domingo, 6 de marzo de 2011

LA OLA

Ibsen Martínez
Tal Cual, 06/03/11

UN NUEVO RÉGIMEN ESTÁ POR NACER

Les presento, una vez más, al idiosincrásico profesor que experimenta con métodos heterodoxos de enseñanza en un salón de clases lleno de adolescentes díscolos, desaprensivos, ansiosos, promisorios.

Es un dispositivo dramático siempre tentador que, sobre todo en el cine, ha recorrido con los años el registro que va de lo sensiblero a lo verdaderamente humano y profundo; desde Semilla de maldad (Richard Brooks, 1955), pasando por Al maestro con cariño (James Clavell, 1967) o La plenitud de Miss Jean Brodie (Ronald Neame, 1969) hasta La sociedad de los poetas muertos (Peter Weir, 1989) o Descubriendo a Forrester (Gus Van Sant, 2000).

Denominador común del género es, por supuesto, el discurrir sobre la educación de un carácter: la forja del adulto a partir del adolescente: un avatar de lo que los alemanes dieron en llamar bildungsroman: el relato de un aprendizaje, de una formación; la historia de una pérdida de la inocencia.

La ola (Die Welle, 2008), del realizador alemán Dennis Gansel, aún sirviéndose de la dupla "aula-profesor", se aparta apenas de esa fructífera tradición para construir una deslumbrante metáfora del totalitarismo y las insidiosas maneras que tiene de instaurarse en una sociedad que se cree libre. Aborda un tema escapadizo: la química orgánica que rige el origen de los regímenes fanáticos y masificadores del siglo XX y que muchos creían y aún creen cosa superada en el siglo XXI.

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