Orlando Albornoz
El Nacional, 18/12/10
Es sumamente complicado el tema que se me ha propuesto abordar, como es el de la relación entre los tres conceptos que la dan origen al título de este artículo. La universidad de hoy pareciera obedecer el predicamento de Illich, el fin de la escuela o el de Perelman, en la misma línea. La universidad de hoy es muy distinta a la del pasado, pues se articula según nuevos criterios.
Kerr dividió a la universidad en tres segmentos cuando acuñó el concepto de la Mult.-versity, visión esta propuesta años antes por el venezolano Luis Manuel Peñalver. Por mi parte lo hago según mi propuesta hecha en la Reforma de Guadalajara (México, 2001), en tres tipos de universidad según la demanda real: abierta, corporativa y académica.
La tendencia internacional más reciente, incluso, ya no habla de instituciones como de espacios de conocimiento y la gerencia de la misma alude a manejo de ideas, no de personas (Knowledge Management). De modo que cabe la pregunta, ¿de qué tipo y modelo de universidad estamos hablando? En Venezuela hacemos gerencia de personas y por ello cada rector o rectora se comporta según el mismo patrón de ejercicio del poder del propio Presidente de la República, a quienes muchos juzgan autoritario y autócrata, sin mencionar que la sociedad demanda ese tipo de liderazgo. Los que caminan los pasillos de las universidades saben a qué me refiero, porque incluso los niveles de adulancia que sufren estoicamente las autoridades académicas es a veces hasta penoso, como que causa pena ajena, como suele decirse, cuando se leen algunos de los elogios que recibe nuestro amado Presidente. En una ocasión la inefable líder colombiana Piedad Córdoba dijo: "Me siento cada vez más orgullosa de hombres como Evo Morales, y de que América haya parido a un hombre tan importante y grande como Hugo Chávez".
El propio no se queda atrás a la hora del auto-suicido, digo, auto-elogio, al decir que es sólo "un hombre que anda por ahí luchando por la liberación de nuestros pueblos", y el good gringo Stone capitaliza tal ambición egocéntrica y se sienta a la diestra del padre todo poderoso para que todos miren la epopeya cinematográfica. Mientras tanto seguimos creando universidades, abriendo aulas, expandiendo el acceso, en una manía obsoleta, sin sentido, porque el mundo cambió después delseñor BernersLee y ese es del tipo de cosas que, como también se dice, llegó para quedarse, como cualquier otro avance tecnológico comunicacional. Por supuesto, ello evidencia falta de comprensión de lo que es una universidad o, mejor dicho, la percepción de personas que se anclaron en la universidad del aula y nunca evolucionaron en ese sentido.
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