Eduardo Vásquez
Tal Cual, 03/03/11
Hay grandes libros que deberían ser de lectura obligatoria en el bachillerato. 1984, de G. Orwell es uno de ellos y también La granja de los animales, del mismo autor. Así mismo, El cero y el infinito (también titulado Oscuridad al mediodía) de Arthur Koestler. Nuestros estudiantes carecen de toda formación política y no solamente no leen las obras mencionadas, sino que ignoran su existencia. Hay otro gran autor que nuestros opinadores políticos no mencionan. Se trata de Max Weber. Entre nosotros hay la costumbre de no mencionar a los autores cuyas obras y pensamiento se utilizan. M. Weber escribió dos ensayos fundamentales: La política como vocación y la ciencia como vocación. Ambos están publicados por Alianza Editorial (1967), con una Introducción de Raymond Aron (1959). Lutero, quien tanta influencia tuvo sobre Hegel por haber independizado al Estado del poder de la Iglesia, fue quien "quitó de los hombros del individuo la responsabilidad ética de la guerra para arrojarla sobre la autoridad" (La política como vocación, Pág. 173).
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