J.A.Aunión
El País, 14/10/11
El debate sobre si hay demasiadas universidades públicas en España (50, a las que se suman otras 28 privadas) o si el problema es que son muy parecidas (casi todas ofrecen casi de todo) ha sido permanente en los últimos años. Sobre el discurso del Gobierno -los campus deben especializarse e iniciar proyectos de colaboración entre ellos-, siempre ha sobrevolado la idea de llegar a fusionar universidades. Así ha ocurrido en numerosos países europeos como Francia, Finlandia o Dinamarca.
Así que ahora, el Ministerio de Educación quiere dejar sentada la legislación para que, entre otras cosas, esas fusiones puedan ocurrir. Lo hace en el proyecto de real decreto que fija los requisitos básicos para la creación y funcionamiento de las universidades. En él también ha introducido algún punto del estatuto del docente universitario, cuya polémica tramitación hace casi imposible aprobarlo antes de las próximas elecciones generales del 20 de noviembre. Educación, dice, intentará sacar adelante tanto uno como otro proyecto, pero reconoce que el tiempo es muy justo.
Sin mucho detalle, el texto, que se en enviará en breve al Consejo de Estado, da sustento legal a las fusiones entre universidades, cuyo objetivo es aprovechar mejor los recursos en un contexto de crisis recortes, además, que está ahogando económicamente a algunas universidades. Pero también lo es competir con más fuerza con campus de todo el mundo, siempre con los famosos ranking internacionales en la cabeza, que dejan a España sin representación alguna en los 100 primeros puestos.
Serán las comunidades (una, si las universidades están en la misma autonomía, más, si están en varias) las que establecerán los requisitos concretos de la fusión ("las especificidades", dice el texto). Estas nuevas universidades fusionadas podrán crear nuevas estructuras de gobierno y se podrán establecer mecanismos de financiación para apoyarlos.
Así que ahora, el Ministerio de Educación quiere dejar sentada la legislación para que, entre otras cosas, esas fusiones puedan ocurrir. Lo hace en el proyecto de real decreto que fija los requisitos básicos para la creación y funcionamiento de las universidades. En él también ha introducido algún punto del estatuto del docente universitario, cuya polémica tramitación hace casi imposible aprobarlo antes de las próximas elecciones generales del 20 de noviembre. Educación, dice, intentará sacar adelante tanto uno como otro proyecto, pero reconoce que el tiempo es muy justo.
Sin mucho detalle, el texto, que se en enviará en breve al Consejo de Estado, da sustento legal a las fusiones entre universidades, cuyo objetivo es aprovechar mejor los recursos en un contexto de crisis recortes, además, que está ahogando económicamente a algunas universidades. Pero también lo es competir con más fuerza con campus de todo el mundo, siempre con los famosos ranking internacionales en la cabeza, que dejan a España sin representación alguna en los 100 primeros puestos.
Serán las comunidades (una, si las universidades están en la misma autonomía, más, si están en varias) las que establecerán los requisitos concretos de la fusión ("las especificidades", dice el texto). Estas nuevas universidades fusionadas podrán crear nuevas estructuras de gobierno y se podrán establecer mecanismos de financiación para apoyarlos.
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