Demetrio Boersner
Tal Cual, 28/05/12
La Universidad es la institución de más alto nivel encargada de recoger, reflejar y enriquecer el acervo de sabiduría y conocimiento, y de formar intelectual y moralmente a las vanguardias científicas, humanísticas y profesionales de su respectivo país. Para cumplir su elevada función, la Universidad necesita enfatizar internamente los principios de la calidad y la legítima auctoritas del catedrático, y hacia el exterior, el principio insoslayable de la Autonomía Universitaria. Sólo la autonomía y su complemento interno la libertad de cátedra- pueden garantizar la originalidad e independencia de la investigación y la creación científica y humanística, libres de cualquier presión financiera o intimidación política.
La Universidad como realidad histórica nació en Italia (Bolonia), Francia (París), Inglaterra (Oxford) y España (Salamanca) hace unos ocho siglos, fue trasladada de Europa a América hace cinco siglos, y ha sido uno de los motores esenciales de los sucesivos "renacimientos" socio-culturales que condujeron al Occidente de la Edad Media a la Edad Moderna y del absolutismo a la democracia. Las universidades del mundo o los espíritus libres surgidos de su seno- han sido baluartes de la libertad frente a las tiranías, tanto de derecha como de ultraizquierda, que no soportan ni la autonomía y autogobierno universitario ni la libertad de cátedra y procuran reducir las universidades a dóciles herramientas del poder totalitario. Existe una diferencia eso sí entre los métodos de corte fascista y de corte estalinista para doblegar a la Universidad. El fascismo es más franco que el estalinismo, ya que proclama y muestra abiertamente su intención represiva y reaccionaria basada en el principio del "orden". En cambio el estalinismo utiliza la demagogia igualitarista (desconocimiento de inherentes diferencias entre el que, actualmente, sabe más y el que, por lo pronto, sabe menos) como método táctico para invadir la Universidad y socavar las bases de toda autonomía, libertad de cátedra y búsqueda de equilibrio entre democracia y auctoritas. Una vez logrado el control absoluto de la Universidad, el estalinismo da el paso de la demagogia igualitarista al despotismo más absoluto: las universidades soviéticas fueron de las más autoritarias, selectivas y elitescas del mundo entero.
La Universidad Venezolana ha vivido todas las etapas de la experiencia universitaria mundial, y ha cumplido y sigue cumpliendo su deber histórico.
Ha podido sobreponerse a pasados episodios de represión desde la derecha, y actualmente enfrenta un persistente, insidioso y brutal asedio de tipo estalinista. Ante ello han cerrado filas sus estudiantes, profesores y egresados, junto con la inmensa mayoría democrática del país. Una vez más, el espíritu de Unamuno terminará por vencer al fantasma de Millán Astray.
La Universidad como realidad histórica nació en Italia (Bolonia), Francia (París), Inglaterra (Oxford) y España (Salamanca) hace unos ocho siglos, fue trasladada de Europa a América hace cinco siglos, y ha sido uno de los motores esenciales de los sucesivos "renacimientos" socio-culturales que condujeron al Occidente de la Edad Media a la Edad Moderna y del absolutismo a la democracia. Las universidades del mundo o los espíritus libres surgidos de su seno- han sido baluartes de la libertad frente a las tiranías, tanto de derecha como de ultraizquierda, que no soportan ni la autonomía y autogobierno universitario ni la libertad de cátedra y procuran reducir las universidades a dóciles herramientas del poder totalitario. Existe una diferencia eso sí entre los métodos de corte fascista y de corte estalinista para doblegar a la Universidad. El fascismo es más franco que el estalinismo, ya que proclama y muestra abiertamente su intención represiva y reaccionaria basada en el principio del "orden". En cambio el estalinismo utiliza la demagogia igualitarista (desconocimiento de inherentes diferencias entre el que, actualmente, sabe más y el que, por lo pronto, sabe menos) como método táctico para invadir la Universidad y socavar las bases de toda autonomía, libertad de cátedra y búsqueda de equilibrio entre democracia y auctoritas. Una vez logrado el control absoluto de la Universidad, el estalinismo da el paso de la demagogia igualitarista al despotismo más absoluto: las universidades soviéticas fueron de las más autoritarias, selectivas y elitescas del mundo entero.
La Universidad Venezolana ha vivido todas las etapas de la experiencia universitaria mundial, y ha cumplido y sigue cumpliendo su deber histórico.
Ha podido sobreponerse a pasados episodios de represión desde la derecha, y actualmente enfrenta un persistente, insidioso y brutal asedio de tipo estalinista. Ante ello han cerrado filas sus estudiantes, profesores y egresados, junto con la inmensa mayoría democrática del país. Una vez más, el espíritu de Unamuno terminará por vencer al fantasma de Millán Astray.
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