montar a la UCAB en el riel de la sociedad global. "En nuestras universidades quizás a lo máximo que se ha llegado es a sustituir el pizarrón tradicional y la tiza por pizarras y marcadores acrílicos", dice, sin desdén, pero con la determinación de quien sabe que algo está cambiando en el mundo y que la academia no puede ­no debe­ quedarse en el hombrillo. Virtuoso es, como cabe suponer, dada la orden religiosa a la que pertenece, gran admirador de Ignacio de Loyola. 

"Es un santo para los tiempos modernos". 

--¿Cómo debería ser la universidad del siglo XXI? --El mundo está cambiando a pasos agigantados. Los retos en materia de profesionalización, de educación, de formación, son muy grandes. 

Anteriormente, el profesor tenía el conocimiento y lo impartía de una manera más o menos magistral en el aula de clase. Hoy día, la producción de conocimiento se ha diversificado enormemente. Por eso hablamos de una sociedad del conocimiento. Porque ahora el conocimiento se produce en una empresa, en una organización no gubernamental, en un medio de comunicación. 

La profesionalización es una labor cada vez más compleja. El mundo se ha globalizado. Antes, la gente se formaba para ser profesional en su país. 

Ahora, por la interrelación que caracteriza al mundo globalizado, se requiere un profesional que se pueda desenvolver en su país, en la región y en el mundo entero. ¿Por qué? Porque así está funcionando la economía en el planeta. Y si la universidad quiere responder a estas nuevas exigencias, tiene que estar dispuesta a ofrecer ese perfil que los jóvenes de hoy demandan.

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