Luis Chumaceiro
Tal Cual, 13/11/11
A los que se quejan por las fallas de electricidad les tengo una solución. Es la misma que propondré en las asambleas de profesores que cavilan y debaten la crisis universitaria. Seamos inteligentes, dejémonos de conflictos, nacionalicémonos como nicaragüenses, bolivianos y cubanos con la seguridad que todo cambiará favorablemente.
A este Régimen no hay que llevarle la contraria. Basta con complacerlos y humillarnos en la medida de nuestro poco amor propio. Compañeros universitarios, reconozcamos que somos los últimos de la fila, dejémonos de competencia con los sectores "verdaderamente productivos", como lo son los militares. Pleguémonos y recibamos las limosnas que el imbécil de turno, en el ministerio de educación superior, esté dispuesto a lanzarnos. Sometidos ganamos más que peleando.
Fíjense ustedes lo que pasó en Nicaragua, como diría Cantinflas, no estoy para que ustedes me digan, ni yo para decírselos, pero allá inauguraron la planta de energía "Victorias del Alba" con capacidad para generar 30 megavatios, con una inversión de 53 millones de dólares. Como cualquiera podría prever, la obra es para otros pero la pagan los venezolanos. Usted y yo. Ahí está el detalle. Si nos hubiéramos portado bien, Chávez nos regalaría algo de la soberanía que entrega a los extranjeros.
Que nos cuesta hacer lo mismo que los nicos rojos. Así como Danielito, ejemplo de padre de familia latinoamericano, bautizó las plantas de electricidad que le regalamos como "Hugo Chávez" y "Che Guevara"; en la UCV podríamos rebautizar al Aula Magna como "Amor de madre Chávez", en memoria de Asdrúbal, el hermanito menor. También podríamos develar una estatua en la tierra de nadie, evocando la figura de Doña Elena Frías de Chávez, con la ventaja que significaría recordarle al Comandante-Presidente-Mártir lo mucho que queremos y mentamos a su madre, por el resto de nuestras vidas. Sería un precio bajo, una ganga, si nos pagan los pasivos laborales.
Dicen que Ortega, al margen de la trampita tan típica de nuestros pueblos, ganó las elecciones con reales ajenos. No me consta. Pero él indicó que las ayudas de Chávez "han venido a salvar a Nicaragua de una verdadera catástrofe económica y social". En los anales históricos del panamericanismo sonrojado quedará anotada la frase del líder centroamericano, injustamente acusado de violación por su hijastra, al asegurar que "bajo mi Gobierno, 156.000 viviendas de todo el país han sido beneficiadas con energía eléctrica, gracias a la `bendita’ Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba), que impulsa Hugo Chávez". Los nicas al son cantinflérico nos consuelan: "Si se necesita un sacrificio... renuncio a mi parte y agarro la suya".
Por todas estas razones, compañeros estudiantes, obreros, empleados y profesores de las universidades nacionales, debemos cambiar de estrategia. Propongo un comunicado en el que le agradezcamos al régimen chavista por no haber cerrado nuestras casas de estudio. Pidamos que nos designen a asesores cubanos para que nos enseñen todo lo que conocen de autonomía y libertad de cátedra. Además, si el patriarca fue gobernador de Barinas, Asdrúbal es el encargado de resolver la "crisis de luces que vive Venezuela" y Hugo lleva 13 años hablando pendejadas y regalando lo que no es de él, ¿por qué los universitarios no podemos auto-suicidarnos y convocar al claustro para designar a cualquiera de esa familia para que nos dirija? Entreguemos las llaves, el birrete y la honra. Es una opción. La otra es demasiado peligrosa. Implicaría que abandonamos los pleitos subalternos entre tendencias, sacrificamos las apetencias que nos azotan, nos enseriamos, nos reorganizamos y damos la pelea por nosotros mismos y miles de familias que entienden a la UCV como una Casa de Esperanzas a cumplir. No será fácil porque hace años que las sombras nos cubren. Aunque esta no es la primera vez que estamos sumidos en la oscuridad.
A este Régimen no hay que llevarle la contraria. Basta con complacerlos y humillarnos en la medida de nuestro poco amor propio. Compañeros universitarios, reconozcamos que somos los últimos de la fila, dejémonos de competencia con los sectores "verdaderamente productivos", como lo son los militares. Pleguémonos y recibamos las limosnas que el imbécil de turno, en el ministerio de educación superior, esté dispuesto a lanzarnos. Sometidos ganamos más que peleando.
Fíjense ustedes lo que pasó en Nicaragua, como diría Cantinflas, no estoy para que ustedes me digan, ni yo para decírselos, pero allá inauguraron la planta de energía "Victorias del Alba" con capacidad para generar 30 megavatios, con una inversión de 53 millones de dólares. Como cualquiera podría prever, la obra es para otros pero la pagan los venezolanos. Usted y yo. Ahí está el detalle. Si nos hubiéramos portado bien, Chávez nos regalaría algo de la soberanía que entrega a los extranjeros.
Que nos cuesta hacer lo mismo que los nicos rojos. Así como Danielito, ejemplo de padre de familia latinoamericano, bautizó las plantas de electricidad que le regalamos como "Hugo Chávez" y "Che Guevara"; en la UCV podríamos rebautizar al Aula Magna como "Amor de madre Chávez", en memoria de Asdrúbal, el hermanito menor. También podríamos develar una estatua en la tierra de nadie, evocando la figura de Doña Elena Frías de Chávez, con la ventaja que significaría recordarle al Comandante-Presidente-Mártir lo mucho que queremos y mentamos a su madre, por el resto de nuestras vidas. Sería un precio bajo, una ganga, si nos pagan los pasivos laborales.
Dicen que Ortega, al margen de la trampita tan típica de nuestros pueblos, ganó las elecciones con reales ajenos. No me consta. Pero él indicó que las ayudas de Chávez "han venido a salvar a Nicaragua de una verdadera catástrofe económica y social". En los anales históricos del panamericanismo sonrojado quedará anotada la frase del líder centroamericano, injustamente acusado de violación por su hijastra, al asegurar que "bajo mi Gobierno, 156.000 viviendas de todo el país han sido beneficiadas con energía eléctrica, gracias a la `bendita’ Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba), que impulsa Hugo Chávez". Los nicas al son cantinflérico nos consuelan: "Si se necesita un sacrificio... renuncio a mi parte y agarro la suya".
Por todas estas razones, compañeros estudiantes, obreros, empleados y profesores de las universidades nacionales, debemos cambiar de estrategia. Propongo un comunicado en el que le agradezcamos al régimen chavista por no haber cerrado nuestras casas de estudio. Pidamos que nos designen a asesores cubanos para que nos enseñen todo lo que conocen de autonomía y libertad de cátedra. Además, si el patriarca fue gobernador de Barinas, Asdrúbal es el encargado de resolver la "crisis de luces que vive Venezuela" y Hugo lleva 13 años hablando pendejadas y regalando lo que no es de él, ¿por qué los universitarios no podemos auto-suicidarnos y convocar al claustro para designar a cualquiera de esa familia para que nos dirija? Entreguemos las llaves, el birrete y la honra. Es una opción. La otra es demasiado peligrosa. Implicaría que abandonamos los pleitos subalternos entre tendencias, sacrificamos las apetencias que nos azotan, nos enseriamos, nos reorganizamos y damos la pelea por nosotros mismos y miles de familias que entienden a la UCV como una Casa de Esperanzas a cumplir. No será fácil porque hace años que las sombras nos cubren. Aunque esta no es la primera vez que estamos sumidos en la oscuridad.
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