lunes, 28 de marzo de 2011

La Universidad de Chávez

León Arismendi
Tal Cual, 28/03/11
E l pasado diciembre, cuando el señor Presidente mandó a archivar la Ley de Universidades, aprobada por su focas en la Asamblea Nacional, ni por asomo dijo que en dicha normativa estaban vertidas sus creencias sobre lo que debe ser la educación superior, sino que adoptó poses reflexivas y manifestó que, luego de ponderar los argumentos del mundo académico, se habría convencido de la pertinencia de abrirle compuertas a un debate más amplio. De esa manera, aparte de bajarle la temperatura a la protesta universitaria, hacia ejercicios de estadista dispuesto al diálogo, marcando "distancia" de sus seguidores más radicales.

El pasado martes, por la noche, en el acto de graduación de una promoción de la Universidad Bolivariana, se encargó de demostrar que aquello no era cosa distinta a otra barajita repetida; otra invocación de Dios con un crucifijo fingiendo estar arrepentido. Es la manera más burda de darle la razón a sus fanáticos y, también, a los más radicales de la oposición, para los cuales cualquier intento de procurar acercamientos con el gobierno es caer en una trampa.

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