J. A. Aunión
El País, 03/08/11
Se ha repetido hasta la saciedad en los últimos años: el elemento clave e insoslayable para la calidad de la educación es un buen profesor, muchos buenos profesores. Así que, si se quiere mejorar la enseñanza, conviene asegurarse de que se elige a los mejores (posibles) para hacer ese trabajo, cosa que el actual sistema de oposiciones, al parecer, no garantiza. "Llámese MIR, año de prueba o periodo de prácticas, es esencial que la selección del profesorado no se limite a su capacidad de memorizar unos temas para una oposición, ni tampoco a la acumulación de años de interinidad que nadie evalúa con seriedad, sino que abarque un periodo inicial y suficiente de trabajo sobre el terreno. Hay que salvar a los alumnos de los malos profesores cuando todavía hay tiempo", señala Mariano Fernández Enguita.
El catedrático de Sociología de la Complutense hace referencia a la propuesta que en los últimos meses ha repetido en varias ocasiones el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, que consiste en trasladar de alguna manera a la educación un sistema que ha dado mucho prestigio a la sanidad española: el MIR (Médico Interno Residente), que consiste en cuatro o cinco años de especialización tras un examen nacional que te acreditan como médico especialista. Con ese membrete, se accede a una plaza pública por concurso de méritos.
El catedrático de Sociología de la Complutense hace referencia a la propuesta que en los últimos meses ha repetido en varias ocasiones el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, que consiste en trasladar de alguna manera a la educación un sistema que ha dado mucho prestigio a la sanidad española: el MIR (Médico Interno Residente), que consiste en cuatro o cinco años de especialización tras un examen nacional que te acreditan como médico especialista. Con ese membrete, se accede a una plaza pública por concurso de méritos.
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