Nicolás Bianco
El Nacional, 27/11/11
Con el carácter soberano, democrático y el invariable apego al Estado de Derecho y a la estricta aplicación de la Constitución Nacional, a la ley de universidades vigente y a los reglamentos elaborados bajo el precepto del artículo 109 de la carta magna, que otorga a la universidad pública venezolana no sólo su autonomía sino el dictado de sus normas internas, nuestra máxima instancia directiva, representada por el Consejo Universitario, expulsó a un bachiller de la Escuela de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.
Algunos meses atrás el estudiante Pedro Trejo Camacho cayó abatido a las puertas de la Escuela de Administración y Contaduría. Sus compañeros convocaron a las autoridades del rectorado, presididas por Cecilia García Arocha Márquez, a las decanas y decanos y al director de seguridad, para concretar medidas que garanticen la vida.
El auditorio de la Facultad de Farmacia estaba desbordado. El bachiller expulsado irrumpió en la discusión con palabras y expresiones difamatorias, injuriosas, ofensivas e irrespetuosas en contra de la rectora. Los estudiantes y nosotros como autoridades le reclamamos. Siguiendo su conocida trayectoria pendenciera arreció con los insultos. Los propios estudiantes lo repelieron y tuvo que abandonar el lugar.
Nuestra gestión ha presentado 48 denuncias ante el Cicpc y la Fiscalía General. Toda clase de actos terroristas, destrucción del patrimonio institucional, infamias e injurias, bombas y C4, gases lacrimógenos tóxicos, incendio de automóviles, acoso y difamación contra la rectora en sitios públicos en las manifestaciones de protesta. En fin, tres años y casi seis meses en los que Venezuela entera ha reconocido las bandas terroristas con el grito característico de "revolucionarios socialistas". Ningún caso ha sido aclarado por los organismos. El bachiller expulsado es el protagonista principal de varios de esos actos delictivos.
Fundamentados en el Estado de Derecho que rige nuestros actos se pudo instruir el expediente, el Consejo Universitario se abocó a su análisis y expulsó al estudiante, respetando sus derechos jurídicos y humanos.
Muy por el contario, el Presidente de la República lo calificó de "héroe de su revolución", y continuó con el insulto impune en contra de la UCV y sus autoridades, insulto del que se hicieron eco el canciller, la ministra de Educación Universitaria, la fiscal general y, de manera mucho más grosera, la "defensora del pueblo".
Más aún, el martes 22 cuando nos dirigíamos al Aula Magna, ese minúsculo grupo de violentos intentó agredir nuevamente a la rectora y al grupo de autoridades. Nuestra respuesta y la de cientos de familias congregadas entre las "nubes de Calder", en medio de la alegría, la fe y la esperanza, fue la de completar la graduación de 1.400 estudiantes de posgrado, en casi todas las disciplinas del saber y así no sólo establecer un récord histórico de venezolanos y ucevistas que liderarán el proceso de reconstrucción nacional, sino rechazar el odio, el engaño y el resentimiento.
Son pocos los peldaños que nos separan de unas extraordinarias y masivas primarias. Luego, a ganar abrumadoramente las nacionales, gobernaciones y alcaldías. El trabajo por hacer es enorme. La Universidad Central de Venezuela del siglo XXI, más autónoma que nunca, estará con nosotros, en pleno Estado de Derecho, liderando el camino.
Algunos meses atrás el estudiante Pedro Trejo Camacho cayó abatido a las puertas de la Escuela de Administración y Contaduría. Sus compañeros convocaron a las autoridades del rectorado, presididas por Cecilia García Arocha Márquez, a las decanas y decanos y al director de seguridad, para concretar medidas que garanticen la vida.
El auditorio de la Facultad de Farmacia estaba desbordado. El bachiller expulsado irrumpió en la discusión con palabras y expresiones difamatorias, injuriosas, ofensivas e irrespetuosas en contra de la rectora. Los estudiantes y nosotros como autoridades le reclamamos. Siguiendo su conocida trayectoria pendenciera arreció con los insultos. Los propios estudiantes lo repelieron y tuvo que abandonar el lugar.
Nuestra gestión ha presentado 48 denuncias ante el Cicpc y la Fiscalía General. Toda clase de actos terroristas, destrucción del patrimonio institucional, infamias e injurias, bombas y C4, gases lacrimógenos tóxicos, incendio de automóviles, acoso y difamación contra la rectora en sitios públicos en las manifestaciones de protesta. En fin, tres años y casi seis meses en los que Venezuela entera ha reconocido las bandas terroristas con el grito característico de "revolucionarios socialistas". Ningún caso ha sido aclarado por los organismos. El bachiller expulsado es el protagonista principal de varios de esos actos delictivos.
Fundamentados en el Estado de Derecho que rige nuestros actos se pudo instruir el expediente, el Consejo Universitario se abocó a su análisis y expulsó al estudiante, respetando sus derechos jurídicos y humanos.
Muy por el contario, el Presidente de la República lo calificó de "héroe de su revolución", y continuó con el insulto impune en contra de la UCV y sus autoridades, insulto del que se hicieron eco el canciller, la ministra de Educación Universitaria, la fiscal general y, de manera mucho más grosera, la "defensora del pueblo".
Más aún, el martes 22 cuando nos dirigíamos al Aula Magna, ese minúsculo grupo de violentos intentó agredir nuevamente a la rectora y al grupo de autoridades. Nuestra respuesta y la de cientos de familias congregadas entre las "nubes de Calder", en medio de la alegría, la fe y la esperanza, fue la de completar la graduación de 1.400 estudiantes de posgrado, en casi todas las disciplinas del saber y así no sólo establecer un récord histórico de venezolanos y ucevistas que liderarán el proceso de reconstrucción nacional, sino rechazar el odio, el engaño y el resentimiento.
Son pocos los peldaños que nos separan de unas extraordinarias y masivas primarias. Luego, a ganar abrumadoramente las nacionales, gobernaciones y alcaldías. El trabajo por hacer es enorme. La Universidad Central de Venezuela del siglo XXI, más autónoma que nunca, estará con nosotros, en pleno Estado de Derecho, liderando el camino.
Excelente descripción sobre las Universidades que hemos sufrido hechos similares y que tuvimos el empeño y la constancia de hacer cumplir la Ley. Para lo cual, en forma reiterada durante varios años desde el 2006 hasta el 2008 también acudimos a los Poderes Públicos y órganos judiciales hasta que en año 2008 en el caso UNEXPO, justo es reconocer hubo la intervención valiente de dos Fiscales Nacionales avocados a este casos y designados ad hoc, después de una Caravana Universitaria que se tuvo que trasladar desde Barquisimeto, para que se le diera, desde el Ministerio Público, el debido impulso procesal y se generaran las sanciones sentenciadas por los Tribunales, con las consabidas réplicas que afortunadamente se respondieron favorablemente a la universidad. Eso si hubo de lucharse contra el poder de la Fiscalía Superior del Estado Lara que actuaba para se entonces, y unir a toda nuestra universidad para defender nuestra autonomía e institucionalidad.
ResponderEliminarEn este momento estamos unidos con toda nuestra solidaridad activa en Defensa de la que también es nuestra Alma Mater la UCV . Rectora Rita Añez