Rafael Muci-Mendoza
Tal Cual, 26/10/11
Para estudios formales de medicina, Venezuela cuenta con 9 escuelas de medicina en 8 facultades: seis años de carrera; 9 departamentos/escuela; 52 asignaturas cursadas; 1.511 temas cubiertos; 37 semanas cursadas/año; 42 horas docentes, asistenciales, tutoradas y de investigación/semana; 8.280 horas en la carrera; un internado rotatorio de pregrado y un año rural. Los autorizados para el ejercicio legal son los médicos-cirujanos y los doctores en medicina. Los egresados tienen formación médica, moral y ética de calidad, compitiendo en igualdad con sus pares de países del mundo desarrollado.
El régimen comunista en su intento por destruir la medicina nacional, excluyó las Escuelas de Medicina establecidas en las Universidades Nacionales, abrió un "programa paralelo" en centros no calificados pues carecen de laboratorios, institutos y hospitales requeridos para garantizar la calidad del conocimiento y por ende la formación adecuada e integral del médico.
El curso de medicina integral comunitaria, dirigido por la misión cubana en Consultorios Populares a cargo de un "asesor cubano" no ha cumplido las exigencias de la Ley de Universidades y el CNU; consta de enseñanza audiotutorial: instrucciones por escrito para estudiar programas en videocasetes, discos compactos, o páginas de algunos textos, señaladas para su lectura y memorización. No existe enseñanza guiada a la cabecera del paciente. Tiene 28 asignaturas en seis años: 27 horas docentes/semana; 43 semanas cursadas/año; 6.118 horas docentes en total. Se desconoce el programa de cada asignatura y más grave, no poseen método docente para desarrollar habilidades y destrezas para la práctica de las clínicas médica, pediátrica, obstétrica y quirúrgica.
Se auto y heteroevalúan y rechazaron un examen que certifica su capacidad. A destiempo y faltando apenas 10 meses para finalizar, trató de imponérseles pasantías inconsultas e improvisadas en hospitales tipo IV más de 300 camas, bajo la consigna de "invitados de palo" (no hablar, no preguntar, tomar notas). Carecían de lenguaje técnico, conocimientos elementales e ignorancia al examinar.
La nueva ley iguala sus títulos con nuestros médicos de la enseñanza tradicional a la cabecera del enfermo.
Indigna la degradación de los estudios médicos bajo la intromisión cubana y preocupa la incorporación de 8200 "médicos" sin conocimientos, experticia y calidad.
Asombra, el silencio de los consejos de facultad y de escuelas de medicina de la gran mayoría de las universidades nacionales y colegios de médicos, quienes han hecho vista gorda ante la destrucción de los estudios médicos en el país.
rafael@muci.com
El régimen comunista en su intento por destruir la medicina nacional, excluyó las Escuelas de Medicina establecidas en las Universidades Nacionales, abrió un "programa paralelo" en centros no calificados pues carecen de laboratorios, institutos y hospitales requeridos para garantizar la calidad del conocimiento y por ende la formación adecuada e integral del médico.
El curso de medicina integral comunitaria, dirigido por la misión cubana en Consultorios Populares a cargo de un "asesor cubano" no ha cumplido las exigencias de la Ley de Universidades y el CNU; consta de enseñanza audiotutorial: instrucciones por escrito para estudiar programas en videocasetes, discos compactos, o páginas de algunos textos, señaladas para su lectura y memorización. No existe enseñanza guiada a la cabecera del paciente. Tiene 28 asignaturas en seis años: 27 horas docentes/semana; 43 semanas cursadas/año; 6.118 horas docentes en total. Se desconoce el programa de cada asignatura y más grave, no poseen método docente para desarrollar habilidades y destrezas para la práctica de las clínicas médica, pediátrica, obstétrica y quirúrgica.
Se auto y heteroevalúan y rechazaron un examen que certifica su capacidad. A destiempo y faltando apenas 10 meses para finalizar, trató de imponérseles pasantías inconsultas e improvisadas en hospitales tipo IV más de 300 camas, bajo la consigna de "invitados de palo" (no hablar, no preguntar, tomar notas). Carecían de lenguaje técnico, conocimientos elementales e ignorancia al examinar.
La nueva ley iguala sus títulos con nuestros médicos de la enseñanza tradicional a la cabecera del enfermo.
Indigna la degradación de los estudios médicos bajo la intromisión cubana y preocupa la incorporación de 8200 "médicos" sin conocimientos, experticia y calidad.
Asombra, el silencio de los consejos de facultad y de escuelas de medicina de la gran mayoría de las universidades nacionales y colegios de médicos, quienes han hecho vista gorda ante la destrucción de los estudios médicos en el país.
rafael@muci.com
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