Morelos Torres
Revista de la Universidad de México
Es casi un lugar común aquella frase que describe a la historia como “el estudio del pasado”. Pero esta definición sencilla, que parece explicar bien el trabajo de cronistas e historiadores, suele ocultar también una idea engañosa. Porque al acercarnos a otras épocas, al estudiar a las generaciones que nos anteceden, a seres humanos distintos a quienes ahora somos, no buscamos lo que nos diferencia de ellos, aquello que nos es ajeno, es decir, “el pasado”, lo que ya o c u r r i ó. Buscamos, en realidad, las afinidades: en los habitantes de otras épocas, en sus afanes y sus ideas pretendemos hallar lo que nos constituye, y explicaciones para lo que está ocurriendo. Buscamos en ellos, a fin de cuentas, un espejo para descubrir en él nuestro propio y actual significado. Por eso Croce decía que toda historia es historia contemporánea: porque al explorar lo que ha sucedido en otros tiempos, se buscan respuestas para el devenir, para los problemas y las tribulaciones de hoy, para la circunstancia que ahora nos rodea.
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