Eduardo Ibarra Colado
LAISUM, México, 29/10/11
La fábrica del porvenir
Como estudioso de temas universitarios, debo mantenerme al tanto de lo que se produce y publica sobre los problemas de la universidad y sus temas recurrentes: la cobertura universitaria, el financiamiento, la normatividad, el gobierno de las instituciones, la carrera académica, el sindicalismo, las relaciones laborales y la gestión universitaria. También debo considerar los aportes realizados por colegas que abordan las nuevas agendas de investigación, que incluyen los procesos de evaluación y acreditación y sus efectos; la llamada “educación por competencias”; la universidad abierta, a distancia o digital; la internacionalización, la comercialización y los rankings universitarios; y la transparencia, la rendición de cuentas y el derecho a la información. Finalmente, hay otro conjunto de textos, acaso los más significativos, que llaman inmediatamente mi atención, porque discuten los problemas que agobian a la universidad. En este caso puedo mencionar a título indicativo asuntos como el de los rechazados; la reducción del financiamiento público a la educación, la ciencia y la cultura; las practicas académicas indebidas, incluidas el plagio, el hostigamiento y la corrupción; la privatización del conocimiento y la aparición de las “hipotecas del saber”; el envejecimiento académico muy vinculado al “desretiro” y la “desjubilación”; y los problemas de raza, género y etnicidad.
Todos estos asuntos, sin duda relevantes, cobran sentido sólo cuando los relacionamos con reflexiones de mayor orden, por ejemplo, las que discuten las finalidades sustantivas de la universidad o aquellas que atañen a sus futuros considerando los desafíos de su presente. Las contribuciones que se ubican en este nivel se traducen en meta-textos ya que funcionan como el indispensable marco de referencia desde el que es posible reflexionar y dar sentido a los problemas más específicos de la universidad. La fábrica del porvenir: el ambiguo futuro de la universidad, libro recientemente publicado por la Universidad Iberoamericana, se encuentra en esta categoría, pues se ocupa claramente por reflexionar los temas de fondo y, sobre tal base, por interpretar y dar sentido a algunos de los problemas que mencionaba al principio.
Quisiera compartir con ustedes algunos atisbos de diálogo sobre lo que me ha provocado la lectura del libro, advirtiendo que estos apuntes son tan sólo insinuaciones de una obra vasta que es indispensable leer. Considerada en su conjunto, la obra tiene como su trasfondo los futuros de la universidad; ella se suma a un caudal de libros que asumen esta misma tarea1, aunque lo hace desde lugares distintos, con lo que efectivamente suma, añade y enriquece una reflexión vital para esclarecer dónde estamos y hacia dónde vamos. Se trata de un libro que analiza una época de rupturas para mostrar el extravío de una sociedad que no sabe hacia dónde se dirige. El futuro se hace presente porque el presente se nos escapa de las manos. La obra comporta por ello una vocación hacia la búsqueda, moviéndose ambivalente entre el pesimismo que emerge de un presente que parece no tener salida y el optimismo de ciertos futuros que prometen redimirnos. Por ello la obra parece por momentos cruda, dura, hiriente, y por momentos optimista, alegre, llena de esperanza.
El libro está cruzado por un conjunto de problemas abiertos a la reflexión. Se trata de un texto que invita a debatir. Se puede estar de acuerdo o no con sus autores, esto no es lo importante. Lo realmente relevante es que la obra cumple su función como espacio de diálogo y conversación, pues alienta a su contraparte, al lector, a asumir un papel activo al tener que lidiar con los argumentos y las dudas e inquietudes que va dejando la lectura a su paso. Al final, este lector confrontado tendrá que cuestionarse, desde tales ideas, el mundo en el que vive y se desenvuelve como persona y como universitario, y reflexionar sobre sus futuros. La reivindicación de la utopía juega un papel fundamental, como se desprende de las discusiones que al respecto realizan los capítulos de la primera parte del libro. En el capítulo inicial, “Utopía y universidad” de Alberto Montoya Martín del Campo, se destaca la importancia de la utopía para reimaginar la responsabilidad de la universidad ante la sociedad de cara a su futuro. Esta no es una cuestión trivial pues su respuesta sentará las bases para edificar una nueva universidad, que sea capaz de desprenderse tanto de sus malos presentes como de esos nostálgicos pasados que en realidad nunca existieron. La apuesta fuerte que se hace es la de atreverse a pensar cómo construir una nueva universidad que permita a la sociedad recuperar su humanidad. En ello juegan un papel esencial la historia, digamos, la memoria, el ejercicio de la reflexión, es decir, la vocación crítica, y el reconocimiento y el respeto del otro, la alteridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario