Diego Sharifker
Tal Cual, 29/04/11
La universidad, espacio libre y plural, deber ser siempre abierta al diálogo, a la confrontación de ideas, donde los más genuinos sentimientos democráticos se encuentran para aportar al país avances en distintos ámbitos que permitan el desarrollo de cada uno de los venezolanos y venezolanas habitantes de esta nación petrolera. Un país que cada día observa con recelo y tristeza la asfixia ejecutada por el gobierno nacional, que cada día consolida políticas dirigidas a la asfixia de la universidad libre. Asfixia que se traduce en grotescos recortes presupuestarios que sin duda alguna afectan el desempeño de la comunidad universitaria.
Laboratorios sin instrumentos, bibliotecas desactualizadas, una infraestructura que se deteriora con el paso indetenible del tiempo en una ciudad concebida para la generación de conocimiento permanente, dibujada y recreada por ese habitante eterno que sin duda recorre los pasillos de la UCV nuestro ilustre arquitecto Carlos Raúl Villanueva.
Esa ciudad, denominada universitaria, ocupa un segundo plano para las altas esferas del poder, que por cierto le deben sus estudios, porque no fue otra sino la UCV la que les brindó la oportunidad de formarse como ciudadanos universitarios. Pero ahora vemos con suma preocupación que lo militar se impone ante el pensamiento plural y democrático al pretender que las llamadas milicias impartan conocimientos de guerra en nuestras casas de estudios, violando flagrantemente el marco jurídico vigente en nuestro país. No olvidemos que las competencias del Ministerio del Poder Popular para la Educación son usurpadas por el Ministerio del Poder Popular para la Defensa.
Esas llamadas milicias representan la guerra, el odio y la violencia, armas con las que el gobierno nacional pretende arrodillar a las instituciones educativas en todos sus niveles, sobre todo el nivel universitario, porque la universidad sigue siendo el bastión y el faro de luz de todo un país que reclama día a día mayores libertades.
El artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que "La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz". No entendemos por qué el gobierno nacional, en lugar de estrechar lazos que unan a nuestro país con el resto del mundo, persigue una guerra, con la movilización permanente de efectivos militares.
Como universitarios, abogamos por el diálogo, el saber y el conocimiento, elementos esenciales que necesitamos lo venezolanos para desarrollar a nuestro país.
Por eso es que los universitarios seguimos en pie de lucha, porque no vamos a regalar nuestro futuro, porque antes de querer ser milicianos seremos universitarios y defenderemos el derecho a pensar distinto, a opinar sin ser perseguidos y sobre todo a nuestro legítimo derecho a protestar.
Laboratorios sin instrumentos, bibliotecas desactualizadas, una infraestructura que se deteriora con el paso indetenible del tiempo en una ciudad concebida para la generación de conocimiento permanente, dibujada y recreada por ese habitante eterno que sin duda recorre los pasillos de la UCV nuestro ilustre arquitecto Carlos Raúl Villanueva.
Esa ciudad, denominada universitaria, ocupa un segundo plano para las altas esferas del poder, que por cierto le deben sus estudios, porque no fue otra sino la UCV la que les brindó la oportunidad de formarse como ciudadanos universitarios. Pero ahora vemos con suma preocupación que lo militar se impone ante el pensamiento plural y democrático al pretender que las llamadas milicias impartan conocimientos de guerra en nuestras casas de estudios, violando flagrantemente el marco jurídico vigente en nuestro país. No olvidemos que las competencias del Ministerio del Poder Popular para la Educación son usurpadas por el Ministerio del Poder Popular para la Defensa.
Esas llamadas milicias representan la guerra, el odio y la violencia, armas con las que el gobierno nacional pretende arrodillar a las instituciones educativas en todos sus niveles, sobre todo el nivel universitario, porque la universidad sigue siendo el bastión y el faro de luz de todo un país que reclama día a día mayores libertades.
El artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que "La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz". No entendemos por qué el gobierno nacional, en lugar de estrechar lazos que unan a nuestro país con el resto del mundo, persigue una guerra, con la movilización permanente de efectivos militares.
Como universitarios, abogamos por el diálogo, el saber y el conocimiento, elementos esenciales que necesitamos lo venezolanos para desarrollar a nuestro país.
Por eso es que los universitarios seguimos en pie de lucha, porque no vamos a regalar nuestro futuro, porque antes de querer ser milicianos seremos universitarios y defenderemos el derecho a pensar distinto, a opinar sin ser perseguidos y sobre todo a nuestro legítimo derecho a protestar.
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