jueves, 14 de abril de 2011

Universidades inviables

Alexis Guerra
El Nacional, 14/04/11
El desaparecido Juan Nuño, en el texto La escuela de la sospecha, en un artículo titulado: "El fetichismo de la ley", deja clara su posición a este respecto, al señalar: "Lo malo de las leyes no son ellas, ni los abusos que permiten ni la fragilidad de su condición histórica en tanto productos pasajeros y reemplazables; lo malo de las leyes son los sacerdotes que viven a las sombras y medran del lucrativo oficio de hacerlas respetar".

Parafraseando al filósofo, asumimos ­para el debate­ que mucho de eso hay alrededor de la cuestión universitaria: gerencia y gerentes de casas de estudios superiores en Venezuela, como artífices de la resistencia al cambio. El análisis parte de un enfoque metodológico que incorpora otras dimensiones como lo histórico, lo social, lo institucional y lo político, además de lo propiamente legal, en primer lugar; y, en segundo lugar, ubica el problema de la gerencia universitaria, desde el punto de vista epistemológico, en la ruptura paradigmática que ocurre en el seno de la ciencia, en general, tratando de mostrar que la gerencia tradicional desde la cual muchas autoridades rectorales encaran la dirección de las instituciones de educación superior, sobre la base de un modelo burocrático, termina convirtiéndolas en organizaciones no viables.

Algunos datos que el Gobierno exhibe como logros para el sector, en lo social, son del siguiente tenor, por ejemplo: en el periodo comprendido entre 1990 y 1998, la matrícula de educación superior aumentó sólo en 139.252 personas.

Esta matrícula ha ido incrementándose constantemente desde el año 2000 hasta 2009.

Pasó de 835.596 estudiantes a 2.013.946. En cuanto a asignaciones presupuestarias se refiere (en miles de millones de bolívares), el año 1999 fue de 1.259, mientras que en el año 2010 alcanzó la cifra de 10.297.

En el período 1998-2008, la inversión en educación pasó de representar 3,38% del PIB a 7% del PIB en este último año.

Entre 1989 y 1998 se crearon apenas 5 instituciones de educación universitaria; en cambio, hasta el año 2010, la revolución ha creado 25 instituciones de educación universitaria oficiales, de las cuales 19 son universidades. A la falta de voluntad política para ordenar y regular el sector universitario durante la cuarta república, es decir, en un lapso de 30 años, se le suma más de una década de la quinta república, si se toma en cuenta que la vigente Ley de Universidades data del año 1970, y fue el año pasado cuando se intentó aprobar la fallida ley de educación universitaria.

Los gerentes universitarios, en su mayoría, privilegian un modelo burocrático tradicional cuyos rasgos son: estrategia formal, estructura jerárquica, procesos rígidos, estilo solucionador, liderazgo transaccional, focalizado en la institución, y la fortaleza basada en la estabilidad. Obviamente, de espaldas y en contraste con un modelo posburocrático sustentado en los nuevos paradigmas, soportado en rasgos tales como: la intuición, que funciona en red, procesos flexibles, innovador, focalizado en la persona, liderazgo participativo, y cuya fortaleza es, precisamente, la transformación frente al cambio.

El otro rasgo de ese modelo burocrático clientelar alimentado por ese tipo de gerencia y de gerentes es la composición del personal universitario, en general. De acuerdo con cifras del año pasado de la Asamblea Nacional, cuando se aprobó el crédito adicional, en el mes de agosto, se tienen 65.949 docentes; 46.116 empleados administrativos, y 31.941 obreros.

Al parecer, es cierto que la burocracia se ha ido engullendo la academia, con todas las consecuencias que de allí se derivan. ¿Cuál equipo rectoral, al momento de las elecciones, no ofreció un programa de transformación para la universidad, desde la gerencia? Alguien llegó a señalar en una oportunidad que la universidad es un reflejo de lo que ocurre en el país. A contracorriente, siempre pensamos que esa metáfora había que invertirla.

¿Cuál Estado soporta dicho modelo? Salvo mejores argumentos, hoy tenemos universidades inviables.

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