jueves, 30 de diciembre de 2010

¿Tendrá sentido graduarse en la universidad bajo el régimen socialista siglo XXI?

Wilfredo Franco
El Universal, 30/12/10

China tiene una economía capitalista orientada a la exportación, que ha generado un millón de nuevos empleos de baja paga cada año en las últimas dos décadas. El gobierno comunista, que a pesar de serlo cambia de Presidente regularmente, tiene un nuevo reto: desde 1998, la política del entonces presidente, Jian Zemin, impulsó el crecimiento de la matrícula estudiantil en las universidades a niveles históricos, generándose desde hace varios años casi 900.000 profesionales universitarios anualmente; y ese ejército de jóvenes graduados acude a las grandes ciudades industriales desde toda China en busca de empleo. Pero, pese al enorme y constante crecimiento de la economía gracias a la inversión privada extranjera en capital y tecnología, la mayoría de esos jóvenes no encuentran trabajo y deben volver frustrados a sus pobres aldeas o buscar la manera de emigrar. Sólo los hijos de los oficiales del Gobierno o del Partido Comunista o de los pudientes, encuentran fácilmente "la palanca" para resolver su situación.

En Venezuela el Gobierno ha impulsado el crecimiento de universidades como la UNEFA y la Bolivariana, por cierto sin capacidades instaladas en profesores calificados, laboratorios y cultura de excelencia, hasta alcanzar centenares de miles de estudiantes. Al mismo tiempo, redujo casi a cero la inversión extranjera y la inversión de capitales privados nacionales con sus políticas, especialmente la de expropiaciones y la de fomento del odio a la llamada "burguesía", con lo cual la dependencia del país de la agricultura y la industria extranjera ha alcanzado su máximo histórico. 

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