martes, 12 de abril de 2011

Populismo universitario y oposición

Gisela Kozak Rovero
Tal Cual 12/04/11
E ste artículo es antipático. Nuestro igualitarismo ­mezcla de ignorancia, ley del más fuerte y miedo a oponerse a la mayoría­ somete no sólo a los oficialistas sino también a los opositores. Tanta blandenguería ayuda a entender la existencia de los "nini", seis o siete millones de personas que no votan porque, equivocadamente, asumen que sufraguen o no seguiremos igual. 
Me pongo en este momento en el lugar de un "nini" que se entera del debate sobre la ley de educación universitaria en la UCV. El voto y el ingreso son los puntos fundamentales, no la calidad de la educación impartida.
Disculpe lector(a) la generalización y hasta la exageración, pero no hallo otra manera de describir lo que ocurre. Los jóvenes opositores deberían estar defendiendo el mérito, la calidad y el esfuerzo como vías de autonomía individual y transformación colectiva en lugar de aceptar una aberración como el voto paritario entre profesores, estudiantes y empleados o la impracticable ausencia de mecanismos de ingreso. El profesorado es testigo resignado, amedrentado y humillado por los sueldos de hambre. Al igual que en el liderazgo opositor hay miedo a defender la autonomía de la ciudadanía frente al estado, único protagonista de la vida colectiva y dispensador de limosnas.
La población mayor de 18 años debe votar en las elecciones nacionales y regionales porque todos(as) somos ciudadanos(as). Pero en las universidades las decisiones académicas deben ser tomadas por quienes hacen vida académica. Yo tengo un doctorado en Letras, no puedo decidir sobre los destinos académicos de Ingeniería o Derecho.
Como bien ejemplificó el profesor Erik del Búfalo en una conversación, es como si se consultase a empleados y estudiantes sobre las acciones a tomar en un quirófano.
¿Por qué los empleados y soldados rasos no eligen a los generales en las Fuerzas Armadas? ¿Por qué no se vota por las autoridades en la UNEFA? No, lo único que se discute es el voto en las autónomas porque no son "rojas rojitas" y la oposición cae en la trampa populista por miedo.
El estudiantado ha sido un movimiento de gran interés pero el lugar de salvadores de la patria que se le ha dado irrespeta el que son personas en formación. La juventud es una etapa, no una condición permanente como tener un color de piel o detentar una nacionalidad; al estudiantado debería interesarse más en la calidad de la educación, la investigación, el esfuerzo propio, las nuevas tecnologías de información y comunicación, las bibliotecas, la flexibilidad de las titulaciones, la salida de la exclusión social a través de un sistema educativo que dé la posibilidad de convertirse en ciudadanos(as) con autonomía y no en sirvientes a bajo sueldo del Estado.
Si en Venezuela se pudiese votar por tener los mejores investigadores, docentes y bibliotecas del mundo o tener los mejores comedores, residencias y autobuses, ¿cuál de las dos opciones ganaría? Me reservo la respuesta. 

1 comentario:

  1. Comparto la opinión de la profesora Kosak, en cuanto a que la juventud que está en etapa de formación, es la que ha tenido el papel protagónico en todos los eventos incluyendo la huelga de hambre que prácticamente obligó a que el Ministerio del PP para la Educación Superior, abriera una ventana de diálogo con las universidades. Pero es que siempre ha sido así. Es la gente joven, la que tiene las agalla y la audacia para llevar a cabo acciones de ese calibre (son ejemplo de ello, la juventud del 28, los jóvenes que tomaron el Consejo Universitario en 1957, los que se fueron a la guerrilla en los 60´s , los que iniciaron el proceso de Renovación universitaria, hasta llegar a nuestro nuevo siglo con la juventud de la universidad). Cuando se es joven, es cuando se hacen realmente acciones audaces donde no importa el qué ni el cómo ni cuándo ni dónde, sino el logro de un objetivo válido, para el momento histórico que les toque vivir. Los integrantes de las otras generaciones, dependiendo del status que tengan, actuarán diferente de acuerdo con sus intereses particulares o grupales.
    En cuanto al problema del “votismo” que existe en el país, y la universidad no escapa de ello, porque estamos dentro de ese contexto, y creo que no se acabará jamás, a menos que algún día en un ejercicio de reflexión y de posterior internalización, nos propongamos cambiar y tomar consciencia de que no podemos manipular ni dejar que nos manipulen, porque voten, votemos o nó por un ideal, que es lo que proponen los candidatos mesiánicos que esperaría “el pueblo” para ser salvado, sin tener que esforzarse demasiado o nada. En este aspecto los “ni ni” no están preocupados, porque creen que no importa si no “practican la religión” como deben, porque en el minuto final pueden “confesarse, comulgar e ir al cielo”, en igualdad de condiciones con los practicantes de toda la vida. Por su parte los “mesías” (externos e internos), practican férreamente el paternalismo político (presidencialismo), que permite la entrada prioritaria de los practicantes de su religión, pero que no tiene grimas con los “ni ni” ,siempre que se conviertan y entreguen incondicionalmente a sus filas. Por eso es que la respuesta a su pregunta final seguirá siendo la misma si no cambiamos nuestras formas de hacer (hasta ahora no se notan vientos de cambio).
    Mi preocupación es ¿qué podemos proponer y hacer para que esta situación cambie o se mejore?
    Profa., Tania Navarro

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